Ángel Lafita deja el fútbol. A sus 33 años, el futbolista ha anunciado su retirada a través de un comunicado. El futbolista aragonés formó parte del Deportivo desde 2007 hasta 2009. Las lesiones han sido las causantes de esta decisión, y como el propio jugador ha reconocido, no se encuentra «con fuerzas para seguir compitiendo a un alto nivel».
El propio ya exfutbolista publicó un comunicado en el que dice lo siguiente:
Desde que era niño tuve un sueño: llegar algún día a ser futbolista profesional. Nadie me dijo que iba a ser fácil. Pero amaba tanto este deporte que yo sabía que nada podría interponerse en conseguir lo que soñaba. Luché, caí y me levanté un ay otra vez, pero manteniendo intacta mi ilusión y confianza en conseguirlo. Por supuesto que, a menudo, pensé que no iba a lograrlo pero, en cada una de las situaciones más duras, podía más el corazón que la cabeza y siempre volvía a la pelea.
El 28 de agosto de 2005, en el estadio Vicente Calderón, se hizo realidad mi sueño en el equipo en el que nací al fútbol, mi Real Zaragoza. Desde ese día, por el camino, me he encontrado con gente estupenda y he vivido experiencias de todos los colores, de las que siempre he procurado aprender, para tratar de ser cada vez mejor futbolista y mejor ser humano.
He puesto mi profesionalidad, y mi máximo sentido de la responsabilidad, al servicio de cada club que he representado: Deportivo, Getafe, Al-Jazira y, de un modo muy especial, el Real Zaragoza, el equipo de mi vida, sin el que nada hubiera sido posible. Mi padre me contagió la pasión por el Real Zaragoza y siempre he sido un zaragocista de corazón. Jamás podré devolver el cariño que he recibido de mi ciudad y de mi gente. En cualquier lugar al que me lleve la vida, siempre les estaré eternamente agradecido.
Hoy, 2 de abril de 2018, después de 12 años en la élite, he de ser tan honesto como lo ha sido el fútbol conmigo: confieso que no me encuentro con fuerzas para seguir compitiendo a un alto nivel y he decidido retirarme de este formidable deporte que tanta facilidad me ha dado.
Hoy comienzo una nueva vida, y en este momento, quiero mostrar mi agradecimiento a todos los que hicieron posible la anterior y a los que han estado ahí, en los buenos y, sobre todo, en los malos momentos, dándome su calor y apoyo. Me emociono escribiendo estas letras, quien me conoce sabe lo que me cuesta expresar mis sentimientos. Pero, en esta ocasión, habría sido muy egoísta por mi parte no hacerlo.
Mi cariño eterno a mi leal Peña, a mis buenos amigos, a mi queridísima familia, a mi maravillosa mujer y a mis tres mayores alegrías: Leo, Romeo y Siena.
Mi adorado abuelo, donde quiera que estés, quiero que sepas que nuestro recuerdo siempre te mantendrá vivo. Va por ti.
Ángel Lafita Castillo.
Un paso por el Deportivo que emborronó el Zaragoza
El paso de Lafita por el Deportivo estuvo rodeado de polémica. Llegó en julio de 2007 al Deportivo, cedido por el Zaragoza, y posteriormente el club coruñés ejercería la opción de compra que tenía sobre el jugador aunque dejando una opción de recompra por parte de los maños. Una opción que podría ser ejecutada hasta el 30 de junio de 2009, con un pago de 3 millones de euros más IVA, o hasta el 30 de julio de 2010, subiendo a 3,5 millones más IVA. En caso de que no hubiese abono alguno, el futbolista sería del Deportivo.
El Zaragoza comunicó el 29 de junio de 2009 la opción de recompra, pero sin abonar la cantidad pactada. El 31 de agosto de 2010, el conjunto maño pagó 2 millones de euros como primer plazo y el Deportivo llevó el caso a los juzgados. De hecho, le darían la razón al Deportivo, obligando al Zaragoza al pago de 1.480.000 euros por la opción de recompra ejercida.
Pese a esto, Lafita calificó en una entrevista con La Voz de Galicia los años que pasó en A Coruña como «maravillosos». Destacando además la confianza en él cuando «solo llevaba cuatro partidos disputados en Primera» y hacia una afición que «siempre mostró su cariño»».
De hecho, sobre la polémica con el Zaragoza, reconoció que él solo era un mandado. «El que peor lo pasó en aquel momento fui yo. Estaba en el medio. Era un mandado. Pero no hice nada malo. Había un contrato firmado por tres partes con una cláusula que todos conocíamos y habíamos aceptado».
Recuerda los días de su salida del Deportivo «con tristeza. Estaba tranquilo en A Coruña y me dicen que me tengo que marchar, que deje de entrenarme con el Dépor. Por otra parte, el club coruñés presionándome también para que me quedara… No le deseo a nadie los tres días que pasé sin salir de casa».