Cuesta buscar argumentos positivos después del mazazo que sufrió el Deportivo en Anduva este viernes, cuesta pensar que aún hay vida, que el enfermo todavía late. Sin embargo, queda una última bala. Para ello, el Dépor debe ganar y que no lo hagan sus rivales. Algo así como lo que sucedió en 1988. Aquella temporada, Vicente Celeiro Leal marcó, y el Xerez, que no se jugaba nada, derrotó al Bilbao Athletic, que fue el equipo que acabó descendiendo.
Era el 22 de mayo de 1988, el Deportivo llegaba a la última jornada sin depender de sí mismo. Jugaba en Riazor, pero para poder salvar la categoría, para poder evitar el descenso, debía ganar al Racing de Santander y esperar a que su rival directo, el Bilbao Athletic, también perdiese. Parecía improbable, el filial athleticzale visitaba a un Xerez que no se jugaba nada en esa última jornada. Sin embargo, sucedió.
Hubo que esperar al tiempo añadido, hubo que tirar de épica, pero el 2-0 del Xerez al Bilbao Athletic y el 1-0 del Deportivo al Racing de Santander le bastaron a los coruñeses para sobrevivir. Aquel día, el Dépor no solo salvó la categoría, también evitó la desaparición. De ese modo, Vicente Celeiro grabó su nombre con letras doradas en la historia del club.
El Dépor necesita repetir aquella hazaña
Treinta y dos años después, el Deportivo busca a otro Vicente Celeiro… y a otro Xerez. El equipo herculino llega a la última jornada con la obligación de ganar y que no lo hagan sus rivales. Las cuentas son claras: debe derrotar a un Fuenlabrada que «se juega la gloria» -Sandoval dixit-, entrar en el play-off. Y esperar a que no ganen Lugo o Albacete. Un empate de alguno de los dos también serviría.
¿Contra quién se miden Lugo y Albacete? Contra Cádiz y Mirandés, dos equipos que no se juegan nada más que el prestigio. Los andaluces ya han certificado el ascenso, y ahora optan al título de liga. Mientras que los burgaleses ya no pueden llegar al play-off.