Raúl Albentosa, central del Deportivo entre las temporadas 2016/17 y 2017/18, ha repasado en una entrevista cómo ha sido su trayectoria como futbolista profesional. En los micrófonos de Offsiders, el defensor valenciano ha hablado de su etapa como jugador blanquiazul. Estuvo presente en los dos últimos años del Dépor en primera división y, a pesar de haberlo pasado «muy mal», recuerda con cariño a compañeros y entrenadores como Babel o Seedorf.
Su llegada con Garitano y la confianza de los entrenadores
«No renové con el Málaga porque mi agente pedía demasiado dinero. Yo quería quedarme allí renunciando a más dinero pero ya tenían a otro central firmado, Diego Llorente. Tenía que volver a Inglaterra pero no quería. Me llamó Garitano diciéndome que me quería llevar al Dépor. Yo quiero ir allí porque está Garitano pero no quería cuatro años de contrato, quería jugármela dos. Para hacer un año bueno con el Dépor y seguir creciendo, pero al final firmé cuatro años por Garitano y porque el equipo que había me gustaba«.
«Yo llego de la mano de Garitano y cuando lo echan en mi primera temporada quedo en entredicho. Mi confianza, cuando se va Garitano, es diferente al no sentirme querido. Hasta que llegó Seedorf, con las estancias de Mel y Parralo, nunca tuve la confianza que podía tener con Garitano. No por el entrenador solo, sino por ti mismo, es una confianza personal».
«Perdimos en el campo del Leganés, a mí me expulsan, y echan a Garitano, yendo en el puesto doce o trece. Pero como el presidente en aquella temporada consideraba que teníamos que ir de mitad de la tabla para arriba lo echa sin haber estado en descenso en toda la temporada, pero con una dinámica de tres o cuatro partidos sin ganar. Viene Pepe Mel y yo paso de jugarlo todo a no jugar. Por lesiones vuelvo a jugar y ganamos al Barça y en el penúltimo partido nos salvamos en el campo del Villarreal, nos costó muchísimo».
Ryan Babel, un lujo en ese Dépor
«El mejor futbolista con el que he jugado es Ryan Babel. Cuando se puso en forma hacía jugar a todos, todos jugaban al son de él. Yo recuerdo en el campo del Madrid de bailar a Carvajal y nosotros ganando 0-2, goles de Joselu. Que al final nos remontan en el 93 con gol de Sergio Ramos, pero compitiendo. Llegamos a Navidad decimosegundos y Ryan Babel se va, porque el tenía contrato solo seis meses cuando se había lesionado Joselu. Me acuerdo de llamarle pidiéndole que se quedara».
El año del descenso y su primer intento de salida
«Esa temporada, que fue la primera que yo tuve, quise salir porque yo veía que en la siguiente se iba a complicar. Le dije a mi mujer en verano que quería irme porque no sentía la importancia en el equipo que quería tener, yo veía que con Pepe Mel no iba a ser importante y más después de que firmasen a Fabian Schär».
«Empieza la temporada, yo tenía salidas pero el club no me deja irme si no pagan entonces me tengo que quedar. Viene Valverde y vuelven Lucas Pérez y Adrián, teníamos un equipazo, pero yo sabía que íbamos a pelear por no descender y que nos iba a costar ese año«.
«Los primeros seis o siete partidos estuve en la grada, llega el partido contra el Eibar y juego de titular. Es la primera jornada en la que dejamos la portería a cero y que empatamos, porque llevábamos unas cuantas jornadas sin empatar ni ganar. Juego la siguiente semana contra el Girona, íbamos ganando 1-0 pero en cinco minutos nos remontan, 1-2, y Pepe Mel a la calle. Llegó del filial Cristobal Parralo y empezaba todo de cero otra vez. Otra vez a la banca, otra vez a volver a ganarme el sitio. Llega un momento en el que vuelvo a jugar y tiran a Parralo también».
El rendimiento con Seedorf
«Cuando llegó, Seedorf solo conocía a tres personas, a Andone, a Lucas Pérez y a Adrián; a los demás nos llamaba por el número. A mí eso me daba igual, para mí era un ídolo que se había puesto a entrenar. En cuanto a gestión de vestuario fue increíble. El rol como líder era defender a los jugadores en prensa o donde fuera. En ese equipo necesitábamos eso, como club y como grupo. Los jugadores con él dimos muchísimo más, pero ya teníamos mucha desventaja de puntos. Los partidos los perdíamos todos 1-0, jugando mejor y compitiendo como no lo habíamos hecho en el año y medio anterior».
«Tácticamente era muy italiano, con la defensa junta y física. Yo recuerdo de hacer entrenamientos, por la tarde todos juntos y por la mañana solo defensas. Entrenar dobles sesiones a tope, con jugadores vomitando, entrenando media hora con los defensas al límite».
Su salida y la presión de la afición
«Me quería ir por la presión que había tenido esos dos años. Recuerdo de no querer ir ni a entrenar. Salía por la calle y la gente abucheándote. Me acuerdo de salir con Adrián y nuestras familias y una persona de frente nuestra insultándonos. Allí lo pasé muy mal«.
«Tenía opciones de irme pero el Dépor quería dinero. Llegando al final de mercado el club tenía cinco centrales y el último día me llama el Málaga para irme cedido. Estaba todo cerrado. Llegué a las oficinas del club y me dijeron que al Málaga no me iba a ir, que había otra opción, el Nàstic de Tarragona. A las 23:45 me dijeron que o firmaba lo del Nàstic o me quedaba allí apartado y me fui a Tarragona».
«Estuve seis meses cedido y, al volver al Dépor, tuve la opción de irme al Vissel Kobe pero se cayó todo. El Dépor me había repescado para que yo tuviese estas negociaciones, pero si yo el día 22 no firmaba nada tenía que irme al Extremadura por un preacuerdo. Llegó ese día y no había conseguido nada. Yo no quería irme al Extremadura porque ya lo había pasado mal los seis meses en Tarragona, así que rescindí un contrato de un año y medio contrato con el Dépor. Había compañeros que me decían que estaba loco, pero yo prefiero mi salud mental e intentar volverme a encontrar en el tema deportivo«.