Manuel Losada, Chollas, analiza un Racing de Ferrol – Deportivo donde los de Óscar Cano no consiguieron pasar del empate. Este es su extenso análisis.
La fase ofensiva del Racing de Ferrol – Deportivo
Óscar optó por jugar con dos delanteros, Svensson y Lucas, con el principal objetivo de dejar total libertad al de Monelos para moverse por cualquier parte y que éste interpretase, en cada momento, el mejor espacio a ocupar/desocupar. Por detrás, Villares y Rubén en la medular, con Quiles y Soriano en las bandas a “pierna cambiada”. Por último, Raúl Carnero, Pablo Martínez, Jaime y Antoñito ocupaban la línea defensiva con Mackay en la portería.
En fase de inicio, Villares o Rubén descendían a la altura de los centrales y el otro, junto a Soriano y Quiles, buscaba ocupar los espacios centrales de forma no prefijada. El Racing tenía bien estudiado al Depor y los laterales perseguían, en gran manera, a los extremos deportivistas, sobre todo a Soriano. Seguramente, cuando Parralo visionó los partidos del Deportivo observó cómo existía una tendencia inferior a incorporarse (y de capacidad ofensiva) de Raúl Carnero en relación a Antoñito. En consecuencia, Quique Fornos (central que actuó como lateral derecho) perseguía a Soriano para evitar sus recepciones perfiladas a portería racinguistas.
Con esto, al Depor le costaba avanzar contra un Racing que esperaba en un posicionamiento principalmente plegado y que esperaba que el Depor intentase avanzar o llegase a sectores laterales mal estructurado para “apretar” con mucha agresividad y sincronía. Cuando sucedía que el Depor era capaz de superar una línea o un rival, los ferrolanos o hacían una de las famosas “faltas tácticas” o realizaban retornos muy rápidos hasta colocarse detrás de la pelota rápidamente. El Racing realizó bastantes faltas y no permitió un juego fluido en el equipo deportivista.
No fue hasta el minuto 22 cuando se produjo el primer acercamiento peligroso del Depor con un tiro de Quiles, tras una buena jugada combinada. El Depor estaba maniatado, le costaba tener construcciones ofensivas elaboradas y se veía sometido a jugar demasiadas veces de forma precipitada y/o en largo, debido ,sobre todo, al buen hacer del equipo ferrolano (o al mal hacer deportivista…).
Nunca se encontró cómodo el Depor en el partido (como viene siendo habitual como visitante, por otro lado) y es que el Racing sabía muy bien qué hacer: ritmo alto de partido, mucha agresividad defensiva (y si eran superados por acción combinada o individual, falta y a recolocarse), no dejarle construir en campo propio racinguista y cerrar bien los espacios interiores (persiguiendo a extremos cuando iban de fuera a dentro incluido), fueron las bases de su trabajo defensivo.
En mi opinión, se echó en falta un principio ofensivo que utiliza muy bien el Deportivo, normalmente, en Riazor, los cambios de orientación. Hubo excesiva tendencia a atacar por la derecha (y por dentro), también derivado, sea dicho, por la capacidad ofensiva de Antoñito (superior a la de Raúl), a que Soriano se metía muchísimo por dentro (en ocasiones estaba muy cerca de Quiles) y a una ya continua tendencia a esa conducta del equipo.
Contra un equipo que tiene esa profundidad defensiva tan grande (es decir, bascula tanto hacia la zona de balón y aglutina tantos jugadores ahí) este principio le habría sido muy útil al Deportivo para encontrar vías de acceso a la portería rival, tener posesiones más largas y, en consecuencia, desgastar a un Racing de Ferrol que estaba haciendo un esfuerzo defensivo altísimo y no permitía encontrar vías de acceso a su portería.
Además, se vio un Depor no sé si nervioso o consciente de lo que se jugaba y en muchas ocasiones no quiso (o no pudo/supo) combinar demasiado. Por muchos momentos, los que debían continuar la fase de construcción estaban muy alejados de sus predecesores en primera línea y el balón no terminaba de encontrar vías de progresión, acabando la jugada con un balón en largo…
Aún así, el Deportivo dispuso de las ocasiones más claras. No quiero decir con esto que el Depor fue mejor, para mí fue superior el Racing, se jugó más a lo que quiso Parralo que a lo que quiso Óscar.
En una de esas ocasiones claras, Arturo incomprensiblemente tiró el balón fuera. Estoy seguro que el bueno de Arturo visualizó esa misma acción durante toda la noche miles de veces preguntándose a sí mismo por qué decidió tirar al palo “corto”. Fútbol, decisiones…
Por otro lado, me gustaría destacar que, como comentamos, Óscar optó por jugar con 2 delanteros; sin embargo, personalmente, me hubiera gustado ver cómo habría funcionado el Depor con 3 por dentro, estando Villares (solo o con otro al lado) como medio adelantado. Creo, que en un partido de este ritmo, de duelos individuales, de decidir rápido, de saltar rápido a tu par (y que te salten), de anticipar… un jugador como él con la espectacular capacidad de anticipación, robo y presión o de superar líneas en conducción que tiene, podría haber sido diferencial…
Fase defensiva del Racing de Ferrol – Deportivo
El Depor buscaba defender la fase de inicio racinguista con un posicionamiento avanzado, colocando a Svensson como hombre más adelantado. Sin embargo, cuando el Racing conseguía avanzar, era Lucas el que se quedaba descolgado como delantero y Svensson asumía la labor y posición de mediapunta. Me dio al impresión que la intención de Óscar era que Svensson hiciese el “trabajo sucio” y Lucas se desgastase lo mínimo posible.
Hubo momentos en los que el Deportivo sufrió mucho con el juego del Racing. El equipo departamental conseguía circular rápido la pelota con la idea de llevar el balón a los 2 puñales que tiene por fuera, Heber y Carlos Vicente. Dos jugadores de encarar, de 1×1, profundos, veloces… muy difíciles de frenar y a esto hay que unirle que Quiles y Soriano,en bastantes ocasiones, no eran capaces de ayudar en las tareas defensivas a los laterales deportivistas. Por lo tanto, Antoñito y, sobre todo, Raúl tuvieron que bailar con las más “feas” en multitud de ocasiones en situaciones de igualdad numérica y he de decir que salieron bien parados de tan ardua tarea. A todo esto, hay que añadirle que hubo un momento en la segunda parte en el que el partido “se rompió” y aparecieron los espacios, se descontroló el partido y había mucho ida-vuelta y, ahí, Raúl tuvo que sufrir a Carlos Vicente hasta que terminó siendo expulsado.
Frenar todo el partido a un jugador como este, sólo con las ayudas de los mediocentros (cuando estos eran capaces de llegar; por situaciones del juego o por cansancio acumulado) o en situaciones de igualdad numérica es una tarea muy complicada y, aun así, el bueno de Raúl, como comenté, hizo una labor realmente buena.
En ese tramo de partido el Depor pedía oxígeno; no era capaz de tener el balón, de controlar el partido, de frenar el ritmo del partido y, aun encima, tenía enfrente a un rival muy vertical y con individualidades de gran nivel. Ya hemos comentado en otras ocasiones, que en estos contextos el equipo deportivista sufre y no es capaz de mostrar su mejor versión o tan siquiera una parecida la que muestra en Riazor. Lo que creo que puede resultar más preocupante para el entorno deportivista, es que los partidos de playoff tienen un olor muy parecido al que se vivió este fin de semana en A Malata (como el propio entrenador deportivista destacó en rueda de prensa). El Deportivo, si quiere ascender por esta vía (ya que el ascenso directo parece una tarea bastante complicada) debe hallar una manera de “encontrarse” en estos contextos…
Transiciones
El Deportivo no tuvo prácticamente opciones de contraatacar. Cada vez que el equipo deportivista recuperaba la pelota, el equipo de Parralo activaba, rapidísimamente, la presión tras pérdida y conseguía o recuperar el balón rápidamente, o precipitaba la pérdida del equipo deportivista en forma de balón en largo o realizaba una falta que le permitía recolocarse automáticamente todos detrás del balón para iniciar su funcionamiento defensivo (tan efectivo).
Por su parte, el Racing sí fue capaz de correr en varias ocasiones y lo hizo realmente bien; o, por lo menos, hasta el último tercio de campo, en el cual se atascó. El equipo racinguista tenía claro que quería “darle el caramelo” al equipo de Óscar Cano de dejarles iniciar y combinar hasta el primer tercio de campo y, ahí, robar y contraatacar rápido. El equipo de Parralo quería “regalarle” cierto espacio al Deportivo para dejarle avanzar combinando e intentar después robar y aprovechar ese espacio para correr (contraatacar rápido) utilizando principalmente las balas que tiene por fuera (contraataques por sectores exteriores) y que el Deportivo acumulaba mucha gente por dentro y en muchos momentos (como comentamos con anterioridad) muy lejos de la primera línea de construcción.
Lo destacado del Racing de Ferrol – Deportivo
Me gustaría acabar con las reflexiones que me transmitió un amigo mío de Ferrol y que sabe mucho de esto del fútbol una vez acabó el partido del domingo (quiero señalar que ha visto al Depor en alguna que otra ocasión más esta temporada):
“No me disgustó, la verdad. Yo creo que le falta finura arriba, gente que descosa de verdad cuando circulas cerca de la portería rival (salvando a Quiles y Lucas, cuando les dejan o se da el contexto, todo sea dicho).
Por lo que vi este domingo y que ya había percibido en otros partidos, no hay ningún extremo que gane línea de fondo con claridad, no tienes nadie que tuviese la capacidad de hacer virguerías en el 1×1, último pase…lo veo previsible en muchos momentos…
Pero lo que hacen antes de ahí, está muy bien y tiene sentido. Como te desajustes, te bailan…”.
Así ven al Depor desde fuera. Juzguen ustedes mismos. No sé si tiene razón en todo o no pero el tema es que cuando el equipo rival no te deja desajustarlo, no te deja circular, no te permite ese juego interior tan característico del equipo de Óscar Cano… el Depor sufre, y mucho.