Hacer una quiniela de favoritos al ascenso en Segunda se antoja complicado. Al menos, a estas alturas de liga. Con solo 11 jornadas disputadas, si por algo se caracteriza la categoría de plata es por su enorme igualdad y por su duración. 42 partidos, y un play-off de ascenso para la tercera plaza en juego, parecen motivo más que suficiente para ser cautos con los pronósticos. Sin embargo, si uno repasa las plantillas, es difícil no relacionar a equipos como la Unión Deportiva Las Palmas con ese objetivo. Y hasta el momento, los de Manolo Jiménez han dado ciertos motivos para ello. Al menos, en casa. En 6 partidos como locales, los amarillos no han concedido ningún pinchazo: 4 victorias y 2 empates.
El pasado verano, la UD fue, junto a Málaga y Deportivo, uno de los tres equipos que descendió de Primera a Segunda. Y como suele suceder cada vez que un equipo baja un escalón, se le presuponía un objetivo ambicioso. Para ello, para buscar el regreso a la élite, además de contratar un técnico con experiencia en el fútbol nacional como Manolo Jiménez, firmó a futbolistas de la talla de Juan Cala, Iñigo Ruiz de Galarreta o Rubén Castro.
Con esos nombres partió con la etiqueta de favorito, y pese a encajar una inesperada goleada en Almería (3-0) semanas atrás, se mantiene en puestos de play-off. Y lo hace, sobre todo, por la fortaleza que tiene en casa. De los 19 puntos que posee, 15 de ellos los ha conseguido como local. El Estadio de Gran Canaria es su principal fortín. Las dudas que genera como visitante, con 5 puntos de 15 posibles, las ha sabido compensar, hasta el momento, con sus enfrentamientos en casa.
Solo Alcorcón (0-0) y Albacete (1-1) han sido capaces de arrancarle algún punto al conjunto amarillo. Por eso, este sábado, el Dépor, con una sola derrota hasta el momento en liga, tiene el difícil reto de derribar el fortín de la UD Las Palmas en casa.