El ex del Celta y del Valencia entre otros, hace un extenso repaso a su carrera en una entrevista concedida a Jotdown. En ella destaca la magia del mediapunta brasileño, «se escribió poco de Djalminha para lo que era».
Vicente Engonga Maté (Barcelona, 20 de octubre de 1965) es uno de esos jugadores que no dejaban indiferente a nadie. Un centrocampista que pasó por el Celta y por el Valencia, además del Valladolid, Mallorca y Oviedo. Entrevistado en profundidad por Jotdown, recuerda cómo fueron sus enfrentamientos contra el Deportivo. De hecho, se midió contra el SuperDepor en su día, y contra el Deportivo de Irureta con Djalminha al Frente.
En cuanto a la época del SuperDepor, recuerda que cayeron en Riazor. «El que más me gustaba era Mauro Silva, siempre he tenido debilidad por los medios centros. Ese equipo estaba muy bien montado, desde Ribera, Voro y los que tenía atrás, luego Fran, Aldana. Se decía que eran retales de otros equipos, pero los veías correr y trabajar y… el único que no corría era Bebeto, pero tenía al lado a Claudio que no veas cómo peleaba. Era un equipo con todas las letras. Además, Paco Liaño, que le tirabas cinco y te paraba cuatro», recuerda Engonga.
Años después, le tocó sufrir a uno de los jugadores con más talento que ha pasado por la entidad herculina: Djalminha. Un jugador al que el exfutbolista denomina como un «mago». Un futbolista que ejercía «fútbol de la calle. Total, malencarado. Yo tenía unas trifulcas con él… Se reía de ti. Me recordaba al listillo del barrio que te regateaba y acababas dándole una patada en la cara», apunta.
Una de las características de Djalminha era su habilidad con el balón, hasta el punto de desquiciar a sus rivales. «Era imposible jugar contra él, yo le he quitado balones a Zidane, pero a él, imposible. Y se reía de ti, ya te digo. Te daban ganas de matarlo. Siempre tenía alguna con alguno en todos los partidos. En España, en todo el tiempo que estuvo él, se escribió mucho de Rivaldo y Zidane, pero poco de Djalminha para lo que era. No he coincido nunca con él después de jugar, pero si le viera le daría un abrazo«.
Otro de los temas tratados en la entrevista, los insultos racistas. Una constante en la carrera de Engonga. «Si cada vez que me han insultado en un campo de fútbol me hubieran dado diez céntimos de euro, tendría una cuenta espectacular. En el mundo del fútbol se utiliza cualquier arma para desestabilizar al contrario, pero no es racismo, sale así con cualquiera«.
Reconoce que en Riazor es donde más lo han intentado desestabilizar haciéndole el famoso grito del mono. «Mira, en Riazor donde más. Y ellos tenían a Djalminha, a Donato, a Mauro Silva… ibas al Bernabéu, tenían a Makelele y a Flavio, y se metían contigo. Pero si como futbolista vas a estar pensando eso, o que si te han silbado, mal. No se debe decir que es racismo, sencillamente tratan de desestabilizarte como pueden. También a los árbitros se les dice de todo de sus madres, ¿qué es peor?», finaliza.