Considerado uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol playa, referente y pionero, estrella de la Selección nacional. Ramiro Amarelle analiza con Riazor.org el pasado, el presente y el futuro de este deporte minoritario. También tiene tiempo para hablar del Deportivo. Y del derbi.
Sorprendentes golazos, detalles de una calidad asombrosa, destellos de imbatibilidad. Chilenas imposibles, elásticas a la altura del pecho, liderazgo en estado puro. Todo esto es Ramiro Figueiras ‘Amarelle’ (Ponteceso, A Coruña, 17/12/1977), uno de los mejores jugadores de fútbol playa del mundo, deporte minoritario en pleno crecimiento. Lo ha ganado todo, a nivel de club y de selección. Excepto el Mundial. Tahití espera el verano próximo una cita que puede ser histórica. El entorchado que falta. El galardón preciado que culmine una carrera impoluta.
Referencia del fútbol playa, deporte minoritario. ¿En qué momento se encuentra este deporte?
Ahora se encuentra en el paso definitivo a manos de la federación y, por tanto, en el momento clave para poder organizar un plan de desarrollo del deporte.
¿Está creciendo entonces en cuanto a gente que lo practica?
El número de practicantes ha ido creciendo y la afición se mantiene. Es un deporte en activo pero todavía hay que sentar las bases para que haya una práctica regulada, con sus instalaciones, y sobre todo ofrecer el deporte a los jóvenes, que son la base de todo.
También se pretende que se practique a lo largo de todo el año, no solo en verano.
Sí, ese es uno de los objetivos, que no sea un deporte estacionario.
Puedes enorgullecerte de ser uno de los pioneros de este deporte. Cuéntanos un poco, ¿cómo surgió todo?
Cuando terminamos el año de juveniles fuimos a jugar un torneo amistoso en la playa. Ganamos el pase al campeonato de España y volvimos a ganar. Al año siguiente, el que ganara en Coruña jugaría contra la Selección un amistoso. Ese fue el primer año en que se creó la selección española con exjugadores. Volvimos a participar con 250 equipos y volvimos a ganar. En el amistoso contra la Selección lo hice bien y marqué tres goles. Ahí pensaron que podía sumarme al equipo y aportar más cosas.
Tuviste que buscarte las habichuelas en Milán. ¿Por qué saliste de España? ¿Qué te proporcionaba Italia?
Me proporcionaba competición. Si quieres jugar, aquí no hay donde hacerlo. Antes de ir a Milán estuve en otros equipos de la Liga italiana, pero Milán fue la mejor etapa. Fueron cinco años en los que he ganado muchos títulos a todos los niveles y donde conseguimos sacar un club de la nada. Fue una época bonita. Hay que buscarse la forma de competir y yo con mi edad lo intenté hacer fuera de España.
Has ganado muchos títulos con tus clubes y con la selección española, ¿con cuál te quedas entre ellos?
Me quedo con el que me falta, el Mundial (risas). En realidad, con todos. Todos son bonitos y llegan después de mucho esfuerzo y sacrificio.
Ese titulo que te falta se acerca…
Se acerca y esperamos que llegue, pero cada vez tienes menos tiempo para conseguirlo. Ahora hay otros países que ya compiten todo el año al más alto nivel y en España estamos un poco anclados en ese sentido. Apenas hay jugadores y es más difícil competir a nivel selección, con equipos más trabajados y superiores. Ahora que nos hemos clasificado para el Mundial de Tahiti el próximo septiembre, tenemos un año por delante. Debemos saber que somos capaces y que por mucho que entrenemos a nivel individual hay que saber contrarrestar el trabajo colectivo.
Esa clasificación la conseguisteis con una espléndida chilena en el último minuto, ¿es el gol soñado?
Objetivo colectivo cumplido. Después de varios años sin jugar, la satisfacción es plena. Tuve varias lesiones y cuando me reincorporé con mis compañeros tuve que adaptarme a un nivel muy alto. Entonces tuve que dar aún más de mí.
Eres de Ponteceso, de A Coruña, y tu vida siempre ha estado en cierta forma conectada con el Deportivo. Jugaste tres años en juveniles y en uno de ellos os proclamasteis campeones, ¿cómo lo recuerdas?
Muy bonito, desde luego. Lo más importante no es que hayamos sido campeones de España sino que esa gente con la que jugaba siguen siendo mis amigos de toda la vida. Ahora nos seguimos reuniendo para recordar, que es lo que hace la gente mayor (risas). Es una época que me deja muy buen sabor de boca.
¿Esa amistad que se crea en el deporte es el punto más importante que destacarías?
El deporte es una fuente de transmisión de valores y el fútbol no es una excepción. Se juntan personas de todos los estratos sociales y que comparten ambiciones e ilusiones a nivel colectivo. Sin duda es con lo que me quedo.
También entrenaste a un equipo alevín del Dépor, hace no muchos años. ¿Cómo se dio esa circunstancia?
Sí, con Tito Ramallo. Me llamó hace cinco años y me dijo si podía ayudar a entrenar a los niños. Le dije que no tenía mucho tiempo, pero cogí a los pequeños y fue un año muy bonito y gratificante.
El fin de semana que viene se enfrentan el Deportivo y el Celta. ¿Ves algún favorito para el partido?
Lo cierto es que el Dépor no está atravesando un buen momento de resultados y está teniendo muchas dudas en el juego, pero el fútbol tiene una memoria frágil. Es verdad que el Celta está un poco más estable y antes era al contrario. Los derbis no creo que tengan favoritos. El Celta juega en casa, pero los dos querrán dar una buena imagen a sus aficiones, sobre todo después de haber vuelto a Primera.
¿Qué jugadores te gustan y a quiénes destacarías por encima de los demás en cada equipo?
Los fichajes del Celta son importantes. Iago también lo es y para mi Borja Oubiña es el que le da sentido al juego celeste. El Dépor con Oltra ha sido capaz de instaurar en el deportivismo una ilusión y Valerón es el santo y seña de esto. Me quedo con él, por ser de los que marcan el juego. Es una suerte que dos equipos gallegos como Dépor y Celta tengan como emblemas a estos dos jugadores. Los entrenadores desde luego también ayudan.
Curiosamente eliges a los dos jugadores que más representan esos valores de educación, respeto y compañerismo que comentábamos antes.
Sí, pero sin duda es así. Tanto Oubiña como Valerón son un ejemplo para la afición y para el deporte.
Ya para finalizar, ¿te atreves con una porra para el partido?
Será un partido bonito. 2-2.