«Son todos buenos recuerdos, tanto en El Molinón como con muchos aficionados cuando íbamos a Riazor. Recuerdo las mareonas y esos son los ambientes que a mi me gusta. Me gusta que estén las dos aficiones, que cada una disfrute con su equipo y sin malos rollos«. Así recuerda Lora, ex del Sporting de Gijón y actual jugador del Marino de Luanco, sus enfrentamientos con el Deportivo.
El actual jugador del Marino de Luanco, disputó un total de ocho partidos contra el Deportivo, perdiendo solo esta temporada en Riazor. «Me llamaron en la ida y me dieron el dato, no lo sabía. Pensé que había perdido algún partido contra el Deportivo. Tenía en mente algunos, en Riazor empatamos en los últimos minutos con un pase mío, gol de Diego Castro. La última vez que jugamos allí, ganamos con dos centros míos a Sanabria. No sabía el dato de que solo había perdido el último partido».
La motivación de un Marino de Luanco que no se juega nada
«Nosotros no tenemos opciones. Antes de empezar esta fase sabíamos que iba a ser complicado pero siempre tienes la ilusión de luchar hasta del final. No nos jugamos nada pero buscas otro reto, otras motivaciones. Por ejemplo, ganar un partido en esta segunda fase, jugamos como si fuese una liga de seis partidos e intentar no quedar los últimos. Recibimos a un Deportivo que no todos los años puede el Marino recibirlo en su casa. Es una motivación para todo el equipo, la única pena es que no pueden disfrutarlo todos los aficionados del Marino», explicó Lora en RiazorTV.
Manel en el banquillo
«Para Manel es un partido especial, pudo tener el orgullo de pertenecer a la plantilla del título de Liga. Guarda buenos recuerdos de A Coruña. Es un partido especial para él, pero busca lo mejor para su equipo, que es el Marino. Estamos estudiando como siempre a los rivales, puntos fuertes, puntos débiles si tienen para conseguir la victoria el domingo».
Añadió, además que «desde la llegada de Manel, el equipo creció sobre todo en organización, labores defensivas. El equipo estaba más compacto, no tenía esos errores de la primera vuelta. En A Coruña nos fuimos fastidiados para casa, pero el equipo quedó contento. Creemos que hicimos un buen partido y les pusimos las cosas difíciles al Deportivo en su campo. Es la seña de Marino, un equipo ordenado, que intenta no cometer errores. Tenemos jugadores con calidad, que podemos combinar. Algunos son baja, pero seguramente el que salga lo hará igual de bien y con mucha ilusión. Para el club y para la gente de Luanco es un partido guapo de poder disfrutar. Un equipo como el Dépor no viene todos los años a jugar en partido de Liga».
Su etapa en el Marino de Luanco
«Competir ahora en Segunda B no es lo mismo que cuando lo hacía en el Sporting B con 20 años. Estoy a gusto, me encuentro bien para seguir jugando más años, pero el final está más cerca que antes. La ilusión no la he perdido nunca, va a ser lo que me marque cuando tenga que dejar el fútbol. Cuando me preguntan los compañeros, y dicen de broma ‘animad a Lora que está nervioso’, yo se lo digo y creen que les miento. Antes de un partido tengo nervios en la tripa, tengo cosquilleos. Eso quiere decir algo, que me sigue importando, que estoy con ganas y motivado. Seguiría jugando hasta que no pueda ni moverme. Me encantaría seguir en Primera o Segunda, sería algo ideal, pero el fútbol tiene sus etapas. Disfruté muchísimo de Primera y Segunda, con un equipo del que estoy orgulloso como es el Sporting. Ahora estoy en un club más humilde, fuera de la presión el fútbol profesional, pero estoy en mi casa, en Gjión. Civo tranquilo, suena a tópico, pero el Marino es una familia. Estamos todos muy unidos, estoy disfrutando como si tuviera 20 años».
Así acabó Lora fichando por el Marino de Luanco
«Terminé con el Sporting y siempre dije que tenía ganas de probar en el extranjero. No quería decir al acabarse el fútbol que me faltó jugar fuera. Pude disfrutar en Chipre, muchísimo, y mi intención era seguir buscando algo. Las cosas que vinieron no me convencieron, acabo de ser padre, entre unas cosas y otras te tira un poco venir a casa, estar tranquilo. Esa pretemporada hablé con Morán, le dije si podía hablar con Oli para prepararme de cara a la temporada. Las cosas que me vinieron no me convencieron, se fue dando el periodo de empezar la temporada, ellos me decían “vemos que no te vas… si te quedas con nosotros, encantados». Pones una balanza, de pros y contras, al final me quedé en Luanco, encantado y disfrutando».