Florin Andone, delantero del Deportivo, es uno de los jugadores de la plantilla que se caracteriza por decir en todo momento lo que piensa. Así fue como suyas fueron unas palabras que posteriormente matizó tras el empate contra el Levante. El futbolista explica la situación en la que está el equipo y cómo está él a nivel personal.
¿Cómo se lleva eso de entrenar sabiendo que no vas a viajar con el equipo?
La verdad es que se me hace un poco difícil porque la acumulación de tarjetas me llega cuando mejor estaba. Es una semana para intentar descansar y me viene bien para recuperarme de unas molestias pequeñas que tengo en el isquio. He estado estos dos últimos días haciendo trabajo específico. Es una semana que me sirve para desconectar un poco del día a día e intentar llegar de la mejor manera posible a la próxima jornada.
¿Uno le da muchas vueltas a esa quinta tarjeta?
Al final la impotencia de esos últimos minutos y recibir ese empate hizo que dejara la plancha y la tarjeta era clara. No se puede echar el tiempo para atrás y me lo tomo con calma. Es un partido al que habría llegado muy justo por el isquio y tengo que intentar recuperarme lo mejor posible. A partir de ahí tengo que pensar que quedan diecisiete partidos por delante para no perderme ninguno y estar al cien por cien.
Has sido uno de los grandes protagonistas de la semana por esas declaraciones nada más terminar el partido del otro día.
Estaba muy enfadado, pero no con nadie sino más bien por la situación. Sabíamos que era un partido muy importante para nosotros y nos vimos ganadores. El partido se nos fue al final y tenía tanta rabia encima que me daban ganas de llorar delante del micro. Tenemos muchas ganas de sacar esto adelante y al final trabajas tanto que cuando se te escapa te vas con cara de tonto. Ya expliqué que no iba contra mis compañeros y fueron palabras que nacen más bien de la impotencia.
Hay gente que piensa que son declaraciones de cara a la galería.
Yo soy un jugador muy polémico en algunas cosas y cuando me caliento se me va un poco la boca pero no soy una mala persona. Soy muy competitivo y nervioso en el momento y es probable que deba tener más cuidado a la hora de expresarme en algunas situaciones. De todas formas creo que he mejorado mucho con el paso de los años. Tengo que decir que cuando empecé en esto se me iba la olla cada dos por tres y empezaba a decir comentarios y declaraciones dejando recados para gente concreta. Pero lo del otro día no tiene nada que ver, fue fruto de la desilusión y de ver que todo el trabajo que has hecho no sirve para sacar la victoria. Estoy seguro que si volvemos a hablar dentro de dos años estas situaciones no se van a repetir porque no quiero estar en boca de todo el mundo por decir cosas o faltar el respeto a nadie. Soy de sangre caliente y las cosas me salen así, pero no es por nada especial.
En Córdoba llegaste a decir de ti mismo que eras malísimo.
Fue un partido en el que salí realmente mal por como había jugado. Era un vestuario muy complicado por la situación que vivimos y fue una época en que me sentía impotente y me desaté diciendo lo que pensaba.
Tampoco está siendo fácil esta temporada.
Todo el mundo es optimista a principio de temporada. Nos marcamos retos mayores que años anteriores y a mí la ilusión no me falta. Soy de los que piensa que el Dépor puede quedar más arriba pero en la situación que estamos debemos olvidarnos de eso y pensar en el presente. Quedan muchos puntos por delante y tenemos que sacar esto como sea. Todo está en nuestras manos y no tengo ninguna duda de que lo sacaremos.
A día de hoy, ¿lo ves más complicado que la temporada pasada?
Es diferente porque la temporada pasada no llegamos a estar ningún partido en descenso. Podíamos estar rondando pero no estábamos como ahora. Esta temporada parece que los rivales son más fuertes y te obligan a puntuar. Por eso partidos como el del Levante son tan importantes. De todas formas yo veo una plantilla mucho mejor que la del año pasado y la gente tiene mucho más nivel, pero esto es mi punto de vista y no quiero faltar al respeto a nadie. Estamos en una situación jodida pero no estoy para nada nervioso porque aunque lleguemos a la última jornada jugándonos la vida, estoy seguro que lo vamos a sacar adelante porque confío en esta plantilla al cien por cien. Si no fuera así no te lo diría, pero veo calidad y no creo que tengamos que llegar a esa última jornada sino que nos salvaremos antes.
Sin embargo hay datos como los goles encajados que son nefastos. ¿Es un problema concreto o de todo el equipo?
La culpa es de todo el equipo. Creo que es algo que tiene que mejorar a base de confianza, de hacer uno o dos partidos con la portería a cero y hacerte fuerte. Creo que los últimos partidos, obviando el del Madrid, hemos estado bien, replegados y saliendo bien al ataque. Estamos en una situación en la que poco a poco vamos haciendo las cosas mejor pero nos falta cerrar los partidos. Está claro que podemos mejorar cosas pero no somos tan malos como parecemos. Al final creo que es cuestión de encadenar dos buenos partidos y encajar poco. Prefiero ganar 1-0 que no 4-3 porque al final eso va en beneficio del equipo y se hablaría menos de la línea defensiva.
¿Tiene el equipo un problema más mental que futbolístico?
No es fácil jugar todos los fines de semana pensando que tienes que ganar. Cuando te ves abajo y siempre al límite juegas con una presión añadida. Llega un punto en el que las jornadas van pasando y aunque estás muy cerca no terminas de llegar. Son situaciones que añaden presión y me encantaría que dentro de diez jornadas estuviéramos con seis o siete puntos sobre el descenso y pudiéramos jugar con más tranquilidad porque este equipo puede dar mucho. Necesitamos esos dos partidos que nos den la confianza que necesitamos.
¿Está muy tocado el vestuario?
El vestuario está bien. Somos gente profesional y que lleva mucho tiempo en esto. No somos niños ni nos vamos a poner a llorar porque no nos salgan las cosas bien. Todos tenemos confianza en el de al lado y estamos convencidos de que lo podemos sacar adelante.
Cuando me caliento se me va un poco la boca pero no soy una mala persona
¿Cómo llevas el tema de las críticas?
La afición es el jugador en sí que tiene razón siempre. Son los que pagan, los que vienen, los que alaban, los que critican, los que aplauden y los que tienen la razón. Ellos ven lo que pasa y los aficionados son de puro corazón. Ellos vienen aquí porque quieren al Deportivo y desean el bien del club. Estoy seguro que todos los aficionados quieren que Lucas meta 20 goles, que Florin meta otros 20 y que Albentosa, Fabian y Sidnei sean los mejores centrales. Al final es entendible que después de cuatro temporadas rondando la zona baja, la afición quiera un año tranquilo, pero como también lo deseamos nosotros. Me encantaría prometerles que pronto estaremos en una posición placentera para todos y de tranquilidad, porque si estando las cosas mal ellos siguen ahí, si las cosas fueran bien esto tiene que ser un paraíso. El otro día lo hablaba con Sidnei y me decía: oye Florin imagínate que tuviéramos diez puntos más, esto sería la leche. Es un lujo y solo podemos tener palabras de agradecimiento hacia ellos.
Cuando ves al Leganés jugando unas semifinales de Copa, al Getafe cerca de Europa…
Me da una envidia sana tremenda. Me alegro mucho por el Leganés que hace dos años estaban en Segunda conmigo. Me alegro también por Garitano que es un entrenador que viene de la calle, es de la vieja escuela y se ha ganado el respeto de todo el mundo. Claro que lo veo y con envidia. Sé que lo podemos hacer pero para eso necesitamos una temporada donde las cosas nos salgan bien desde el principio.
En lo personal lo has pasado mal este año.
Lo he pasado muy mal porque todos queremos jugar, pero yo hablo por mí. En mi cabeza me sentía muy triste y decepcionado pero ahora estoy agradecido. Poco a poco me he ido ganando la confianza. Cristóbal habló conmigo y está muy contento. Ahora veo todo de otra forma y me encuentro más tranquilo, más centrado y tengo todo lo que quiero tener. Me levanto todos los días con unas ganas tremendas de entrenar y ya no pienso con nervios en qué tengo que hacer para cambiar la situación. Ahora solo pienso en llegar bien al domingo. Es la mentalidad del año pasado, que no es que la perdiera, simplemente si no juegas no puedes demostrar y en el banquillo poco puedes hacer. Me siento muy feliz y he repetido muchas veces que me encantaría estar aquí muchos años.
¿Qué sacaste de esos dos meses tan complicados?
Pues que la vida no es solo fútbol. Yo soy un obseso del fútbol personal, no de sentarme a ver partidos o de visitar estadios sino de mi día a día. Vivo obsesionado con retos míos, con intentar aportar más y mejorar. Cuando te ves en la situación de no jugar intentas centrarte y pensar en otras cosas. Al final no estaba jugando pero me di cuenta que estaba sano, que tengo un gran trabajo, que puedo entrenar, que mi familia está bien, que tenemos todas las necesidades cubiertas y ves la vida de otra forma. Pero mi orgullo siempre está ahí y el no jugar siempre te va a quemar por dentro. Ahí es cuando intentas apoyarte en otras cosas que quizás yo hasta ese momento no veía. Cuando estás acostumbrado a jugar siempre y de repente dejas de hacerlo, empiezas a valorar las cosas más simples. Estoy seguro que estos dos meses me han fortalecido como persona y como jugador. Creo que el día de mañana es algo que me volverá a pasar pero hay que estar preparado y si te digo la verdad esta situación me ha venido de cine.
¿Cuántos jugadores lo estarán pasando mal en una plantilla con 24 fichas y solo media Liga por delante?
Pues muchos. Pero yo solo te puedo hablar por mí y yo lo he pasado muy mal y me he sentido muy triste. La gente piensa que cobras mucho y juegas en Primera pero va más allá de eso. Está claro que el dinero es importante y te soluciona muchas cosas en la vida pero ya no es solo el dinero, es tu personalidad, tu ambición, tu orgullo. Ese malestar de no jugar nos quema a todos por dentro. No puede haber un jugador que esté feliz en el banquillo, pero ni en el banquillo del Madrid o del Barça. Yo no sería feliz. Es imposible ser feliz sin jugar. Yo sería más feliz jugando en Segunda B que no estando en el banquillo del Dépor. Yo quiero jugar
Este mercado invernal se ha marchado un apoyo importante para ti como era Costel Pantilimon.
Hemos tenido una relación muy buena y es un amigo que me llevo para siempre. Me sabe mal que la situación haya acabado así y no haya tenido la continuidad que él buscaba o se esperaba pero solo le puedo desear suerte. La vida del deportista es así y nunca sabes cómo va a ir. Lo que sé es que nunca perderemos esa amistad que hemos forjado aquí.
Llegó para ocupar la posición maldita esta temporada.
Se ha hablado mucho sobre eso. Tenemos grandes porteros pero la situación va más allá de ellos. Puedes poner a Oblak o Casillas que como el resto del equipo no defienda te van a hacer goles. Son situaciones que vamos mejorando y podemos hacerlo mejor.
¿Qué tal tu relación con Lucas?
Mi relación con Lucas es muy buena. Es un gran chaval y nos llevamos muy bien. Todos sabemos lo que aporta al equipo, la calidad que tiene y todo el trabajo que hace. Ahora está en una situación en la que no está haciendo gol pero a mí también me pasó el año pasado y solo hay que tener tranquilidad y apoyarnos entre todos porque es un jugador diferente.
En temporada y media que llevas aquí han pasado tres entrenadores, una situación muy inestable.
La verdad es que hasta ahora sí, pero esperemos que Cristóbal dé con la tecla de cerrar los partidos, de lograr victorias y coger ese plus de confianza que necesita él y necesitamos todos. Ojalá se quede muchos años porque es un entrenador con el que estamos contentos. Es bueno tener esa estabilidad y no estar cambiando cada poco tiempo.
Cuando estás acostumbrado a jugar siempre y de repente dejas de hacerlo, empiezas a valorar las cosas más simples
¿Fue claro contigo, dialogante?
En todo momento fue claro. Nunca me prometió nada y tiene las ideas muy claras. Evidentemente hay momentos y decisiones que me han dolido pero es el entrenador y hay que respetarlo. Ahora todo ha cambiado y está muy contento con mi trabajo. Ojalá trabajemos juntos mucho tiempo.
La mayor virtud de Andone como futbolista.
Para mí el trabajo es innegociable. Soy un jugador que da todo en el campo y mi virtud es el gol. Fallaré más o menos, tendré más o menos ocasiones, pero a final de temporada siempre hago gol y creo que es una buena virtud. Si le añades trabajo ese es Florin Andone.
¿Y la peor?
No sabría decirte. Quizás me falte un poco más de técnica. No soy ni muy bueno ni tampoco el peor. Para estar en Primera debes tener condiciones porque sino no estaría aquí. También está esa mala hostia que hace que a veces se me vaya la olla pero sin ella no sería Florin Andone. A pesar de todo, futbolísticamente soy joven y tengo mucho que mejorar.
¿Qué no tolerarías en un vestuario?
La indiferencia. Y a todos nos puede llegar un día que nos aparezca, pero la indiferencia de que te dé igual todo es lo más jodido y lo que puede fastidiar un grupo. Si todos los jugadores del mundo dieran ese cien por cien, sería la hostia.