A principios de enero se cumplió un año desde la vuelta de Lucas Pérez al Deportivo. El delantero coruñés fue el protagonista de esta semana en RiazorTV, donde repasó cómo han sido los últimos doce meses, además de analizar el buen momento actual del conjunto coruñés y su relación con los demás integrantes de la plantilla, especialmente los más jóvenes.
Las llegadas de Raúl Alcaina y Luis Quintero
«Solo vinieron dos nuevos, no vinieron cinco. Si me dices que vinieron cinco digo ‘vale’, pero vinieron dos. Es algo normal en el mundo del fútbol. Los que llevamos cuatro días en esto sabemos qué pasa en los mercados. A veces toca recibir a compañeros o despedirlos. Hoy ha tocado lo primero y de la mejor de las maneras para que estén adaptados y que puedan entrar en dinámica cuanto antes. Lo que queremos es que nos ayuden».
«Hubo el típico pasillo de collejas. Los chavales la verdad que son jóvenes. Tenemos un vestuario donde tenemos gente joven y se van a adaptar muy rápido. Al fin y al cabo yo aunque tenga 35 años me considero muy joven y me encantan las bromas, meter con uno o con otro… Dentro de poco cogerán la confianza que tenemos, que se metan en el ambiente de las bromas. Los necesitamos cuanto antes para dar resultado, que es lo fundamental».
La buena dinámica del Deportivo
«En el mundo del fútbol he tenido la suerte de vivir diferentes etapas en mi vida. Cuando los resultados no se han dado y cuando sí se dan. Cuando no se dan siempre se dicen muchas cosas que no son verdad. Ahora que los resultados se están dando se dice que el vestuario está unido. El vestuario ha sido el mismo cuando hemos rozado el descenso y ahora mismo que estamos a cinco puntos del primero. Lógicamente la confianza influye cuando hay lesiones de jugadores, cuando las cosas no salen como uno quiere… Sabemos las posibilidades que tiene la plantilla y que ahora se está dando una buena racha para conseguir el objetivo».
El partido ante el Celta Fortuna
«Son partidos donde sabes que estas jugando contra un rival directo que está por encima de ti. Sabes que te ganaron, que estás enfrentando al filial de tu rival y lógicamente sabes de la importancia emocional y de clasificación. El equipo venía de un buen partido ante el líder y lo preparamos de una manera muy adecuada: ir a buscarlos arriba y no dejarles la posesión. Había que acertar en las áreas. Ellos tuvieron en la primera parte la del palo, pero fue un partido igualado. Lo viví muy tranquilo porque en el campo las cosas se viven mucho mejor desde dentro».
Su rol de ‘veterano’
«Mellita, Barcia, Martín… A todos los que vienen con nosotros y todos los que están aquí yo intento darles confianza. Tienen que intentarlo, tienen que equivocarse. En la vida para crecer hay que equivocarse. Que no les falte el tema de no intentarlo, que estén a gusto. Yo entiendo que no es lo mismo jugar en el Fabril sin tanta repercusión que jugar en el primer equipo del Dépor. Yo lo que veo es que tienen muchas ganas. Están muy contentos y son muy felices. Eso es lo que me hace ir cada mañana a Abegondo a entrenar con ilusión. Ellos te la contagian».
Una retirada que queda todavía lejos
«De momento me encuentro muy bien. Estoy siendo feliz haciendo mi profesión. No tengo 25 años, pero no me pongo una fecha límite. Esto me lo decidirá el cuerpo o la cabeza. Es algo que cada vez que vengo a casa ni lo pienso ni me lo planteo. Nunca me acabaré de retirar porque cuando me retire del fútbol profesional me iré al amateur a jugar con mis amigos. Son fases de la vida y hay que estar preparado. Manuel Pablo jugó hasta los cuarenta, pues lo voy a superar. Hasta los cuarenta y un día. Ya se lo decía a él siempre».