El fútbol femenino esconde historias maravillosas, relatos que desvelan la naturalidad que aún perdura y mantienen muchas de sus protagonistas. En septiembre del año pasado, el Dépor ABANCA puso sus ojos en Carolina Arbeláez (Medellín, 1995), una centrocampista que venía destacando en el fútbol colombiano; pero de entrada se topó con un problema: no tenía agente. Así que para llegar hasta ella, hubo que buscar otra fórmula, y el Deportivo la encontró en una rival: en Natalia Gaitán (jugadora del Valencia). Ahí empezaron las primeras conversaciones. En diciembre, Carolina se convirtió oficialmente en nueva jugadora del Dépor. Hablamos con ella sobre sus primeros meses en la ciudad herculina.
¿Cómo se fraguó tu fichaje por el Dépor?
Primero, quisiera agradecer a todas las personas de aquí, porque me han hecho sentir en casa. Me doy cuenta del interés luego de que en Colombia, con Atlético Nacional, salgo como mejor jugadora de la lig 2018. Fue muy bonito sentir que varios equipos, no solo el Dépor, mostraran ese interés en mí. Me contactó Pablo Pereiro (en septiembre de 2019) y me sorprendió, porque una de las ligas en las que yo siempre soñaba competir era esta. Y a partir de ahí, el interés surgió también de mi parte. Me sentí feliz por esa llamada.
¿Cómo fueron las negociaciones?
Todo vino porque le preguntaron a mi compañera de selección Natalia Gaitán (Valencia) si se llevaba bien conmigo. Y como hemos compartido en la absoluta, en las categorías inferiores… Se dio la coincidencia y obviamente ella dio mi contacto. Por eso Pablo llegó a mí tan fácil. No tengo ningún agente, las personas que siempre me han guiado en mi carrera deportiva son mi papá y mi mamá, que siguen en Colombia, pero siempre están apoyándome en el proceso.
Hablabas de un interés de otros equipos, ¿cuáles eran?
Era en Portugal, el Sporting Club de Lisboa también me había contactado para decirme que estaban buscando una mediocampo de mis características. Pero la verdad que lo que ha hecho el Dépor es alucinante, fue un: “¡Cómo no, dios mío, voy a ir a cumplir uno de mis sueños!”. Me considero una mujer de retos, todavía joven, y quería más. Esa ambición de venir aquí. A la Liga Colombia todavía le falta mucho, allí las opciones eran firmar con el C. A. Nacional o con el C. A. Huila, por varios años, pero para tener muy poco tiempo de competición. Lo que acá estamos teniendo de cada dos días partido, ¡guau!, alucino acá.
¿Qué fue lo que más te llamó la atención del Deportivo?
La infraestructura del club, lo que veía por internet, era grandioso. Desde los centros de entrenamiento en Abegondo hasta el Estadio Riazor, todo. Me parecía impresionante, pero lo más bonito era la campaña que hasta el momento había hecho el equipo femenino. Eso fue lo que más me enamoró, empecé a buscar vídeos de las jugadoras y a ver partidos del equipo desde que hubo el interés de Pablo (Pereiro) por mí. Fue enamorarme desde el principio del sitio donde iba a jugar. Ha sido muy difícil acoplarme, no es ya solo otro estilo de juego, sino que es otro país, otra cultura… Pero soy muy feliz aquí.
Hablabas de los estilos de juego. ¿Qué diferencias aprecias entre el fútbol colombiano y el español en ese sentido?
Tuve la oportunidad de jugar hace años en EEUU, y es mucho más parecido el fútbol español al colombiano, por el toque. Y por lo que le gusta más al Dépor: al Dépor le gusta ganar, pero también ver cómo gana, y eso a mí me enamora. Porque no es simplemente jugar al pelotazo, juego directo y lo que resulte, o que resuelva la futbolista veloz que tengas arriba, no, el Dépor tiene un ADN de jugar bien, de tocar la pelota; le gusta salir con la portera, incluso me gusta, porque es arriesgar, pero en el juego se vive eso también. Coincide un poco con el estilo que teníamos en Colombia con el Atlético Nacional. Estoy enamorada, y ahora poco a poco, paso a paso.
¿Es difícil asimilar tantos cambios tan rápido?
Sí, pero he visto millones de cosas buenas que hacen que me enamore cada vez más de este lugar. Es demasiado tranquilo, me he encontrado mucha paz. No sé si suena extraño, pero un día que uno esté aburrido, triste… simplemente va y camina al lado de la playa. Es diferente al estrés de Medellín, uno extraña todo de casa: papá, mamá, la comida… Pero es de acostumbrarse, de aprender a vivir de otro manera y aprovechar la oportunidad.

¿Dónde te ves más cómoda, de interior o ocupando la posición de mediocentro como Iris?
Siendo muy autocrítica, pienso que tengo mucho que aprender de Iris porque es una gran jugadora, la respeto muchísimo, pero me dijeron que (yo) lo había hecho un buen trabajo en esa posición (vs Rayo y Sporting Huelva), un buen trabajo de recuperación de pelota. Si tú me preguntas, me gusta mucho más irme al ataque, siendo sincera, me gustaría jugar un poco más adelante. Tengo más libertad de atacar, obviamente sé que también tengo mi responsabilidad defensiva, pero veo la posición de Iris con mucha más responsabilidad, a la hora de meterse entre centrales, etc. Me gusta mucho más atacar, pisar área, ¿por qué no gol? Entonces me gustaría jugar más adelante, pero obviamente lo haré donde decida el míster.
¿Te definirías entonces como una box to box, una jugadora que va de área a área?
Exactamente. Me encanta aparecer en ataque, siento una responsabilidad cuando no tengo la pelota, defensivamente trato de hacerlo bien, si tengo que ir al piso, voy al piso, y me raspo, y me tiro.
Hasta ahora, con el Dépor, has destacado en el robo de balón, yendo muy bien al corte…
Por eso me habían dicho: lo hiciste bien. Pero es más como un instinto de que me gusta tener el balón y cuando no lo tengo quiero ir a robarlo como sea.
Pisas muchísimo el balón, se nota que vienes de fútbol sala.
En Colombia practicaba mucho fútbol sala, sé que acá son dos disciplinas completamente diferentes. Allí lo hacía por la poca competición que había, no por otra cosa, y te regala ese toque de balón, esa técnica… Además de que me gusta mucho hacer ‘freestyle’, dominio de balón, entonces pienso que es un complemento. Por ejemplo, admiro muchísimo a mi compañera Teresa (Abelleira) porque ella me parece que es una crack y también jugó fútbol sala durante un tiempo. Por eso tiene tantos dotes técnicos. Pienso que esa es la idea del fútbol sala también.
Es atípico ver un perfil de futbolista que combine tanta entrega defensiva y calidad.
Me gusta, me encanta. Si no fuera futbolista profesional, estaría practicando siempre para hacer ‘freestyle’ o malabarismos con el balón. Es lo que también me apasiona, me llena.
El equipo ya ha cumplido su objetivo de la permanencia, ¿hacia dónde debe mirar ahora?
Este equipo lo ha dado todo, pero aún puede seguir delante. En el partido contra la Real Sociedad, muchas salimos con ese sinsabor del empate porque sentíamos que merecíamos la victoria, por cómo había sido el juego, y porque sabíamos que los goles son errores, y son errores muy nuestros. Entonces, al principio quizás el Dépor pensaba en jugar bien, pero ahora le empata la Real Sociedad, que es la actual campeona de Copa, y salimos cabreadas. Eso es muy bonito, porque eso hace que el equipo tenga hambre de más.
¿Que os haya tocado el Barça en Copa ha trastocado vuestros planes?
Seguimos trabajando igual, los sueños siguen intactos. Sabemos que es un nivel súper competitivo, con jugadoras top, pero ¿por qué no una muy buena tarde nuestra y una muy mala tarde suya? Cualquier cosa puede pasar, es fútbol y va a ser un partido bonito. Como tú dices, no tenemos nada que perder, si lo damos todo y encontramos un resultado va a ser como un ‘boom’, va a ser: ¡Guau!
¿Has ido a algún partido del equipo masculino a Riazor? ¿Qué te ha parecido la atmósfera que se genera?
Claro que sí. Ya ha tenido la oportunidad de venir a dos juegos de los hombres, y la verdad es que me encanta. Me encanta cómo juegan varios jugadores, me encanta la actitud de Mollejo, el correr y correr y correr… No entiendo como tiene 19 años, no me cabe en la cabeza. Y los he visto obviamente a todos, a Çolak, a todos, pero ese jugador me parece que lo da todo, y eso es independiente de si ganas, pierdes o empatas, Mollejo se puede ir siempre tranquilo de que corrió los 90’. Me encantan ese tipo de jugadores.
¿Te sientes identificada con él?
De su entrega total, porque me gusta sentirme bien conmigo misma. Incluso cuando termino de entrenar y tal vez siento que en algún momento dejé de darlo todo, luego en casa hago abdominales o hago algún trabajo invisible como por sentirme bien conmigo misma.