Fernando Soriano será finalmente quien ocupe el puesto de director deportivo en la estructura del Dépor. El aragonés llega a A Coruña después de una fructífera experiencia como responsable de la parcela deportiva en la UD Ibiza. Con el conjunto balear consiguió ascender a Segunda División, categoría en la que el equipo consiguió mantenerse hasta la salida del ahora nuevo integrante del club coruñés.
En una entrevista con David de las Heras publicada en 2019, Soriano explicaba cuál era su metodología de trabajo en el día a día del club ibicenco. De su explicación se puede extraer un gusto por estar en el día a día del equipo, aunque sin intervenir de forma directa en la gestión de la plantilla. Destaca también el trabajo cooperativo que promueve entre todos los miembros de la dirección deportiva a la hora de analizar las diferentes opciones de fichajes.
«A lo mejor hay un jugador que hemos visto tres veces y nos ha llamado mucho la atención. O de las tres veces se le ha valorado en dos lo ha valorado muy bien. Cuando hay un jugador que nos gusta mucho se le hace un informe personal y ese scouting le manda a otro verlo en televisión el siguiente partido. Intentamos que sea sin leer lo que ha puesto el compañero en su informe», explicaba Soriano.
Con este modelo de trabajo lo que se busca es «tener valoraciones de diferentes personas y cuando todos coincidimos decimos ‘oye, este jugador es muy interesante’, vamos a enterarnos a nivel personal». Hay una cosa que tiene clara: «Lo que menos nos gusta es que llegue un jugador aquí y nos sorprenda algo«.
En el Dépor, la primera tarea que tendrá que comandar Soriano es la configuración del equipo, en la que intervienen diversos factores. «¿Cómo queremos nuestra plantilla? ¿22, 20, 21, 19, 18…? Conversamos yo y el míster y entonces ya empiezas a planificar en qué posiciones te puedes mover. Otro tema importante es la edad (normativa de la RFEF en cuanto a las fichas), qué jugadores queremos que tengan más de 30 años. El ambiente que se respira en un vestuario es importante y hay que convivir con muchas cosas», reflexionaba.
En cuanto a los fichajes, disponen de una fórmula para clasificar a los candidatos en función del interés que generen. «Puedes hacer una valoración numérica o con letras. Nosotros hacemos A-B-C-D. ‘A’ de ‘a fichar’ si lo tenemos clarísimo. ‘B’ de ‘a seguir viendo’; incluso puedes poner ‘B positivo o negativo’. ‘C’ de ‘jugador normal de la categoría’ y ‘D’ de ‘jugador descartado’«, resumió Soriano.
Un día a día cercano al cuerpo técnico y a la plantilla
«Una semana fuera del mercado de fichajes normalmente vengo los lunes por la mañana temprano y lo primero que hago es descargar el partido que hemos jugado el día anterior. Bajo al vestuario, hablo con el míster, veo a los jugadores, si ha habido algún problema, alguna lesión… Después subo y ya tengo el partido descargado. Suelo ver el partido otra vez aparte de la sensación que he tenido en directo, porque yo siempre viajo con el equipo. Es una de las cosas que tengo marcadas. Luego veo el partido, el entrenamiento y voy tomando notas», explicaba acerca de sus rutinas de trabajo.
Para finalizar, quiso explicar también que «dentro de mi profesión dejamos muy claro cuál es la función del entrenador y cuál es mi función. Yo nunca me voy a meter en qué tiene que entrenar el entrenador, a quién tiene que poner, qué cambio tiene que hacer… Lo que sí que hacemos es intercambiar impresiones». Solo falta que elija a ese nuevo ocupante para el banquillo tras la salida de Rubén de la Barrera.