Con una salvación agónica con el Espanyol y una Copa del Rey bajo el brazo aterrizaba Alberto Lopo en A Coruña, allá por el año 2006. El catalán venía tras finalizar contrato con el club periquito, donde había desarrollado toda su carrera deportiva, y fue uno de los fichajes que más expectación causaron esa temporada. Nadie se imaginaba en aquel momento que los nombres del propio Lopo y el Dépor estarían tan sumamente ligados años después.
Presentado el 11 de julio del año 2006, en su primera temporada como blanquiazul se convirtió en un fijo desde pretemporada. Ya fuese acompañado por Arbeloa, Andrade, Coloccini o Juanma, el catalán era uno de los insustituibles para Joaquín Caparrós. En un curso de transición en A Coruña, Lopo jugó 31 partidos, 30 como titular, y únicamente perdió su vitola de titular cuando una lesión a mediados de diciembre de 2006 lo tuvo apartado del equipo unos cuantos partidos. Firmó su primer gol como blanquiazul marcando a Osasuna en Riazor.
La segunda temporada de Lopo en el Deportivo fue una de las más difíciles. El catalán disputó los cuatro primeros partidos de Liga como titular y, a partir de ahí, una hernia discal lo dejó fuera de combate. La baja de Lopo pesó como una losa en los deportivistas durante una primera vuelta que fue para olvidar. Ni Pablo Amo, ni Piscu ni Aythami eran capaces de llenar el hueco que dejaba Lopo al lado de Coloccini. Sin embargo, en enero de 2008, el catalán volvió al equipo. Su problema no se había arreglado, pero sabía que el equipo le necesitaba. En un partido a vida o muerte con el Valladolid en Riazor, el central abrió el camino de la victoria con un gol en un corner. Desde esa jornada 21, el Dépor comenzó a resurgir en la Liga, pasando de los puestos de descenso a jugar la Intertoto. Todo esos sustentado en un tridente de centrales formado por el propio Lopo, Coloccini y Pablo Amo. Al finalizar la temporada se supo que había estado jugando con dolor toda la segunda vuelta y, días después, fue operado de su dolencia.
El curso 08/09 se presentaba como el de la consolidación para Lopo. Pasados sus problemas en la espalda, el catalán tenía el reto de ser el jefe de la defensa, ya que Coloccini había abandonado el club ese verano. Sin embargo, el desafío no le vino grande. Junto a Ze Castro formó una gran pareja defensiva, ayudando al Dépor a terminar séptimo en Liga, rozando los puestos de UEFA. Su rendimiento fue excepcional y equipos como el Atlético de Madrid se interesaron por su situación. Lopo terminó la temporada jugando un total de 46 partidos entre todas las competiciones y marcando tres goles.
Mismo papel pero distinto compañero de zaga. Así fue la 09/10 para Albert Lopo. Un inicio dubitativo del equipo blanquiazul hizo saltar por los aires a Ze Castro, dando la oportunidad a Diego Colotto. Junto al ex de Atlas, el catalán formó una pareaja de centrales prácticamente inexpugnable en la primera vuelta de esa temporada. Todo el mundo destacaba la fortaleza de aquel Dépor que apenas recibía goles, lo cual le valió para llegar a la jornada 19 en puestos europeos. La segunda vuelta fue todo lo contrario y el bajón del equipo acabó afectando también a la defensa. Lopo cerró esa temporada con un total de 37 partidos jugados y dos goles.
Su quinta temporada en A Coruña sería la última de una etapa y también la más difícil. La marcha del equipo, que tocó fondo en varios momentos del curso, acabó por desgastar tremendamente la relación entre vestuario y entrenador. Las insinuaciones de Lotina sobre que había jugadores «más pendientes de las renovaciones y de las informaciones que se publican en los medios de comunicación» refiriéndose a los que acababan contrato como Lopo, distancio a los fútbolistas del mister. Pese a ello, el catalán, que ya había compartido vestuario con Lotina en el Espanyol, mostró su apoyo públicamente al entrenador, yendo a celebrar con él un importante gol al Villarreal. La temporada se cerró de la peor manera posible, con un descenso a Segunda División en Riazor frente al Valencia. y Lopo abandonó el club camino del Getafe. Las palabras de su representante, Iñaki Alonso, que afirmó que Lopo no era «jugador de segunda», hicieron que parte de la afición nunca le perdonase, y se lo haría saber en su visita a Riazor con el Getafe en la temporada 12/13.
Pero el fútbol siempre da segundas oportunidades. Tras firmar años desastrosos en el Getafe, Tino Fernández decidió repescar a Lopo para el Deportivo en enero de 2014. El club coruñés militaba en Segunda División pero iba lanzado hacia el ascenso, y la baja de Kaka había dejado un hueco en la defensa que era necesario llenar. El catalán llegó a A Coruña reconociendo que jamás debería haberse ido, consciente de que parte de la afición no olvidaba que hubiese abandonado al equipo tras su descenso a Segunda. De hecho, días antes de su fichaje, los Riazor Blues desplegaron una pancarta en Riazor con el lema «Donde dije digo digo Lopo. Mercenarios NO». Pese a esto, Lopo acabó ganándose un puesto de titular en el equipo de Fernando Vázquez y siendo importante para el ascenso. Terminó la temporada jugando 16 partidos y anotando dos goles. Tres años después de haberse ido tras el descenso del equipo, Lopo devolvía al Dépor a Primera.
Con el retorno a la Liga BBVA, todo parecía indicar que Lopo perdería protagonismo. Los fichajes de Sidnei y Diakhité, sumados a la presencia del emergente central Pablo Insua, dejaban entrever una temporada complicada para el catalán. Sin embargo, la falta de confianza de Victor Fernández en Insua y Diakithé, acabó llevando al catalán a la titularidad de forma inesperada para todo el deportivismo. Y, después de una temporada horrible de todo el equipo, el fútbol volvió a dar otra oportunidad a Lopo. Dos goles en los últimos tres partidos, sobre todo el primero de ellos, en el tiempo de añadido en San Mamés en la jornada 36, contribuyeron en gran medida a la permanencia del club coruñés en la Liga BBVA. Tras esos dos tantos y 32 partidos jugados, si Lopo tenía una deuda con el deportivismo, sin duda la había saldado con creces.
Sin embargo, pese a esos dos últimos cursos exitosos como deportivista, su última temporada ha sido completamente distinta. Relegado al banquillo por Arribas y Sidnei, apenas ha contado con oportunidades. Por otro lado, se ha visto inmiscuido en alguna de las numerosas polémicas que han tenido lugar en el vestuario del Dépor durante este año. Tras una temporada en la que ha disputado 14 partidos entre Liga y Copa, 12 de ellos como titular, y ha anotado un gol, el pasado 30 de Mayo, Tino Fernández anunciaba que el contrato de Lopo no sería renovado y que no continuaría la proxima temporada.
Tras esto, Lopo se despedía del Dépor en redes sociales, dando las gracias a la directiva y a algunos compañeros. Fue el punto final a una historia de ocho temporadas, a la historia de, seguramente, el más importante central del Dépor en la última década.