El capitán ha pasado a primera plana de la actualidad deportivista después de manifestar su intención de seguir en el club. A continuación, repasamos algunos de los datos que han hecho del lateral canario toda una leyenda.
Con el paso de los años, la hinchada del Deportivo ha visto cómo varios de sus jugadores más emblemáticos han ido desapareciendo. Con una retirada por aquí, un cambio de aires por allá, lo cierto es que en la plantilla actual tan sólo un nombre brilla como mito blanquiazul absoluto: Manuel Pablo García Díaz, nacido en Bañaderos, hijo adoptivo de A Coruña, capitán ancestral que esta semana ha confirmado que aún tiene gasolina en el depósito, que quiere renovar para seguir galopando la banda derecha de Riazor.
Con 38 años a sus espaldas, su carrera en el Dépor desde su llegada en la temporada 98-99 procedente de Las Palmas ha supuesto un ejemplo de compromiso y fidelidad a unos colores, completando 16 temporadas hasta la fecha en las que ha vivido de todo: ha sido internacional, ha participado de los mayores éxitos en la historia del club y ha superado una gravísima lesión para volver a primera línea de combate.
Recientemente ha disputado su partido número 371 con la camiseta herculina, jugando como central debido a las bajas y saliendo airoso del envite. Si tenemos en cuenta no sólo su edad sino su suplencia en el último mes debido a la eclosión de Seoane, el rendimiento ofrecido es poco menos que asombroso para un hombre que ha visto correr 30928 minutos (1747 en la presente temporada) como jugador deportivista, marcando un gol, recibiendo 47 tarjetas amarillas y sólo dos rojas.
El asunto de su continuidad ha saltado esta semana a primera plana. La intención del canario, con un contrato en vigor al que le restan tres temporadas, es seguir aquí y decidir conjuntamente con el club si prosigue dicha vinculación como jugador o se incorpora al cuerpo técnico coruñés.
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