Nueva edición de la columna de Dani Cancela, ex del Depor y coruñés, enrolado en las filas del Kitchee de Hong Kong desde hace una década. En su serial titulado ‘Desde la (semi) burbuja’, nos cuenta las sensaciones que le dejó el triunfo del Deportivo ante la UD Sanse.
Sumar para crecer
Que las sensaciones no dan puntos es algo que aprendimos en las últimas semanas. Que hay victorias que no dejan buenas sensaciones es algo que debemos dejar de pensar. Ganar es muy complicado, siempre, y el sábado había que ganar. No tanto por urgencia clasificatoria (con lo visto hasta ahora es suficiente para saber que nadie en esta categoría va a llevar un ritmo de puntuación demoledor) sino por necesidad balsámica. El equipo está haciendo las cosas lo suficientemente bien como para no merecer un cuestionamiento que inevitablemente llegaría de no lograr la victoria.
Y los tres puntos se quedaron en casa. Personalmente creo que haciendo menos méritos para ganar que en las dos jornadas anteriores, el Deportivo volvió a sumar de tres en tres, y ese era el objetivo principal de un partido que empezó con el equipo a gran nivel y que terminó sin sobresaltos pero con cierta sensación de que un día más, el partido se les hizo largo.
Borja modificó el sistema para poder incluir a Noel en el once, no sé si por convencimiento o por aclamación popular. El sacrificado fue Quiles porque para él es innegociable jugar sin un nueve referencia, y Miku respondió con otro gol. Sea como fuere, van 8 jornadas y los tres delanteros del equipo suman 11 goles. La delantera es el menor de los problemas para el Dépor. La proyección da que el tridente ofensivo se puede ir a casi cincuenta goles al final de temporada, y eso es garantía de éxito. Solo hace falta que los que juegan alrededor se animen, porque eso marcaría de verdad la diferencia. William es muy desequilibrante pero produce menos de lo que parece, y los medios del equipo, de momento, ven pocas veces portería.
Con Juergen en el sitio de Quiles y con Villares en turno de rotación el equipo dominó la primera parte sin discusión, aunque sin crear ocasiones tan claras como en días anteriores. Víctor hizo suya la banda entera un día más, demostrando que por fin hay alternativa a Trilli, y por la izquierda Héctor y William una vez más amargaron el día a la banda derecha del rival.
No sé si por el cambio de sistema, pero a Noel no lo encontraron tanto como nos hubiese gustado a todos, sobre todo a él, que se cansó de hacer desmarques de ruptura a la espalda de Miku que nadie fue capaz de ver. Casi todas las jugadas acababan en saques de esquina que a pesar de llevar peligro acababan en nada. Hasta que Miku cazó una y puso al equipo en ventaja: un escenario conocido que había que volver a dominar.
La segunda parte, sin embargo, fue diferente. El equipo poco a poco fue perdiendo chispa ofensiva. Quiles sustituyó a Noel pero Borja mantuvo el sistema, y el resultado fue parecido. Apenas una aparición del andaluz en una jugada que debió marcar a pesar de que fue anulada por fuera de juego.
El Dépor se fue aplanando a medida que Jurgen, William y Villares (muy buen partido del villalbés, por cierto) se fueron quedando sin fuelle, y a Borja un día más le costó hacer los cambios. Los fantasmas del día del Logroñés se adueñaron de los jugadores e incluso de la afición, que poco a poco dejó de disfrutar para empezar a temer por el resultado.
El Sanse casi no se acercó al área sobre todo porque Villares es brillante en las transiciones. Quizás no hace jugar al equipo de forma tan fluida en el juego posicional, pero cuando hay que correr, lo hace no solo mucho, sino muy bien.
Al final, solo un medio susto en un remate de cabeza, y la sensación de que esta vez el equipo no acabó pidiendo la hora. Victoria muy importante para cambiar de tendencia y para afrontar la semana de la visita a El Sardinero con la confianza y los puntos suficientes. Enfrente, esta vez sí, uno de los supuestos candidatos a pelear por la primera plaza. Otra oportunidad para dar un golpe en la mesa.