El Juvenil A cayó por 1-2 ante el Celta en un duelo muy igualado, marcado por los detalles, polémica arbitral y un nombre propio: Bernard. El delantero celeste entró en el descanso y revolucionó el partido con dos goles que cambian por completo el panorama del Grupo I de División de Honor. Con tres jornadas por delante, los de Miguel Figueira ya no dependen de sí mismos.
El choque comenzó con muchísimo respeto entre ambos conjuntos, donde ambos técnicos apostaron por sistemas ya reconocibles. Durante la primera media hora apenas hubo ocasiones claras. El Dépor buscó controlar desde la posesión, y aunque el Celta encadenó varios córners seguidos, no generó verdadero peligro.
Todo cambió a partir del minuto 30. Primero, el celeste Jorge se plantó solo ante Álex, que evitó el gol con una gran intervención. En la siguiente jugada, el Dépor respondió con una llegada clara que Vergara finalizó tras un pase al espacio, obligando al defensa a desviar a córner. En ese tramo final del primer tiempo, los locales empezaron a colgar balones al área, con remates de Rubén y un cabezazo de Lucas Castro que obligó a Marcos a lucirse con una gran parada.
El efecto Bernard y la polémica arbitral
La segunda mitad comenzó con el cambio que lo alteró todo: Bernard entró por el Celta y, en apenas diez minutos, ya había generado dos ocasiones. A la tercera fue la vencida: tras un pase al espacio, ganó la espalda a la defensa y batió a Álex en el mano a mano (0-1, min.53). El golpe obligó al Dépor a mover el banquillo. Rubén, cuyo cambio podría deberse a un problema físico, dejó su sitio a Dipanda, que fue el blanquiazul más activo en el tramo final.
Con el Dépor volcado, llegó una de las acciones más discutidas del partido. Con 0-1, Lucas Castro cayó dentro del área tras un contacto con el defensa, pero el colegiado Espasandín Cores no señaló nada. En la acción siguiente, el Deportivo reclamó otra mano dentro del área viguesa tras un córner, sin respuesta arbitral.
El segundo mazazo llegó en el 80’. De nuevo Bernard, de nuevo al espacio, volvió a superar en velocidad a la zaga local y firmó el 0-2. La jugada vino precedida de una posible falta sobre José Rey no señalada.
Un final de épica… sin premio
Pese al golpe, el Dépor no dejó de creer. En el añadido, José Rey estrelló un balón en el larguero, Marcos volvió a firmar un paradón ante Lucas Castro y, ya en el 97, el propio Castro hizo el 1-2 de cabeza tras una acción a balón parado. Ya no hubo tiempo para más.
Con este resultado, el Celta (67 puntos) arrebata el liderato al Deportivo (66). Los de Figueira deberán ganar sus tres últimos partidos y esperar un tropiezo de su rival. La Liga y la Copa de Campeones se complican, pero no están imposibles. Quedan tres balas en la recámara para los herculinos.