Esta mañana, por cuestiones laborales, tuve la ocasión de entrevistar a Cristian López Santamaría para el medio madrileño Pobla FM. Cristian tiene 27 años y después de varios años jugando en equipos de Segunda División ‘B’ (Alicante, Real Madrid Castilla, Valencia Mestalla, Atlético Baleares y Burgos) firmó el pasado verano por el Cluj rumano, equipo que hace no mucho lucía su escudo en grandes estadios del continente en Champions League.
En el conjunto de Europa del Este se ha hecho definitivamente un hombre. Terminó la temporada regular como segundo máximo goleador de la categoría y es una de las sensaciones de la campaña en el fútbol rumano. Cristian comparte equipo con el exdeportivista Juan Carlos Real y ambos están en semifinales de la Copa rumana, a dos partidos de ganar un título, una situación que ninguno de los dos preveía hace pocas temporadas.
Preguntado por la posibilidad de volver a España tras un buen paso por tierras rumanas, el delantero alicantino deja la puerta abierta. En medio de esta conversación sale a escena el nombre de Lucas Pérez. El coruñés tuvo que marcharse a Ucrania primero y a Grecia después para ganarse la oportunidad de volver a España. Y la ha aprovechado de la mejor manera. Esta temporada está causando sensación en la Liga BBVA y acumula 15 goles y 9 asistencias en 28 partidos, unas cifras brutales.
Lucas es un ejemplo para cientos de futbolistas que se han marchado del país con la idea de volver para triunfar en el fútbol español. Ha demostrado que es posible aun marchándose a ligas de mucha menor repercusión. «Lucas Pérez está demostrando que salir de España no es un paso negativo», me comentó Cristian con una seguridad impactante en sus palabras.
«Siempre he seguido a Lucas. Sabía que había salido de España para buscarse su futuro. Ahora mismo está demostrando que salir de España quizás fue un pasito atrás, pero para dar dos para adelante. Él ahora está haciendo las cosas muy bien en la mejor liga del mundo», añade el delantero del Cluj.
Si Juan Carlos Real y Lucas Pérez son dos «lazos deportivistas» de Cristian con el Dépor, existe un tercero. Coincidió con los Pandiani en el Atlético Baleares. «Para mí fue un placer compartir vestuario con Walter. Además de aprender de todo lo que hacía, yo tenía 23 años y me ayudó mucho con sus consejos. Fue como un amigo, como un padre y como un entrenador para mí. Sigo teniendo muy buena amistad con los dos». Desde hoy no seguiré solo el Cluj por Juan Carlos.