El 6 es un dorsal imponente en el Deportivo. Sinónimo de clase, talento y trabajo desde que lo portase Mauro Silva, hace casi dos décadas. Han pasado muchos jugadores y han pasado muchos y muchas ‘seises’ desde el último partido del carioca con la blanquiazul. Pero pocos se han atrevido a divertirse con él a la espalda.
La primera temporada que Paula Gutiérrez se lo puso, tuvo que hacer más de ancla que nunca: ser el eje de un equipo en el que ella era la responsable de equilibrarlo todo. Con menos vocación ofensiva, con más sacrificio en el pivote.
El segundo curso, con la llegada de Henar, Gutiérrez pudo adelantar un poco su posición y dejar muestras de su talento y su imaginación con la pelota en los pies. Nos regaló pases y goles para guardar en la galería y repostear, una y otra vez, en redes sociales. Y compaginó la magia en tres cuartos con el trabajo defensivo al lado de la asturiana.
Esta campaña, sin embargo, parece haber ido un paso más allá. Henar ya no está sola, ahora tiene a Ayaka ayudándola a sostener el centro del campo. Y eso libera a la catalana, que ha encarado esta ‘vuelta al cole’ con ganas de divertirse. De divertirse mucho.
Y cuando Paula se divierte, el Dépor sonríe. Más libre, más avanzada, más feliz. Sin perder tampoco el punto de esfuerzo defensivo que le exigen Ferreras y el equipo, pero con licencia para la magia.
He perdido la cuenta de las veces que me he encontrado en redes su asistencia de tacón contra el Atlético B. He perdido la cuenta de los halagos que he leído sobre la jugada. He perdido la cuenta de las veces que he visto su sonrisa en la celebración, traviesa y satisfecha, consciente de lo que acababa de hacer.
Feliz con la asistencia, feliz con el gol, feliz en general. Paula sonrió en el campo y la gente lo hizo en la grada, con las manos en la cabeza, intentando asumir lo que acababan de ver.
Como ese truco de magia que te deja unos segundos descolocada y necesitas procesar, celebramos el gol de Millene sin haber entendido del todo la asistencia de Gutiérrez. Cuando lo hicimos, nos recreamos con las repeticiones y nos maravillamos una y otra vez, orgullosas de que el espectáculo se sirviese en bandeja blanca y azul.
El dorsal número 6 del Dépor vuelve a brillar, aunque en un contexto totalmente diferente -y sin ánimo de compararlos-. Cerca del área, entre líneas, con la varita preparada para subir las visitas del canal de Youtube y hacer que merezca la pena cada kilómetro recorrido hasta Abegondo. Porque la 6 de este Deportivo es una de esas jugadoras por las que merece la pena pagar la entrada.
Van dos jornadas y ya tenemos candidata a ‘Asistencia del año’. Y no será la única, seguro. Paula Gutiérrez ha empezado el curso con ganas de pasárselo bien y divertir a su gente. Y si Paula disfruta, el deportivismo se frota las manos esperando el próximo pase, la próxima jugada que nos levante del asiento, la próxima función. Esperando el nuevo truco bajo la manga -corta- de la catalana. Que la magia continúe.