«El gol más importante de mi carrera es el de la permanencia en el Camp Nou, los siguientes os lo dejo elegir a vosotros». Así de rotundo se mostraba Lucas Pérez esta semana cuando se le pedía que seleccionara un Top-3 de sus mejores tantos con el Deportivo después de alcanzar los 50 con su lanzamiento de falta al Tarazona.
Y parece que buena parte del deportivismo está totalmente de acuerdo con el delantero coruñés. Al menos así lo ha reflejado la encuesta que hace unos días pusimos en marcha en Riazor.org poniendo en el escaparate los considerados por la redacción 7 mejores goles del 7 blanquiazul. Los resultados no arrojan demasiadas dudas, con prácticamente el 50 por ciento de los votos para aquel tanto al Barcelona:
La combinación entre el significado del gol por su importancia – el Dépor logró la permanencia esa tarde con el 2-2 que culminó después Salomão – y la belleza del mismo es difícil de superar. El recurso que se sacó Lucas para acomodarse el balón en una baldosa pisándolo y el zapatazo a la escuadra está a la altura del momento.
Volea y recurso de fútbol sala para completar el podio
Más allá del milagro del Camp Nou, hay otros dos goles de Lucas Pérez que han llamado la atención de nuestros lectores. Y con razón. Los dos en Riazor y los dos con sendos recursos dignos de quedar en la memoria colectiva. El segundo escalón del podio es para el tanto que el de Monelos logró en Riazor ante el Athletic de Bilbao. Una maniobra de gran dificultad dentro del área después de cruzarse en un balón al área de Juanfran y rematar sin dejar caer la pelota con una gran volea a la media vuelta. El tercero es una mezcla de calle y fútbol sala, dos de las características que siempre han definido a Lucas. Fue ante el Atlético de Madrid, cuando estuvo listo para robarle la cartera a Giménez y caminar por la línea de fondo hasta tirar a Oblak con una pisada más propia de otro tipo de superficie antes de marcar con la derecha.