Manuel Pablo recibió hoy el alta médica. El lateral espera poder entrar en la convocatoria para el partido ante la UD Las Palmas, y sobre todo, entrar aunque sea unos minutos para enfrentarse a su gran amigo Valerón en Riazor. «Estoy listo, ahora depende de si el míster decide contar conmigo en la convocatoria«. Y es que el veterano aseguró que «trabajo como siempre, para estar dentro de los 18. Se que no es fácil, pero hay bajas en defensa».
Y es que enfrentarse a la UD Las Palmas siempre es especial. «Llevo la mitad de mi vida fuera, estuve desde los 9 años en esa cantera. Es muy especial. Haberme hecho allí, haber debutado como profesional, tengo buenos recuerdos de allí«.
Sobre si este podría ser el último partido de Manuel Pablo y Valerón en Riazor, el lateral intentó regatear el tema. «Puede ser, pero tampoco quiero hablar de eso mucho. Ya sabemos que tenemos una edad, que cada vez jugamos menos y las posibilidades son mínimas. Siempre hay esa posibilidad, pero es algo que a ninguno de los dos nos gusta hablar, lo vemos como algo natural, no queremos darlo como una noticia».
Explicó que habló con Valerón, con quien «juego a la Play todo el día online». Añadió que «le pregunté por sus bajas, la de William y Jonathan, pero parece ser que William sí llegará al partido».
En cuanto a si coincidirán sobre el verde de Riazor, «no se si jugaremos o no, pero enfrentarse al Flaco es algo especial. Es un jugador que solo tienes que fijarte para saber por qué sigue jugando. Cómo entiende el fútbol que hace a sus compañeros mejores. A los ojos de cualquier futbolista verlo debe ser especial».
De hecho, Valerón «es alguien especial, y también lo es para el fútbol. Es especial como jugador, como persona. Creo que se merece todo lo que dio aquí, ya sabemos la cercanía que tenía con la afición, con las peñas. Cualquier homenaje es poco».
Manuel Pablo esperaba jugar más esta temporada, aunque puntualizó que «al principio estuve lesionado bastante tiempo, a mediados de octubre ya estaba con el equipo. Empezaba la Copa del Rey, en ese momento que estaba a nivel de los compañeros y esperaba jugar más. Decepcionado no estoy, triste sí. Cuando uno no juega está triste. Entreno como si fuera a jugar el domingo, aunque se que mis opciones son pocas».
Sobre su futuro, del que no quiere hablar, reconocía que «algún compañero me decía que por qué no iba a Segunda. Pero yo tengo una edad y cuando no te ven jugar es difícil. Además, estoy integrado aquí. Solo con entrenar, aunque no tuviera ficha, me hace feliz. Eso es algo que ellos tienen que saber, lo importante que es el día a día. No venir a pasar el rato, venir para crecer, competir y ser mejor. Mi idea no está en irme a otro lado».
Por último, sobre la sanción de Arribas, «lo que dijo y si lo apuntó el árbitro, sabíamos que podía ser una sanción de más de un partido seguro. El árbitro se puede equivocar, echar al jugador del Celta, pero Arribas se equivoca en ese momento, como todos nos equivocamos. Estamos a 200 por hora, ves una injusticia y vas a protestarle. A veces tienes la suerte que te lo apunta y otras no. Tal vez Arribas fue muy reiterativo y por eso lo apuntó. Sabíamos que podía caerle más de un partido, igual hay alguna posibilidad de que le quiten alguno».
Y es que hasta el propio Manuel Pablo se ha visto en una situación así. «El único que es especial es el Flaco, es especial hasta para eso. Hay un momento en el que el jugador ve una injusticia, el consejo es no hacerlo o calmarte al momento. Pero no siempre funciona».