Transitar en la Primera Federación para cualquier equipo es duro. Más, si tus recursos para competir están lejos de los de otros gigantes de la categoría. Pues imagínense que a todo eso se le suma el enorme condicionante de no poder protegerse al menos en el calor del hogar al menos cada 15 días. Esa circunstancia es la que padece la UE Cornellà.
El rival de Dépor (sábado, 16:00 horas) acumula este curso tres estadios en los que ha ejercido como local. Con el Nou Municipal de Cornellà en obras para ampliar sus dimensiones y contar con un nuevo césped artificial que sí cumplirá las condiciones para jugar partidos FIFA, el conjunto catalán ha tenido que ir buscando casa. Aunque en ninguna de ellas ha terminado de hacer, definitivamente, la mudanza.
El Estadi Municipal Costa Brava de Palamós, su residencia más recurrente, queda a un centenar de kilómetros. La Ciudad Deportiva Dani Jarque es eso: una ciudad deportiva de un club amigo como el Espanyol. Y el Stage From Stadium, el mejor recinto deportivo del municipio y uno de los mejores de todo el territorio patrio, es propiedad de la citada entidad blanquiazul.
Precisamente en el estadio del Espanyol disputó el Cornellà su último encuentro con motivo de una jornada especial, coincidiendo con la visita de un Nàstic de Tarragona que no le pudo doblegar. Pero Navidad solo es un día al año y al equipo de Gonzalo Riutort le toca volver a la realidad: una Ciudad Deportiva con un terreno de juego con menos superficie, pero que se le ha dado bien al equipo del Baix Llobregat este curso. Porque ha sumado 8 de los 12 puntos que ha disputado en las instalaciones a las que da nombre el fallecido central perico.
En las dos primeras jornadas del curso, antes de irse a Palamós, superó al Fuenlabrada (1-0) y fue capaz de empatar con el Tarazona a pesar de jugar con uno menos (1-1). Mientras, en noviembre venció al Real Unión en la que ha sido su segunda victoria más solvente del curso (3-1). Por último, a comienzos de marzo, empató a nada (0-0) frente a un rival directo por la permanencia como Osasuna Promesas.
Son resultados que demuestran la mejor virtud del equipo cornellanense, capaz de optimizar sus puntos fuertes para ir navegando cuatro puntos por encima del descenso. El conjunto verde llega al duelo ante el Dépor con unos buenos registros defensivos, pues solo ha encajado 29 goles en los 29 encuentros disputados. La cifra, sin embargo, se diluye si tenemos en cuenta que tan solo en 8 de esos partidos dejó su portería a cero. ¿Defiende bien? Se podría decir que sí. ¿Le cuesta ser granítico? Pues también.
Rubén Miño es el meta indiscutible de una zaga que a Riazor llegó siendo de 5 y que actualmente suele arrancar los partidos compuesta por 4, más tras asentarse en esta buena racha de 7 partidos sin perder hasta la derrota en Barcelona del pasado fin de semana.
Lo lógico es que Eudald Vergés regrese al lateral izquierdo tras cumplir sanción en el Johan Cruyff. Con él, el Cornellà gana un lateral poderoso, con capacidad para aparecer en ataque y dejar de recurrir al veterano Kike López, diestro, como solución de emergencia. El ex del Ibiza fue titular en A Coruña, pero ahora le ha ganado la partida José Mas, que completa una línea defensiva en la que Andreu Hernández y Sergio Ayala están afianzados.
El Cornellà, un buen centro del campo… y el peligro de Mendes
Por delante, Riutort ha venido variando. El 4-4-2 que empleó ante el Barça Atlètic duró menos de media hora, por lo que todo apunta que volverá a un centro del campo de tres. Lo más probable es que Toni Arranz y Armando Ortiz -llegado del Orihuela en invierno- conformen un doble pivote sólido con el talento como director y el golpeo de Antonio Caballero por delante.
De conformarse así, el Cornellà partiría en un 4-2-3-1 en el que parece no tener cabida de manera indefinida el jovencísimo Pedro Soma. A sus 17 años, el estadounidense ha llamado la atención del Barça, entre otros. Ahora, tras el fin de las fechas FIFA, regresará a la lista, aunque es de esperar que parta como suplente.
De este modo, sacando de la ecuación a Soma, con Arranz-Ortiz-Caballero la sala de máquinas del Cornellà suma características que la hacen ser muy completa, aunque el juego no pase demasiado por ella. Porque sí, el conjunto catalán sabe tener el balón cuando es preciso. Pero no apuesta por la paciencia. Combina, pero buscando la verticalidad.
Ha ganado recursos ofensivos con respecto al equipo que sacó un punto en Riazor, pero su fuerte sigue siendo el juego más directo o, directamente, el contragolpe. En esa faceta sigue sobresaliendo Clau Mendes. Porque sí, el guineano tan solo ha transformado un gol en esta segunda vuelta, pero es un futbolista condicionante al espacio, con capacidad para ganar duelos aéreos y un golpeo muy duro de zurda.
Mendes es un lujo para el Cornellà, que lo ha venido utilizando en punta, pero también en banda con el objetivo de hacerle hueco al joven Marc Tenas. El punta, que todavía no ha cumplido 23 años y es internacional sub-19 con España, regresa al club en el que se empezó a formar después de pasar por las canteras del Atlético de Madrid y del Alavés, con el que llegó a debutar en Primera.
Sin embargo, el ariete de Vic todavía no ha logrado estrenarse como goleador este curso y ese déficit anotador lo está pagando su equipo, que tan solo ha materializado 25 goles. Aunque no debería extrañar siendo el equipo del Grupo 1 que menos produce (19,23 goles esperados).
A pesar de este déficit anotador, Tenas aporta el físico preciso para incomodar a la zaga rival, al igual que Mendes. Con él -si juega en detrimento de Canario o el joven inglés Teddy– arranca la presión de un Cornellà que sabe esperar algo más abajo si toca y ser agresivo cuando lo desea. El de Riutort es un equipo con problemas para generar muchas situaciones de gol, pero que sabe cómo hacer el partido arisco al rival gracias a su alma colectiva e inquebrantable. Y eso, siendo nómada, tiene mucho mérito.