La pasada temporada fueron varios los fichajes cuyo paso por el Deportivo dejó muy buen sabor de boca. Pero si hubo uno que apenas tardó en conectar tanto con la grada como con el resto de compañeros ese fue Carlos Fernández. El punta sevillano llegó a A Coruña un día antes del cierre de mercado en busca de una continuidad frustrada por las lesiones. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, no duda en calificar esa decisión como “todo un acierto”.
En una entrevista concedida al medio oficial del propio Sevilla FC, Carlos Fernández analizó su etapa como deportivista y fue muy rotundo al respecto. “Ahora puedo decir que soy mejor futbolista y mejor persona” afirmó el andaluz, quien también habló de las razones que le llevaron a aceptar la propuesta del Deportivo. “Quise dar el paso de irme solo, a otra ciudad, otro clima y otra cultura. Lo vi como un reto y la decisión fue un acierto para todas las partes”.
Las circunstancias quisieron que Carlos Fernández debutase con la elástica blanquizul como titular ante el Sporting de Gijón. Las buenas sensaciones ofrecidas ese día se fueron confirmando con el paso de las semanas, hasta el punto de formar junto a Quique González una dupla atacante casi letal. Todo un cambio de rol para un jugador necesitado de continuidad y minutos tras varias lesiones que cortaron su progresión. “Ha sido un paso adelante para mí porque era la primera vez que salía de casa, y me dio la posibilidad de entender mejor el juego y vivir el fútbol profesional en primer plano, siendo el presente y no ya un canterano”, afirmó.
Como deportivista, el andaluz disputó un total de 28 partidos, 25 de ellos como titular, en los que anotó 10 goles y repartió 3 asistencias. Unos registros más que notables que le convirtieron en uno de los jugadores más determinantes de la categoría y de los que se muestra satisfecho. Sin embargo, y más allá de los problemas físicos que lo mantuvieron alejado varios meses de los terrenos de juego, el de Castilleja de Guzmán sigue lamentando el haberse quedado a las puertas del ascenso. “Quitando el período de lesiones musculares ha sido un año positivo en todos los sentidos. La única pena fue no poderle poner la guinda al pastel con el ascenso”.