Salir de Segunda con vida es difícil, hacerlo sin sobresaltos es prácticamente imposible. Y sino que se lo pregunten al Real Valladolid. Fuera de los puestos de play-off durante buena parte de la temporada, los blanquivioletas certificaron este sábado su ascenso a la máxima categoría. Y de qué manera. Tras concluir en la quinta posición en el campeonato regular, encararon el último tramo, donde las fuerzas flaquean, como balas. Esa fue una de sus claves. Así se explica su éxito. El exdeportivista Borja Fernández Fernández (Ourense, 14 de enero de 1981) es uno de los capitanes del equipo. Y con él hemos charlado.
¿A qué sabe el ascenso?
Quizás haya sido, de los tres que he tenido, el más complicado de todos. Sabe a ascenso y a haber superado este año, personalmente y como equipo, muchos momentos complicados. Y aún es un premio un poco más grande que los otros.
¿Ha sido también el más inesperado?
Ha habido momentos. Ha habido un momento en la primera vuelta que todos pensamos que íbamos a subir directos, luego otros momentos en los que parecía que iba a ser imposible jugar el play-off. Según en qué momento lo veamos sí ha sido más inesperado que otros.
¿Qué ha supuesto la llegada de Sergio González al banquillo?
Más que nada ha sido un cambio de chip. Sí que ha habido también alguna variación táctica, ha hecho alguna cosa diferente que ha funcionado bien. Pero sobre todo ha sido la reacción que se espera que haya cuando llega un entrenador nuevo. Y eso, al final, se ha prolongado también, no ha sido solo efecto gaseosa el entrenador nuevo. Hemos cogido una muy buena línea y ha sido, no sé si fundamental, pero sí un cambio que nos ha hecho reactivarnos otra vez.
Tener a un delantero como Jaime Mata en Segunda, ¿qué supone?
Más que los goles. Por ejemplo, para mí ha sido el mejor jugador del play-off, y solo ha metido dos goles, en comparación con los que había hecho antes. Con lo cual, no solo son los goles, es todo lo que aporta y lo que da a un equipo, muchas cosas más que hace bien dentro del campo. Lo que supone es haber podido ascender, es una de las piezas más importantes del equipo.
Borja Fernández en el Valladolid suena a 2008.
(Se ríe). Suena incluso a 2006, que es la primera vez que vengo… Sí, es ya la tercera etapa aquí en el Valladolid, desde que dejé el Real Madrid que me vine aquí, y ahí seguimos aguantando. Muchos se sorprenden, pero ahí seguimos aguantando y jugando muchos minutos, y pudiendo hacer cosas bonitas por este club.
¿Te imaginabas una tercera parte en Pucela?
No, no, no. Era impensable. Hace dos años tenía contrato y me fui porque no contaban conmigo. Seis meses creo que estuve, y no fueron muy exitosos. La verdad es que nadie contaba con esto.
¿Cómo ha sido esta temporada para ti?
Al final a mí se me ha hecho corta. Porque, aunque es una temporada larga, ha habido muy buen ambiente en el vestuario, en esta ciudad yo también soy muy feliz… Y lo comentaba muchas veces con compañeros, que se nos había hecho corta, pero por los buenos momentos vividos. En el tema futbolístico ha sido una temporada dura y de superarnos porque, al final, hemos sufrido muchas críticas, no hemos tenido los buenos resultados que queríamos tener siempre. Pero eso nos ha hecho, como equipo, madurar mucho y superar eso juntos.
Borja Fernández: «Estoy disfrutando mucho, me encanta levantarme por las mañanas e ir a entrenar»
Hay una frase que te he escuchado a ti alguna vez, ¿»la edad solo es importante si eres un queso o un vino»?
(Se ríe). Sí. Es una frase que me gusta mucho, sobre todo en los últimos años, que me dicen que voy mayor para esto, y mucha gente sospecha siempre de mí por la edad. Y al final, pues ahí seguimos. Y no soy yo el único que en una edad como la mía, o incluso más, como Aduriz, sigue ahí al pie del cañón. Eso es que muchas veces hacemos que la edad sea solo una anécdota.
¿Le damos demasiado valor, quizás, a lo que pone el DNI?
Sí, pero bueno, muchas veces no falta razón. Al final los años pasan y a mí pues, el año que viene o el siguiente, ya me tocará pagar esa factura. Pero es normal que muchas veces se sospeche, o se mire para el DNI, y no se valoren las cosas como realmente se deberían valorar.

¿Cuál es la clave para permanecer en el fútbol profesional durante tantos años y a este nivel?
Pues yo no lo sé. Lo único que yo siento es que estoy disfrutando mucho, que me encanta levantarme por las mañanas e ir a entrenar y seguir disfrutando de esto. Otras cosas serán la genética y las buenas condiciones físicas, pero al final mucha gente también cuenta con buenas condiciones o buena genética y no aguanta tanto. No sé. Yo al final disfruto mucho y siento mucho la responsabilidad que tengo, que me piden cuando firmo en algún sitio, cuando ellos me contratan. Y yo creo que esa es una de las bases.
Tú no eres un futbolista al uso. Eres la antítesis. Fuera del campo, por tu comportamiento, por tu manera de expresarte…
Esta semana, después del partido, por la noche recibí un mensaje de uno de los rivales, prefiero no desvelar el nombre, diciéndome que le había encantado enfrentarse a mí. Y que iba a intentar imitarme en el comportamiento que tenía con los rivales y con los compañeros. Y eso es algo muy bonito. Estaba en la comida con los compañeros cuando lo leí, porque tenía un montón de mensajes y no pude hacer caso el día anterior, y me ruboricé, me entraron escalofríos. La verdad es que es muy bonito el poder recibir esa muestra de cariño o ver que, a lo mejor, lo que haces muchas veces porque te sale y lo sientes, pues la gente lo reconoce. Y también me pasa lo que dices fuera del campo. Al final cada uno tiene su forma de ser y yo intento ser así. Otros, no sé si antítesis o no, como tú dices, pero cada uno tiene su forma de ser y tampoco le doy más vueltas a que unos sean de una manera u otra.
¿Cómo se genera el otro extremo, el prototipo de futbolista aislado de la vida cotidiana? Ese que tanto se repite en la élite.
Hay ciertas cosas que es culpa de todos: es culpa de los aficionados, es culpa de las directivas, es culpa de, muchas veces, la formación que hemos tenido… Somos gente joven que de repente nos encontramos ganando dinero, teniendo a mucha gente alrededor solo alabándonos. Y en los malos momentos, cuando hay críticas, sobre todo ahora con las redes sociales que la gente se vuelve tan forofa, cuando las cosas van mal, insultan, faltan al respeto… Nosotros muchas veces recelamos de eso porque muchas veces es injusto. Y todo eso junto crea ciertas personalidades en gente joven que tampoco, a lo mejor, tiene tantas tablas o tantas referencias. O momentos que ha vivido otra gente que no salta a la fama así de golpe. Y no es fácil de llevar, es complicado el saber manejar esos momentos.
¿Te gusta que en A Coruña te recuerden por el gol de Balaídos?
Sí y no (se ríe). Porque al final solo se me recuerda por eso, y yo ya antes de ese gol me sentía muy querido, y la gente me quería mucho. Luego claro que es bonito que cada vez que haya un derbi o que se acuerden de un momento especial, pues ese gol también es muy bonito. Es un poquito de las dos, el que me gusta mucho y por otro lado es como que: ‘oye, que yo en Coruña no hice solo eso, que jugue más partidos e incluso metí también algún gol más, incluso importante, o tuve otros momentos importantes, también’.

¿Ser trotamundos del fútbol es una forma de vida o obedece a una necesidad profesional?
Yo creo que ambas. Y a mí no me ha costado nunca el coger las maletas e irme por ahí. Hay gente que se adapta mejor a los cambios, como yo, que me adapto bien, u otra gente que no quiere cambios o que vive muy cómoda y no quiere moverse. Al final, en mi caso, se ha mezclado el que haya tenido esas oportunidades y que yo también haya querido cogerlas.
Sin marcar 35 goles, ¿cómo se consigue salir bien de cada sitio que pisas?
Pues a lo mejor también por lo que te he dicho antes de las ganas que tengo, porque al final tengo unas condiciones y unas cualidades que a la gente le gustan. Cuando los jugadores se entregan… Yo tengo una forma de jugar y una forma de vivirlo, o de actuar, que a la gente le suele gustar, sobre todo a los aficionados, y al final siempre he tenido muy buenas despedidas de los sitios.
¿Te esperabas el descenso del Dépor?
Podía pasar, porque al final son ya varios años los que lleva jugando con esas posiciones, y no es fácil cambiar todo de la noche a la mañana. Lo que pasa es que teníamos la esperanza los deportivistas de que al final se pudiera reconducir la situación. Pero durante todo el año no ha habido buenos resultados y sabíamos que podía pasar. No es que lo esperara, pero era una posibilidad que podía estar ahí.
Borja Fernández: «Yo ya antes de ese gol me sentía muy querido, y la gente me quería mucho
Hay caídas que traen consigo impulsos. ¿Qué necesita el Deportivo para que este fracaso suponga un paso adelante en el futuro?
Yo soy muy fan de hacer las cosas bien y con tranquilidad. Y yo creo que ahora que se baja de Primera con ciertas ayudas económicas, y con las experiencias de otros años que ha pasado que también se ha bajado y se ha vuelto a subir… La opinión que tengo es que haciendo las cosas con tranquilidad es la mejor manera de no equivocarse.
En los últimos tiempos en A Coruña se habla de pérdida de identidad del equipo, ¿tenías tú esa sensación cuando estabas dentro?
No, porque al final yo estuve solo un año y fue un año muy bueno, con jugadores míticos del Dépor; y si esos jugadores están dentro, pues al final esa sinergias no se pierden tanto. Sí es verdad que, en los últimos años, acostumbrados a lo que había sido el Súper Dépor, hubo tres años malos y luego el descenso, pero al final es un club, como la mayoría de los clubes españoles, menos los cuatro o cinco grandes, que se tiene que estar continuamente reinventando. Y es normal que haya esos altibajos muchas veces.

¿Crees que en el fútbol se está perdiendo ese apego al escudo?
Sí, pero eso ya hace años que pasa. Al final a mucha gente le gustan las novedades, en ciertos momentos se confunde eso. A lo mejor se pide ese apego con gente, a lo mejor, que muchas veces no está vinculada, que está más de paso. Aquí también ha pasado en Valladolid alguna vez. Con jugadores muy del club que se le ha dado más importancia a otras cosas que a ellos, y es cuando han venido malos resultados. Por ejemplo, pasó en mi último año aquí de mi primera época. En 2010.
¿Qué supone para Ourense el ascenso a Tercera de la UD?
Es algo que se estaba deseando, que se estudió. Porque al final el equipo de la ciudad, un equipo mítico como el Club Deportivo Ourense, tuvo que desaparecer y ha salido uno nuevo. La gente está deseando que, poco a poco, se vayan cumpliendo plazos, se vayan subiendo categorías, y es un pasito más, un paso importante. Y poco a poco, haciendo las cosas bien, ahí está ya el Orense otra vez.
¿Seguirás con el Valladolid en Primera?
Sí, de momento tengo un año más de contrato aquí en Valladolid.