“Ya he jugado en los equipos más importantes de España, donde he ganado todo lo que se podía ganar, he jugado en la selección; luego tuve la suerte de vivir la experiencia fuera (en el Ajax de Amsterdam), y encima también pude ganar títulos allí. Después de tantos años fuera de casa, me quedaba pendiente el poder vestir los colores del equipo que me gusta. Al final yo soy del Betis de siempre, mi familia es del Betis, todos somos béticos, y cuando yo me fui de Sevilla -en 2007-, el Betis no tenía todavía equipo femenino”. ¿Cuántas mujeres a lo largo de la historia habrán soñado con defender la elástica del equipo de sus amores? ¿Cuántas habrán visto su sueño truncado por el simple hecho de que su club no tenía sección femenina?
Ana María Romero Moreno, Willy para quien haya frecuentado los campos del fútbol femenino español en la última década, es una de esas goleadoras que no pasan desapercibidas, que dejan huella, que visten grandes camisetas. Sevilla, Rayo Vallecano, Espanyol, Barcelona, Valencia o Ajax. Y sin embargo, quizá la experiencia más especial de su carrera les llegue en el penúltimo tramo. Al lado de casa. Al abrigo de los suyos. La historia de Willy es de esas que reconfortan, que demuestran con hechos que las cosas están cambiando; que aún queda mucho camino por recorrer, pero el progreso es real y era necesario.
Que el Betis no tuviese equipo femenino hasta el año 2011 era incomprensible, que lo fundase ese año y apostase por él, fue una bendición. Para Willy, nada se compara al sentimiento que le produce defender la verdiblanca, ni siquiera los títulos conquistados. “Te levantas cada día a entrenar, y a lo mejor estás lesionado o has tenido un mal partido; o simplemente pasas por momentos malos, como cuando llegué que no jugaba mucho. Y ves el escudo y dices: ‘Estás en el Betis, ¿sabes?’ Esa camiseta te la ponías tú antes, de pequeña, porque te la compraban tus padres. Y ahora tienes la suerte de que perteneces a este equipo”, afirma feliz.
Y no es para menos. Quién le iba a decir a aquella cría del barrio de Bellavista que con 31 años podría jugar en el Real Betis Balompié después de tantas aventuras lejos de casa. Willy volvió a Sevilla para cumplir su sueño y el de toda su familia, ese que de pequeña ni siquiera se podía imaginar. Ese que hasta 2011 se le resistía a todas las niñas que querían vestir el escudo de las trece barras.
*El sábado, el Dépor ABANCA disputa la segunda jornada de liga. Las coruñesas visitan al Betis (16h). Esta serie de textos sobre sus rivales pretenden poner en contexto, explicar de dónde viene y hacia dónde va el fútbol femenino español.