Hay semanas en las que a una se le hace difícil escribir. Es como tener un nudo en la garganta que te impide hablar o expresar lo que estás pensando.
Me gustaría hablar de que el ascenso a Primera aún es posible, aunque me llevaría a analizar por qué contra el Numancia vimos a ese Dépor que creímos que estaría a estas alturas en ascenso directo y no al que estábamos acostumbrados a ver durante las últimas jornadas. Más que nada, porque mi análisis va más allá del “Directiva dimisión” o de las cuestiones tácticas: mi análisis va más por la vía de la actitud de los jugadores y, como os decía al inicio de este párrafo, hay semanas en las que, sencillamente, a una le cuesta.
Pero si hoy no soy capaz de hacerlo con fluidez no es por la incertidumbre de saber si ascenderemos o no, sino por un hecho que se ha producido recientemente y que ha conmocionado a gran parte de la afición, especialmente a aquella relacionada con las peñas. Hace unos días conocíamos la noticia del fallecimiento de Carlos, “el Faluyo”, persona muy querida entre la afición, gran deportivista y gran persona. Su pérdida ha afectado a mucha gente de mi entorno que tenía trato directo con él y, sinceramente, a mí me ha dejado muy triste. Porque, al final, los resultados pueden acompañar o no, pero lo verdaderamente importante son las personas y el amor que nos une hacia nuestro club. Su muerte me ha evocado viejos fantasmas, fantasmas propios, pero todos con el mismo nexo de unión: el sentimiento blanquiazul.
No puedo evitar preguntarme si los jugadores son conscientes de ese sentimiento, del desgaste emocional al que se ve sometida la afición jornada tras jornada, si valoran los cientos de aficionados que se desplazan a apoyar al equipo cuando juega fuera, si piensan en gente que, como Carlos, emanó deportivismo hasta el final.
Yo no puedo correr ni esforzarme por ellos y no sé hasta qué punto estos tiempos de incertidumbre en cuanto a la directiva se refiere ayudan o desconcentran y, si os soy sincera, me da igual. Lo único que siempre he pedido es sentir que quien tiene la suerte de vestir nuestra camiseta, la sude.
Por Carlos, por todos los que ya no están y por los que seguiremos estando.
Y hablando de estar: este domingo tenemos una cita con las que no han fallado en toda la temporada. ¡Llenemos Abegondo en el camino que lleva al Dépor Abanca a la Liga Iberdrola!