La escalada bélica en Oriente Medio, con el reciente ataque de Irán a Israel, ha tenido afectado no solo a la población local, sino también a extranjeros que por motivos laborales o de otra índole se encontraban residiendo en el país asiático. Es el caso de Paco Jémez, exfutbolista del Deportivo que se encontraba entrenando al Tractor Sazi, equipo de la Primera División iraní.
El peligroso contexto de la zona le obligó a él y a su cuerpo técnico a marcharse con la mayor rapidez posible. «Cuando nos levantamos el domingo y nos enteremos que han atacado a Israel tenemos clarísimo que hay que salir del país porque la intranquilidad en la que vivimos no merece la pena», explicó el técnico, que ya se encuentra en A Coruña, en el programa Coruña Deportivo de Radio Coruña.
«Sin la ayuda del club habría sido mucho más complicado. La embajada ha estado siempre muy cercana a nosotros, pero para salir del país necesitas un visado del gobierno y sin él no puedes salir del país. Te lo tiene que gestionar la empresa, que siempre nos ha ayudado y nos arregló todo lo más rápido que se pudo. Rescindimos sin problema y es de agradecer», afirmo Jémez, mucho más tranquilo que hace unos días.
«Tras el ataque el espacio aéreo iraní estuvo cerrado. No salía ni entraba ningún vuelo. Eso nos hizo sopesar la posibilidad de salir por tierra. Bien por Uzbekistán o bien por Turquía en un coche o autobús. El lunes por la mañana se abrió, pero había una incertidumbre muy grande porque los vuelos se cancelaban. Tuvimos la fortuna de que había un vuelo de la compañía propiedad del dueño del Tractor Sazi a Estambul. Nos sacaron los billetes para ese vuelo, pero no teníamos la certeza de que iba a salir. Al final salió a su hora», relató, como si se tratase de una película.
Un factor importante era la familia, que estaba muy pendiente de su situación desde España: «Nosotros les contábamos la mitad de las cosas que vivíamos en Irán. Son ganas de preocupar sin motivo. De hecho mi madre se entera de que estoy en España cuando aterrizo en Madrid. La angustia te hace sentirte mucho peor y desde aquí no entienden. Su intranquilidad potenciaba mucho más la nuestra».
Finalmente, hizo balance de su etapa en Irán, de la que afirma no arrepentirse: «Siempre digo que las experiencias son buenas. Sabíamos que íbamos a país diferente, difícil, que no es a lo que estábamos acostumbrados, pero que íbamos a crecer en muchos aspectos. Gente diferente, país diferente, fútbol diferente, normas diferentes… Nos han tratado fantásticamente bien».