La destitución de Fernando Vázquez vuelve a poner en evidencia la inestabilidad que ha caracterizado recientemente al puesto de entrenador en el Deportivo.
Fernando Vázquez se fue casi como llegó. Con un entorno revolucionado y en busca de un equilibrio que, de un tiempo a esta parte, parece haberse alejado de A Coruña y, en concreto, del Deportivo. El conjunto herculino, caracterizado por mantener la confianza en sus técnicos hasta en las situaciones más extremas, ha dado en los últimos tres años un auténtico giro de timón que ha puesto punto y final a esa etapa donde las renovaciones año por año de Javier Irureta o Miguel Ángel Lotina eran un clásico del mes de mayo.
Tras la partida del técnico de Meñaka en el verano de 2011, el Dépor confió en José Luis Oltra como nuevo comandante de la nave blanquiazul para encarar el retorno a Primera División. Sin embargo, pese a que el preparador valenciano logró el objetivo marcado, la errática trayectoria mostrada en su vuelta a la máxima categoría terminó por marcar el destino final de Oltra, que fue destituido el 30 de diciembre de 2012 cuando los coruñeses ocupaban el farolillo rojo con apenas 12 puntos.
Su sustituto llegó exactamente el mismo día que se marchó Oltra. El luso Domingos Paciência, avalado por Jorge Mendes y por su buen hacer en el Sporting de Braga que llegó a la final de Europa League en la temporada 2010-2011, desembarcó en A Coruña para tratar de reflotar un equipo lastrado por los excesivos goles encajados y los graves problemas económicos e institucionales. Pese a que sus referencias parecían encajar con las necesidades del Deportivo, el técnico portugués dimitió el 11 de febrero de 2013 tras únicamente seis jornadas al frente del conjunto gallego.
Así fue como apareció Fernando Vázquez apenas unas horas más tarde, pasando a convertirse en el tercer técnico en pasar por el club en sólo tres meses. Un club, por cierto, poco acostumbrado a destituir a sus entrenadores. Curiosamente, para profundizar en el último despido efectuado por Augusto César Lendoiro hasta el curso 2012-2013 hay que remontarse 17 años atrás, cuando el brasileño Carlos Alberto Silva fue sentenciado en octubre de 1997 tras un inestable inicio de Liga. Ahora, el inesperado cese de Vázquez da continuidad a una tendencia rupturista que, sin embargo, no parecía asomarse en los planes a medio plazo del club.