En los últimos años, a pesar de los innumerables palos, la afición del Deportivo ha demostrado siempre que apenas necesita un mínimo para ilusionarse. La historia apunta a repetirse desde este martes, cuando tras el decepcionante empate en Tarazona, el primer entrenamiento de la semana ha estado protagonizado por Yeremay.
Por primera vez desde el inicio de septiembre, el atacante canario se ha entrenado con el grupo, completando la sesión con total normalidad. Han pasado dos meses y medio desde que se sufriera una fractura en el peroné ante el Lugo y por fin su regreso a los terrenos de juego está a la vuelta de la esquina.
Yeremay lleva ya varias semanas entrenando en solitario. Su recuperación fue a buen ritmo al principio, pero el tramo final es el que más le ha costado al jugador. Las molestias le impedían hacer algunos gestos y no se sentía con la confianza suficiente para volver siguiera a entrenarse con todos.
Esas molestias por fin parecen haber remitido y lo visto este martes en Abegondo es esperanzador. Habrá que ver cómo evoluciona en los próximos días, pero si todo va según lo previsto, es probable que pueda entrar ya en la convocatoria para medirse al Osasuna B.
El cuerpo técnico y los servicios médicos seguramente vayan con calma, ya que dos meses y medio alejado de los terrenos de juego no sólo pueden afectar al ritmo de competición que pueda faltarle, sino también ofrecer riesgos de una posible lesión muscular.
Sin más novedades en la enfermería
Idiakez quizá recupere a Yeremay para el Deportivo vs Osasuna B, pero es probable que sea la única buena noticia desde la enfermería. Siguen todavía al margen Barbero, de larga duración, pero también Ximo Navarro, Pablo Muñoz y David Mella, que apuntan a estar una semana más en el dique seco por problemas musculares.