La AD Ceuta llega a Riazor como el mejor equipo de toda la segunda vuelta. Una reacción absolutamente insólita le ha permitido pasar de colista desahuciado, a 14 puntos de la permanencia, a verse por primera vez esta semana en los puestos que le permitirían mantener la categoría una temporada más.
La dinámica de 14 encuentros sin conocer la derrota ha impulsado al cuadro ceutí. Pero esta dinámica no es un fruto de un milagro, sino de un acierto extremo de cara a puerta. Y si hablamos de gol, este curso en Primera Federación el nombre de Rodri Ríos es un sinónimo directo.
El delantero soriano es el máximo artillero de la Primera Federación pese a empezar a jugar en noviembre, cuando la AD Ceuta cerró la salida de Pito Camacho y abrió hueco para Rodri. Tardó 3 partidos en ver puerta. Pero al cuarto, ya en diciembre, descorchó la botella. Y el champán no ha parado de brotar.
A sus 32 años, después de haber jugado en Inglaterra o Alemania, hecho alguna buena campaña en Primera y Segunda o marcar un gol heroico para meter a ‘su’ Sevilla en Champions, el punta está firmando su temporada más asombrosa. Porque sí, está en la tercera categoría. Pero nadie contaba con que, a estas alturas de su carrera, se destapase como el killer del bronce.
Sus números asustan. En 1.757 minutos sobre el verde, 17 goles. Un gol cada poco más de 100 minutos. Un promedio absolutamente sideral que, además, tiene relevancia en el marcador. Porque ninguno de esos goles ha sido para hacer bulto. De hecho, con sus 17 dianas, Rodri Ríos ha dado a la AD Ceuta la friolera de 19 puntos. 19 de los 37 que maneja actualmente. Una barbaridad.
Las cifras todavía son más gordas si dejamos de lado el tramo inicial, en el que el punta debía ponerse a punto. En la segunda vuelta, el atacante solo ha dejado de ver puerta en dos ocasiones: ante el Fuenlabrada en casa (1-0) y en su última salida, frente al Sanse (1-1). En el resto de encuentros, Ríos ha mojado.
Pero el mérito del castellano y leonés va más allá. Porque no es que su equipo le haya puesto en continuas y claras situaciones de materializar, sino que el ‘9’ ha aprovechado casi cualquier resquicio para acumular goles. De hecho, es que Rodri ha marcado 1 de cada 2 remates que ha ejecutado: 17 de 34. Además, esos remates únicamente tenían una probabilidad de gol de 8,5 xG, según Wyscout. Es decir, ha marcado 8 goles más de los que ‘debería’. Una efectividad mayúscula.
La AD Ceuta… Rodri Ríos pero mucho más
De este modo, el mérito del milagro del Ceuta lleva una cuota importante de trascendencia en el nombre de Rodri Ríos. Pero el conjunto dirigido por Juan José Romero es mucho más que su delantero. Porque el técnico llegó en la quinta jornada. Y aunque mejoró al equipo, no fue hasta la llegada de sus ocho fichajes en enero cuando empezó a rendir a nivel tangible.
Así, el conjunto ceutí se suele estructurar en un 4-3-3 con capacidad para atacar a nivel posicional, gracias al buen pie de sus centrales y del pivote Reina. Pero también con potencial para jugar a la contra, pues los extremos Jota o Aisar Ahmed saben cómo atacar el espacio. Es también ahí donde brilla Rodri Ríos. Incapaz de amenazar ya en distancias muy amplias, el delantero sigue teniendo muchísima intuición para trazar desmarques.
La opción de Antoñito por fuera permite al equipo sumar más asociación y permite liberarse a Adri Cuevas y Julio Iglesias, dos centrocampistas de mucha ida y vuelta y con gol. Atrás el poderoso Facu Danese se ha convertido en fijo para otorgar solidez a una zaga que sigue siendo la que más recibe y una de las que más concede, a pesar de que la llegada de Tomás Mejías también ha permitido sumar enteros atrás.
Aunque, evidentemente, todo pasa por el acierto ofensivo. Porque el Ceuta sigue siendo el equipo que menos produce en chuts (7 por cada 90 minutos) y apenas promedia 1,04 goles esperados por partido. Pero ya es el cuarto máximo goleador del Grupo 1, empatado con el Deportivo. Cuestión de acierto.