El Deportivo de Óscar Cano mantiene su intención de controlar los encuentros e imperar en el marcador desde la posesión. Era lógico, teniendo en cuenta el perfil del nuevo entrenador deportivista y las características del plantel blanquiazul. Pero sus tres primeros encuentros no han hecho sino reafirmar lo ya esperado. Sin embargo, el ataque posicional no está siendo la principal arma del Dépor. Más bien al contrario, ya que sus dos primeros tantos en las dos victorias del técnico granadino llegaron cuando justamente se cambió la pausa por la velocidad: al contraataque .
«A mí un buen contraataque me encanta. Un buen contraataque es orgásmico. Que seamos capaces de hacer las cosas con esa decisión y con esa velocidad…», reconocía el preparador en la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Sanse. Y es que en un momento de atasco, el Deportivo de Óscar Cano volvió a ser productivo en transición ofensiva, una fase del juego que también le permitió ‘abrir la lata’ ante el Linares en Riazor hace 15 días.
De este modo, el Dépor ha sabido castigar las pérdidas de balón de dos conjuntos que no se estaban exponiendo demasiado. Y es que es mucho más habitual que los goles al contraataque lleguen en situaciones de marcador a favor. Pero el conjunto herculino ha encontrado la fórmula de dañar incluso en situaciones de un peligro no excesivamente alto.
Alberto Quiles, decisivo en el Deportivo de Óscar Cano
Clave para eso ha sido tanto la precisión técnica como la activación. Porque aunque el Deportivo de Óscar Cano no es un equipo preparado para correr, tiene armas para hacer daño si hay espacios. Así lo demostró Alberto Quiles, capaz tanto de acudir al espacio a toda velocidad -sin ser especialmente rápido- en el 1-0 ante el Linares o de ser él mismo quien conduce la transición hasta zona de remate en el gol contra el Sanse.
El denominador común de los contragolpes fue el andaluz, gestor y finalizador. Pero también la citada activación: hay espacios y debemos atacarlos. El creer que se puede hacer daño y el entender las trayectorias de carrera para dañar. Contra el Linares, Svensson protegió el esférico y condujo hacia dentro para ir a por los centrales para hacerles dudar y filtrar un gran envío.
El catalán -un valor añadido en este tipo de situaciones que exigen movimientos verticales largos- encontró línea de pase con Quiles, algo que el ‘9’ blanquiazul no tuvo el pasado sábado. Santamaría, que acompañaba la contra, dudo si abrirse o si desdoblarse por fuera. Y en ese impás, terminó por no ser una solución. Dio igual. La conducción de Quiles le permitió atraer a dos rivales y, ante la falta de opciones, inventarse el hueco para dibujar un pase a la red perfecto. Un contraataque de manual en inferioridad, guiado por el último ‘Pichichi’ deportivista y ejecutado con precisión quirúrgica.
Así, el Deportivo de Óscar Cano ha encontrado en el contragolpe un arma inesperada para abrir las latas. Y más cuando el guion de partido ofrece pocas opciones de ‘pillar’ abierto al rival. Lo ha aprovechado bien para regocijo de su técnico, que se empeña en recalcar que el fútbol es un todo indivisible. «Yo disfruto de la totalidad que te puede ofrecer el fútbol», apuntó el técnico antes de iniciar su ‘explícita’ respuesta sobre el contragolpe. Y el Dépor parece empeñado en encontrar productividad a alguna de sus ‘partes’, poco explorada hasta ahora, si su principal vía para ganar no le permite hacerlo.