El domingo pasado, el Dépor ABANCA derrotó por dos goles a uno al Logroño. Sin otro contexto, puede parecer algo normal, sin mayor recorrido, al fin y al cabo es un resultado de un partido; y partidos se juegan todos los fines de semana. Sin embargo, hace 4 años y medio, la sección femenina del club coruñés ni siquiera existía.
El encuentro se disputó en Abegondo. Sin otro contexto, puede parecer algo normal, sin mayor recorrido, al fin y al cabo en la ciudad deportiva entrenan y compiten todos los equipos del Dépor; desde los benjamines hasta el Fabril. Sin embargo, hasta hace 2 años, la sección femenina se desplazaba hasta Ponte dos Brozos (Arteixo).
Sobre el rectángulo de juego, el domingo había 22 jugadoras. Sin otro contexto, puede parecer algo normal, sin mayor recorrido, al fin y al cabo, ¿qué hay de raro en que una niña juegue al fútbol? Sin embargo, si miramos más hacia atrás en el tiempo, hasta la década de 1920, no se conocía ninguna mujer futbolista; Irene González Basanta fue la primera jugadora gallega y la primera profesional española.
El partido se disputó a las 12h. Si la pandemia no lo impidiese, en los campos de la Torre, a esa misma hora, habría multitud de partidos de categorías inferiores; niños y niñas mezclados compartiendo equipo. Sin otro contexto, puede parecer algo normal, sin mayor recorrido, al fin y al cabo, ¿por qué no van a poder jugar juntos? Sin embargo, hasta que Irene dio el paso en 1924, nadie se había atrevido. Y fue hasta “afortunada”, porque a 1.000 kilómetros de A Coruña, en Málaga, Nita, una coetánea suya, tenía que disfrazarse de hombre para poder jugar.
Los medios de la ciudad, como cada fin de semana, contaron cómo transcurrió el Dépor ABANCA-Logroño en una crónica. Qué esquemas utilizaron los entrenadores, cómo fueron los goles, quién dominó… Sin otro contexto, puede parecer algo normal, sin mayor recorrido, al fin y al cabo es un género recurrente en la prensa. Sin embargo, en las primeras crónicas de fútbol femenino los términos eran bien distintos. No había futbolistas, había “marimachos y machirulos”. Y no se hablaba de transiciones ofensivas o presiones en bloque alto, se decía que “el juego era esencialmente inadecuado para su sexo”.
Para saber ‘de donde venimos y hacia donde vamos’, una frase trillada, pero que tiene todo el sentido del mundo, hay que darle altavoz a las historias, impedir que queden en el olvido. Y en eso, los medios tenemos mucho que ver. Este martes, el Palacio de los Deportes de Riazor acogió la presentación de un libro necesario: “Irene y las puertas del fútbol. Historia de una pionera”, de Juan Luis R. Cudeiro y Rubén Ventureira.
A lo largo de sus 176 páginas, estos dos periodistas coruñeses rememoran la vida de Irene, toda una pionera del fútbol femenino gallego y nacional. En la elaboración del libro, Matilde, sobrina de la portera, les dijo a los autores: “Por favor, escribid una historia bonita. Escribidla para que todas esas niñas que ahora juegan al fútbol sepan lo que pasó”. Pocas frases resumen mejor el significado de esta obra. Hoy hay futbolistas, en femenino, porque un día hubo revolucionarias. Que nunca se nos olvide. Somos porque fueron.
El libro ya está a la venta y cuenta con una página web propia: www.ireneportera.eu