El Deportivo visita este sábado Sestao con algo más de urgencia de lo que apuntaba hasta el último suspiro del duelo con el Arenteiro. El equipo blanquiazul necesita ganar en Las Llanas para recibir la próxima semana al Barça Atlètic con una ventaja importante, y es precisamente pensando en ese encuentro donde el equipo blanquiazul se encontrará con una de las grandes amenazas en su visita a tierras vascas.
Los jugadores apercibidos han estado bajo el foco desde hace más de un mes y el conjunto blanquiazul ha ido esquivando bien, sobre todo, la acumulación de sancionados. Fueron cayendo uno a uno todos los futbolistas en peligro salvo tres. Pero vaya tres. Así, acuden a Sestao en capilla Lucas Pérez, Villares y, veremos si su estado físico se lo permite, Ximo Navarro.
Pero el peligro de perder a alguno de los dos capitanes para el partido decisivo con el filial culé representa ya una preocupación a tener en cuenta para la gestión de las emociones durante el duelo de este sábado. Villares apenas se ha perdido un partido en toda la temporada y Lucas Pérez, más allá del mes que pasó fuera por su esguince de rodilla, ha sido clave en una segunda vuelta para enmarcar.
Una semana más de resistencia
Ambos deberán extender su resistencia a una tarjeta de la sanción por lo menos un partido más. Porque su condición de apercibidos no viene de ahora. Lucas vio su última amarilla el 3 de marzo, aunque también es cierto que por su tiempo de baja sólo ha jugado cuatro partidos desde entonces en los que, en todo caso, se ha mantenido limpio. Cinco son los encuentros que suma Villares sin ser amonestado, con más mérito todavía debido a su posición en el campo. El de Vilalba no ha cumplido todavía un ciclo mientras que su compañero en el doble pivote, José Ángel, será precisamente baja en Sestao tras recibir el pasado domingo la décima amarilla del curso.