Con la derrota del pasado sábado, el Deportivo suma su tercer peor arranque liguero de la historia. Barcelona, Celta, Mallorca, Zaragoza y Levante medirán el nivel de la plantilla herculina en las próximas jornadas.
El equipo blanquiazul inauguró la temporada del regreso a Primera División dejando buenas sensaciones tras derrotar al Osasuna en Riazor (2-0) y lograr un trabajado empate en Mestalla ante un Valencia que presumiblemente ocupará al final de la campaña los puestos altos de la tabla (3-3). El posterior empate Riazor ante el Getafe (1-1) y el idéntico resultado en Granada apaciguaron un poco los ánimos de la parroquia deportivista, que tras las tres derrotas consecutivas ante Sevilla, Real Madrid y Rayo Vallecano, empieza a preocuparse por el futuro más inmediato de la entidad.
Tras siete encuentros disputados, el club deportivista suma un total de seis puntos, que lo convierten en el tercer peor arranque de la historia de la entidad. Por abajo solo están los arranques de la campaña 1966-67, en la que solo había sumado dos puntos, y el de la 2010/2011, con Miguel Ángel Lotina al mando, en la que se firmaron cuatro puntos.
El calendario a corto plazo no invita a soñar con grandes gestas, ya que la visita el día 20 de octubre del Barcelona a A Coruña se antoja como un duelo en el que difícilmente se podrá sacar algo positivo. Cabe esperar que al menos los jugadores de José Luis Oltra logren mostar una imagen mejor que la ofrecida en el Bernabéu, y que en parte se consiga ver a un Deportivo un poco más sólido defensivamente y con las ideas claras de qué es lo se quiere hacer con el balón. Esto se antoja fundamental para que la hinchada recobre la ilusión y se genere un clima de confianza que permita visitar Balaídos con un mínimo de confianza en la victoria, tal y como aconteció la pasada temporada en la Liga Adelante.
A partir de esos dos choques, las visitas a Riazor del Mallorca y del Levante -con parada en el medio para medirse al Zaragoza en la Romareda- se antojarán vitales para alejarse de la zona baja de la tabla y recobrar un balón de oxígeno tanto para el propio club, cuerpo técnico y jugadores, como para la afición herculina.