Creamos mucho contenido en Internet, pero muy pocas publicaciones, videos o memes se vuelven virales. Desde una tendencia de Tik Tok hasta un tweet con un millón de retuits, pasando por un video de YouTube que gana fama de la noche a la mañana, la viralidad no es aleatoria: repite patrones específicos en la psicología. Las marcas, los influencers y los vendedores por igual siempre observan estos controles remotos del comportamiento de compartir y gastan enormes cantidades de dinero tratando de resolver el secreto de compartir. Cualquiera, un creador, una empresa o incluso una persona que busca su momento de protagonismo, puede aumentar la participación al comprender la ciencia detrás de la viralidad.
El impacto emocional es uno de los impulsores clave de la viralidad. El contenido que desencadena emociones, ya sea entusiasmo, felicidad, asombro o incluso indignación, se propaga más rápido. Las promociones en plataformas de juegos en línea, por ejemplo en Fuente: DealGamble, también aprovechan los desencadenantes psicológicos para crear efectos de bola de nieve para la participación continua del jugador. En otras palabras, la viralidad es más que la calidad del contenido; también involucra emociones humanas, comportamiento social y tiempo. El contenido con el que la gente se pueda identificar será compartido y llegará a una audiencia más amplia en cuestión de días.
La psicología detrás del contenido viral
El contenido viral no es sólo divertido, sino que desencadena desencadenantes emocionales en lo más profundo de nuestro cerebro. Así es como se consigue que la gente presione el botón de compartir:
- Impacto emocional. Sentimientos de felicidad, mal humor o nostalgia impulsan a los usuarios a compartir contenido.
- Valor social. Los seres humanos comparten cosas que les reflejan inteligencia, humor o conciencia.
- Valor práctico. Las personas comparten contenido que es útil o revelador porque quieren ayudar a los demás.
- Narrativa. Las personas recuerdan las buenas historias y las comparten.
- Miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés). Las tendencias que tienen un atractivo temporal limitado tienen su propio efecto temporal en el comportamiento humano; impulsan a las personas a querer actuar antes de que desaparezca la oportunidad.
Para entender esto, es necesario conocer los desencadenantes que llevan a que algunos contenidos se compartan masivamente y otros no. Ya sea un meme divertido, un titular que llame la atención o un video que llegue al corazón, lo que provoca una reacción en la gente tiende a ser compartido.
Cómo las marcas y los creadores utilizan la viralidad a su favor
No, las marcas y los creadores de contenido exitosos no atribuyen el éxito a la suerte. Crean su contenido con pasos psicológicos bien pensados para aumentar las probabilidades de que un blog se vuelva viral. Los subtítulos y los desafíos atractivos atraen una mayor participación de la audiencia, y los influencers son conscientes de este hecho. Los consumidores se han aburrido tanto de los anuncios que los especialistas en marketing han comenzado a crear campañas que parecen casi increíblemente interactivas para los usuarios, y estos han comenzado a sentirse parte del movimiento y no solo como espectadores pasivos.
Dado que los algoritmos de las redes sociales priorizan la interacción con el contenido, comprender la viralidad es más importante que nunca. Es más probable que las publicaciones de contenido que generan algún debate, interactividad o se relacionan con temas de actualidad estén presentes en los feeds. Comprender por qué las cosas se vuelven virales puede ayudar a transformar cualquier publicación en algo que la gente comparta en masa, ya sea que sea una empresa o un creador.