El Deportivo no pudo prolongar su racha de victorias ante un Sevilla que amenazó mucho y pegó poco. Los visitantes tuvieron el balón y las mejores ocasiones a lo largo del encuentro, pero el conjunto coruñes no se descompuso en ningún momento y se pudo llevar el partido en un final arrollador. El punto se antoja escaso para seguir soñando con la permanencia, pero, al menos, el equipo parece haber decidido caer con dignidad y eso lo agradece un Riazor que se ha enganchado a la mínima y estuvo una vez más de diez.
Insistió Seedorf en el plan que le ha dado estas dos últimas victorias, aunque decidió prescindir de Çolak. A simple vista, cambio de una sola pieza, pero que varió por completo el centro del campo que se comió al Athletic en la primera parte. Krohn-Dehli pasó del interior derecho a la punta del rombo, Borges del interior izquierdo al derecho y Mosquera del mediocentro al interior izquierdo. Todo ello para hacerle sitio a Guilherme por delante de la defensa.
El Dépor está sufriendo con este sistema cuando los equipos le atacan los costados y Montella no tardó en detectarlo. Jesús Navas y Layún, laterales sobre el papel, vivieron toda la primera parte como extremos ante la ausencia de amenaza en el retorno, mientras Sandro y Correa creaban dudas a Borges y Mosquera. Como un acordeón, el centro del campo blanquiazul abría y cerraba al gusto de los visitantes, que no tardaron en tener las primeras ocasiones. El canterano Carlos Fernández disfrutó de dos claras, pero no acertó ni en un remate llegando desde atrás ni en un mano a mano que resolvió bien Rubén cuando se había librado de Albentosa.
Los blanquiazules también dieron sensación de peligro a la contra, sobre todo por una cuestión matemática. Lucas Pérez y Adrián contra Mercado y Carriço. Sin correctores, sin capacidad de fallo. El coruñés continúa en su buen estado de forma, pero todavía le cuesta mirar a portería. Las mejores oportunidades fueron para su socio en ataque, con un buen cabezazo a centro de Luisinho y una volea demasiado centrada a pase de Lucas.
El inicio de la segunda parte fue una locura. Ya con Çolak en el campo en lugar de un Krohn-Dehli que se retiró conmocionado por un golpe, el Dépor disparó primero. Pero mal. Juanfran hizo una gran jugada por la banda derecha y Mosquera, solo en el punto de penalti, remató altísimo. La tentativa como que molestó al Sevilla, que en dos rápidas contras estuvo a nada de hacer el primero. Pero Correa también remató fuera un disparo desde la frontal y Sandro se encontró con Rubén, muy acertado en el uno contra uno.
El partido fue cayendo poco a poco del lado del Sevilla sin que Seedorf supiera reaccionar. Crítico con la acumulación de encuentros, el técnico holandés no refrescó el centro del campo y el esfuerzo fue minando a los tres pivotes dejó la pista libre para manejase el partido a su antojo. Los últimos minutos fueron un corre-calles en las que el Dépor esquivó varias balas gracias a la inocencia de los delanteros sevillistas.
Los locales también tuvieron alguna en ese intercambio de golpes. Pudo marcar Mosquera, que remató flojo un rechace desde la frontal. Todo ello antes de que en los últimos minutos se desatara la tormenta blanquiazul. Lucas se sacó dos ocasiones de la chistera, pero se fueron al limbo. La primera en un disparo muy centrado, la segunda sin siquiera llegar a engatillar por la intervención de Mercado. Borges también probó suerte en la última, pero se encontró con la madera que tantos disgustos le ha dado y sigue dando a los blanquiazules.
FICHA TÉCNICA:
RC Deportivo: Rubén; Juanfran, Albentosa, Schär, Luisinho; Mosquera (Valverde, min.83), Guilherme (Bakkali, min.80), Borges; Krohn-Dehli (Çolak, min.36), Adrián; Lucas Pérez.
Sevilla FC: Soria; Navas, Mercado, Carriço, Layún; Pizarro, Geis; Sandro (Muriel, min.76), Banega, Correa (Sarabia, min.57); Carlos Fernández (Nolito, min.68).
Árbitro: Medié Jiménez. Mostró tarjeta amarilla a Banega y Layún en el Sevilla.
Incidencias: Estadio Municipal de Riazor. Partido de la jornada 33 de Primera División.