Finalizó la temporada y es momento para valorar cómo ha sido la campaña tanto desde el banquillo del Deportivo como desde el palco, donde se han tenido que tomar ciertas decisiones mientras que otras quedaron pendientes y seguramente sea el momento de abordarlas antes de que se inicie el siguiente campeonato.
VALORACIÓN DEL CUERPO TÉCNICO
El club blanquiazul volvió a tener un cambio de inquilino en el banco con la competición comenzada, y lo cierto es que ni Gaizka Garitano primero ni Pepe Mel después lograron dejar un gran sabor de boca en los aficionados coruñeses.
El técnico vasco aterrizó en la ciudad herculina tras varios rumores que apuntaban a la posibilidad de que fuese Paco Jémez el encargado de dirigir la nave blanquiazul, y quizás por ello, su llegada no fue especialmente motivadora para una hinchada que deseaba el fichaje de un entrenador ilusionante y con una trayectoria más consolidada. A pesar de ello, el míster comenzó con buen pie y con una victoria ante el Eibar, pero esos tres puntos estarían muy alejados de lo que finalmente fue su estancia en A Coruña. En 27 partidos entre Liga y Copa, solo consiguió cinco victorias, y su sangrante derrota por 4-0 en Leganés terminó por costarle el puesto. Cabe destacar como positivo que puso cierta paz en el inicio a un vestuario muy alterado el año pasado, recuperó a Luisinho y hubo encuentros en los que el conjunto por juego mereció más. En lo negativo, le costó conectar con la grada, infrautilizó a Bergantiños y su gestión de los cambios no fue la más adecuada en muchos enfrentamientos.
Y después de la marcha de Gaizka, llegó el turno para Mel. Con un mensaje de optimismo y tranquilidad, fue capaz de motivar a sus futbolistas y recuperó la fe de la grada en el equipo tras lograr ocho de sus primeros 12 puntos en juego, incluyendo dos victorias ante el FC Barcelona y Sporting y un empate ante el Atlético. Sin embargo, eso fue un espejismo de lo que posteriormente vendría, ya que en los siguientes 11 partidos solo pudo ganar dos y empatar tres. La permanencia se obtuvo tarde, mal y arrastro, regresaron los conflictos en el vestuario -Çolak, Joselu, Fajr, Kakuta…- y el fútbol desplegado sobre el césped fue incluso de un nivel inferior al mostrado por el anterior preparador. Por ello, el madrileño tendrá que hacer muchos deberes durante este verano si quiere convencer al deportivismo de que es el profesional idóneo para comandar el barco.
VALORACIÓN DE LA DIRECTIVA
Tino Fernández y sus directivos buscaban en su tercera temporada en Primera División sentar las bases de un proyecto sólido y estable a largo plazo, pero lo cierto es que esta temporada finalizó en un punto de cansancio, desencanto y hartazgo para la afición similar al de años anteriores. A la vista de lo sucedido, parece claro que la decisión de contratar a Garitano no fue acertada y por ese motivo hubo que darle un relevo, y la llegada de Mel no fue suficiente para calmar unas aguas que pese a la salvación siguen estando revueltas.
El problema principal reside en el área deportiva, donde desde la llegada del actual presidente no acaban de acertar con un técnico capaz de liderar el proyecto y generar confianza en la entidad. Además, y quizás es lo más preocupante, el vestuario blanquiazul pasó de ser un lugar tranquilo y con escasos conflictos a estar temporada tras temporada con nuevos capítulos de falta de profesionalidad que dificultan la labor de los técnicos y que crispan el ambiente. Y sin duda, es ahí donde parece lógico pensar que habrá que tomar medidas correctoras.
El club sigue con rumbo firme en el apartado económico y en lo que a relaciones externas se refiere, pero lo cierto es que en el área deportiva no se están alcanzando los resultados ni la tranquilidad que cabría esperar, y es posible que Tino Fernández tenga que tomar este verano alguna decisión que pueda implicar cambios dentro del organigrama del Deportivo.
En lo que a fichajes se refiere, hubo aciertos interesantes como la contratación de Florin Andone, el brasileño Guilherme o el propio Emre Çolak, que además llegaron en propiedad y que son un claro activo para el club. Otros, como Albentosa, Tyton o Bruno Gama, no lograron estar al nivel que se esperaba por su trayectoria y habrá que ver cuál su futuro.