Una vuelta después de las fabulosas sensaciones que se respiraban en A Coruña tras vencer el derbi en Riazor al Celta por 2-0, los hombres de Víctor Sánchez del Amo han experimentado un claro cambio en lo que a dinámica de resultados y juego se refiere. Y es que 18 jornadas después, el conjunto blanquiazul tuvo que dejar de soñar con mirar hacia Europa para centrarse en no verse embarrado en la lucha por no perder la categoría una temporada más.
Tras esa victoria con tantos de Lucas Pérez y Jonny Castro en propia puerta, los herculinos repitieron resultado en Las Palmas de Gran Canaria. Después, llegaron los meritorios empates en casa contra el Sevilla y como visitante en el Camp Nou –siendo hasta el momento el único equipo capaz de puntuar en ese estadio-. En la jornada siguiente, llegó la última victoria del 2015 ante el Eibar, que junto al empate en Getafe permitió cerrar un 2015 para no olvidar y cargado de optimismo.
Sin embargo, el 2016 se le atragantó a los jugadores blanquiazules, que no lograron estrenar el casillero de victorias hasta la pasada jornada ante el Levante en A Coruña. En los 12 encuentros anteriores la mala fortuna en alguno de ellos –como ante el Valencia, Betis o Málaga- y las malas actuaciones en otros –como ante el Espanyol, el Granada o el Athletic de Bilbao- hicieron crear un ambiente de intranquilidad que parece haberse calmado tras el 2-1 a los de Ruli.
Ahora, toca visitar Balaídos con la misión de confirmar que el conjunto coruñés es capaz de cerrar la campaña sin pasar apuros ni jornadas finales de infarto, y es por ello que la intensidad desde el primer minuto será clave ante un Celta de Vigo que se encuentra en uno de sus mejores momentos del campeonato ocupando la sexta plaza en la tabla tras su victoria en Mestalla.