Yeremay, Yeremay, Yeremay… El nombre del extremo canario fue el más repetido de un verano donde las ofertas se acumularon y los rumores siguieron en aumento hasta el último día. Una serie de momentos en los que el canterano contó con el apoyo firme del Deportivo, tal y como explicó Fernando Soriano en RiazorTV. Una confianza que tuvo sus frutos y que supuso la continuidad de uno de los perlas más deseadas en España.
Un verano con muchos estímulos
Sin duda, los últimos meses no han sido sencillos para el ’10’ tras recibir ofertas mareantes y protagonizar portadas en medios internacionales. «Intentas darle esa calma, esa paz… En momentos el entorno influye mucho y te puede llevar a confusiones. Es un jugador joven y el verano empezó muy movido», explica el director de Fútbol. Sin embargo, «desde principio de agosto se tenía claro cuál era la decisión».
«Él tomó una responsabilidad grandísima con el club y nosotros también con él. Ya está», zanja Soriano. Y afirma: «Hay momentos en los que las cosas te salen mejor o peor, pero no podemos olvidarnos del trabajo, de esa constancia que si vais por ahí (por el Dépor Training Center) vais a ver a Yeremay trabajando».
El reto de hacerse un hueco
Ahora, con el futuro del canario ligado al Deportivo, el reto es terminar de asentarse en el fútbol profesional. Un proceso que requiere de un importante sacrificio: «Lo difícil no es llegar a un Primera o Segunda División, lo difícil es mantenerse. La gente no valora las carreras de 14, 15 o 16 años y son muchísimos años aguantando cosas buenas, cosas malas, pesando lo mismo…». Una experiencia que conoce perfectamente por su propia trayectoria como futbolista profesional.
Es ahí donde cobra importancia la capacidad de adaptación a una profesión para que la no nace preparado. «Te prepara la vida y tiene que estar listo para ello. Son situaciones que tienes que ir sabiendo llevar y Yere es consciente de ello. Trabaja un montó para que el rendimiento sea el más alto posible. Sabe que todos lo podemos hacer mejor y más en un momento en el que al equipo le está costando», confiesa.
Un reto complejo
«Tenía claro que que si Yere mantenía el mismo nivel que tenía el año pasado en muchos momentos su valor iba a seguir aumentando. Pero eso iba a ser muy difícil porque no lo consigue prácticamente nadie». Así lo ve el aragonés, que afirma ser consciente de que «en algún momento el equipo iba a tener algún mal momento y ahí es donde se mira primero a Yere».
Por ello cree que son situaciones que hay que gestionar «con naturalidad» y sin agobios: «Es fútbol, es deporte, es un juego y hay que hacerles ver que esto sucede en todos los sitios y si quieren ser futbolistas la forma de superarlo es mejorar».