Hace justo un año Miku hacía las maletas y se marchaba del Deportivo después de dos temporadas como blanquiazul en las que el equipo no consiguió ascender a Segunda División. Tras una campaña jugando para Real Murcia e Intercity y con ganas de seguir disfrutando del fútbol, el venezolano ha vuelto de visita a A Coruña y ha reflexionado en Coruña Deportiva sobre su salida y la situación actual del club herculino.
Vivir en A Coruña
“Es una ciudad que tiene muchas facilidades. Tenemos una linda casa que compramos en mi época cuando jugaba acá y luego también tiene una hospitalidad que nosotros sentimos y ese calor familiar. Muchos venezolanos han vuelto porque son hijos de gallegos o nietos de gallegos y como cuando Venezuela les abrió los brazos a los españoles por porque aquí había situaciones difíciles y muchos gallegos fueron a Caracas e hicieron vida, pues cuestiones de la vida ahora toca al revés y han vuelto muchos. Nos sentimos dentro de una comunidad con gente afín a nosotros, pero también con ese calor de que los gallegos te abran las puertas. Son muy simpáticos, muy colaboradores, muy amigueros y no hablemos de la gastronomía ni de otras cosas, que también eso suma”.
Miku y su posible fichaje por el Dépor en Primera División
“Yo pude haber venido en Primera División. El año que Joselu llegó a última hora me querían fichar a mí, que estaba en el Rayo, pero el presidente del Rayo les pidió una cantidad desorbitada de dinero y en aquella época el Dépor no estaba muy bien que digamos en el aspecto económico. Me acuerdo en el campo del Alcorcón jugando un amistoso con el Rayo y ese día yo no juego. Me quedo en la tribuna porque mi agente me dijo ‘si esto va para adelante no juegues, porque a ver si se va a parar por una lesión o algo’. No se hizo y se me quedo ese resquemor de poder venir y de conocerlo. Luego cuando vine y estuve aquí disfruté durante los dos años a pesar de las circunstancias de la vida en general y cuando tocó marchar por temas deportivos la tristeza fue increíble, pero son cosas de la vida y es lo que pasa”.
¿Quién le comunica su salida del Deportivo?
“Nadie, faltaba una figura. Al final es un trabajo y si las personas hablan a la cara y se dicen las cosas yo creo que es mucho mejor y más sano. Fue muy duro porque yo a nivel deportivo ya tenía el contrato para Segunda División. Ya había cumplido los objetivos, entonces yo pienso ‘si ya para Segunda División valía con 200 partidos casi en Primera División, tanto en España como fuera, ¿por qué ese año no se toma en cuenta?”
“Cuando me fui en broma le digo a Quiles que no iba a meter veinte goles porque no le iba a poder arrastrar la marca. Al margen de eso, que es una broma, me dolió mucho porque yo entendía que podía haber seguido, aunque mi rol fue ese cambiar. Aunque me hubieran dicho eso yo hubiera entrenado como si hubiera sido titular y el que jugara titular pudiera tener una competencia muy dura, porque yo no regalo nada nunca”.
“Nos costó mucho entenderlo. Los directores deportivos me llamaron para decirme que era tema del entrenador y el entrenador me llamaba y me decía ‘no, es tema de la dirección deportiva’ y yo ‘bueno, asumid responsabilidades’. Nadie dio ese paso. Todo mi compromiso y mi entrega al club no fue valorada, porque yo he jugado lesionado. He jugado con el aductor roto en la época de Rubén y con Borja también con muchas molestias”.
Su salida y el fichaje de Lucas Pérez
«Me he ido enterando que, como iba a venir Lucas, ellos interpretaban que dos líderes en el vestuario podrían chocar. Lo que no han entendido es que Lucas y yo ya somos amigos y nos entendemos bastante bien. Con lo cual, cuando dos personas son amigas el conflicto no existe y tanto Lucas como yo lo que queremos es lo mejor para el Dépor. Sin contar que su forma de jugar se complementa con la mía, porque Lucas el cabrón tiene gol, es un diablo, pero no es un 9 referencia. En esta categoría yo creo que él tiene que jugar detrás de un delantero para poder moverse libremente y que se aproveche de los espacios que se dejan cuando se arrastra la marca».