A lo largo de las últimas temporadas Barcelona se ha convertido en un nombre asociado a la palabra ‘derrota’ para sus rivales de la Liga F. Un equipo que gracias a una gran inversión y a muchas dosis de acierto ha alcanzado las mayores cuotas deportivas en el mundo del fútbol femenino. Pocos han sido los que han hecho hincar la rodilla al próximo adversario del Dépor ABANCA y mucho menos en su estadio, el Johan Cruyff.
Tanto es así que desde el año 2020 solo ha perdido dos partidos de liga en las cuatro últimas temporadas. Sin embargo, este curso el club catalán se ha vuelto un poco más humano y ha perdido esa misma cifra, dos encuentros, en lo que va de campeonato. Una muestra de que la categoría aumenta poco a poco su calidad y el líder, aunque todavía a mucha distancia, ya no es invencible.
Precisamente una de esos ‘patinazos’ culés puede servir como inspiración para el Deportivo, que este fin de semanas se desplaza a tierras barcelonesas. Concretamente el Levante, rival directo por la salvación, fue capaz de ganar allí en una de las grandes sorpresas del año. Lo hizo por solo un gol de diferencia (1-2) y ante un Barça con rotaciones, pero el ejemplo no deja de ser por ello válido. Un buen espejo en el que mirarse teniendo en cuenta que la situación de valencianas y coruñesas es muy similar.
Unos recuerdos con luces y sombras
Los encuentros entre los dos equipos han dejado resultados variados, aunque siempre a favor del club culé. El último enfrentamiento, con un Dépor en caída libre hacia el descenso, se saldó con un 9-0 a favor de las locales. Un marcador muy elevado que contrasta con la eliminatoria de Copa de la Reina de la temporada 2019-20, en la que las entonces dirigidas por Manu Sánchez pusieron en muchos aprietos al Barça y cayeron por un ínfimo 1-0.