Durante su estreno en el último amistoso frente al Lugo en el Anxo Carro, el nuevo centrocampista del Deportivo confirmó las buenas referencias que le avalan.
Ante tiempos complicados, medidas drásticas. Augusto César Lendoiro lo tiene claro y por eso la apuesta para esta campaña es muy concreta: cedidos a coste cero para salir del paso. A día de hoy, esta estrategia cortoplacista es la alternativa más consistente de entre todas las que dispone el club para engañar a su maltrecha economía, por lo que es más conveniente que nunca atinar a la primera. El colombiano Abel Aguilar llevaba ya varias temporadas apuntado en la agenda del máximo mandatario herculino, quien por fin ha podido materializar su fichaje. “Supe del interés del club desde hace algunos años, eso también es algo muy importante”, confesó el jugador durante su presentación.
Totalmente consolidado en su selección nacional, la polivalencia de este colombiano todoterreno es su mejor virtud. La posibilidad de rendir por igual en el puesto de pivote defensivo y en el de mediocentro con llegada puede inclinar a su favor la balanza de José Luis Oltra. Con su fichaje, el técnico apuntala el juego físico al mismo tiempo que gana en juego aéreo y no pierde precisión. “Todavía hay que acoplarlo”, reconocía el míster nada más acabar el último amistoso ante el Lugo.
El nuevo futbolista del Dépor, que se enfundó por primera vez la camiseta blanquiazul en tierras lucenses, disputó toda la segunda mitad del choque sustituyendo al luso André Santos. Con él sobre el césped, el equipo obtuvo la estabilidad que le faltó durante los primeros compases. Enemigo natural de la inconsistencia, el equilibrio de Abel Aguilar aterriza en A Coruña con la difícil papeleta de hacerse un hueco en el puesto más superpoblado. Álex Bergantiños, Juan Domínguez, Jesús Vázquez y el citado André Santos son sus competidores directos, pero este bogotano de 27 años lo tiene claro: “Siempre pienso en el colectivo sin importar lo que juegue”. Un ejemplo.