En Riazor.org siempre nos ha interesado saber cómo les va a todos aquellos aficionados que se ven obligados a seguir el día a día del Deportivo. Algunos de ellos, ilustres que llegaron a vestir la blanquiazul en algún momento de sus carreras. Este es el caso de Dani Cancela, coruñés que lleva una década en el Hong Kong enrolado en las filas del Kitchee. Su rutina también se ha visto afectada por la pandemia y os traemos un serial titulado ‘Desde la (semi) burbuja’ en el que nos irá contando cómo lleva el día a día en su vida personal, al tiempo que trata de seguir lo mejor posible la actualidad deportivista:
A 10.000 kilómetros de Riazor
Hola a todos, deportivistas. Me llamo Dani Cancela. Algunos, los más mayores, igual me recordáis corriendo por la banda de A Grela o de un recién estrenado Mundo del Fútbol de Abegondo cuando jugaba en el división de Honor, en el Fabril o asomando a algún partido amistoso del primer equipo. Los demás, puede que me hayáis leído de vez en cuando hablando de mis historias estos años en el fútbol de Hong Kong, donde vivo y juego desde hace una década, aunque la mayoría posiblemente no sepáis mucho de mi. Espero que poco a poco nos vayamos conociendo.
Mientras esperamos con una mezcla de extraña ilusión y de rabia el inicio de esta temporada en Segunda B, mientras para nosotros no empieza el fútbol aunque La Liga ya haya empezado, os voy a contar un poco del otro fútbol. El que vivo a 10.000 kilómetros de Riazor.
No todo el fútbol profesional es tan profesional como el de Europa. Y todos, como pasa en España con las categorías no profesionales que ahora vemos tan de cerca, tenemos que enfrentarnos al virus y encontrar soluciones que nos permitan seguir trabajando. En nuestro caso, la liga se paró un lejano ya 23 de marzo y tras algún intento de retorno fallido, volvimos esta semana a jugar.
Con sólo dos semanas de pretemporada tras tantos meses parados, y con seis partidos por jugar en veinte días, lo que tenemos por delante va a parecerse poco a lo que entendemos por fútbol. Una locura, pero la única solución viable que encontró nuestra Federación. No llegan al nivel de La Liga, el CSD o la RFEF, pero sus decisiones son cuanto menos cuestionables.
Dejando de lado el tema de la preparación, la logística en el tema del virus es lo mas extraño. Somos una liga pequeña, que no genera muchos ingresos y a pesar de que FIFA está siendo muy generosa con todos sus miembros en cuanto a ayudas para mitigar el efecto de la Covid, ni los clubes ni la Federación tienen la capacidad de meter al fútbol en una burbuja para poder competir. Eso implicaría meter a todos los equipos en hoteles, aislados del resto de la gente y saliendo solo para entrenar o jugar. Como se está haciendo en la NBA o en la Superliga China, pero claro, nosotros no podemos permitírnoslo.
Lo hacemos, pero mal. Es verdad que nos hacen tests cada semana, y 48 horas antes de cada partido, pero nuestra burbuja tiene agujeros por todas partes. Tenemos que autoconfinarnos en nuestra casa, sólo podemos salir para ir a entrenar y jugar, pero no todos tienen coche aquí, y la mayoría usa el transporte público para ir y volver de los entrenamientos. Además, a los demás miembros de la familia se les permite, como no puede ser de otra manera, salir de casa con total libertad. Niños que van al colegio, mujeres, padres o hermanos que trabajan, árbitros que no son profesionales y que siguen trabajando… en fin, como diría alguien que todos conocemos bien, un “paripé”.
El sábado jugamos el primer partido y perdimos, 2-1. Pero esto es tan rápido y tan seguido que estamos seguros de que todos van a pinchar. Que a partir del tercer partido, el que consiga mantenerse en pie, sin jugadores lesionados ni infectados, podrá ganar la liga. Esta semana, por ejemplo jugaremos jueves y domingo, y nosotros no disponemos de los medios que tienen los equipos profesionales para recuperar. No tenemos máquinas milagrosas ni un ejército de fisios que nos recuperen las piernas en tiempo récord, pero haremos lo que se pueda.
Yo me comprometo, mientras no empieza el fútbol de verdad, a contaros de vez en cuando como nos va yendo por esta parte del mundo. En muchos aspectos puede ser la antesala de lo que nos podremos encontrar este año en una Segunda B que no es lo profesional que debería, y que también va a ser una burbuja con muchos agujeros. En fin, os iré contando. Total, no puedo salir de casa…