1. Bastante decepcionante la intensidad inicial con la que salieron los blanquiazules a Riazor contra el Sporting de Gijón. Los jugadores herculinos deben ser conscientes de lo importante que son para la afición determinados partidos. Y uno es este. Por toda la gente que mueve, porque te llenan el estadio y porque desde los últimos años se ha creado una rivalidad que va de bar en bar entre las familias con miembros gallegos y asturianos. No se puede salir con menos intensidad que los rivales y que en 10 minutos te hayan marcado dos goles prácticamente iguales. El partido se perdió ahí.
2. Después de 270 minutos recibiendo dos tanto (y contra el Valencia fue en un despiste) y siendo un equipo de lo más sólido en tareas defensivas, el pasado domingo el cerrojo blanquiazul hizo aguas. Fueron tres jugadas concretas, con Halilovic como protagonista en dos de ellas, en el que los defensas no estuvieron al nivel que habían mostrado en este inicio de campaña. Laure, Arribas, Sidnei y Navarro, alguno con más responsabilidad que otro, no estuvieron finos y deben volver pronto por sus fueros para que el Dépor siga creciendo en confianza.
3. La reacción fue espectacular. No hay duda de ello. Desde hace mucho que no vemos como el Dépor remonta un 0-2 con un dominio tan claro sobre el verde y en menos de 20 minutos. Eran pocos los aficionados que pensaban que el partido se podía escapar después del 2-2 en el marcador porque el Dépor jugaba un buen fútbol, creaba muchas opciones de gol y era un dolor de cabeza para la zaga asturiana en las acciones a balón parado. Pero de nuevo una descordinación en defensa se pagó muy caro.
4. Lo que tiene la afición claro, que es lo que deja el sabor dulce de una derrota agridulce, es que de no ser por esos 10 minutos fatales, el 80% de los partidos de estas características se los va a llevar el Dépor. Mejor que el Sporting en la mayoría de facetas ofensivas, los rojiblancos solo superaron a los de Víctor Sánchez en la efectividad de cara a puerta, que al final es lo que determina este deporte. Las estadísticas son transparentes:
62,5% posesión Dépor – 37,5% posesión Sporting
16 tiros del Dépor – 4 tiros del Sporting
8 córners Dépor – 2 córners Sporting
44 centros Dépor – 14 centros Sporting
5. La derrota servirá como toque de atención para los jugadores deportivistas. Pedro Mosquera habló claro en rueda de prensa. «A lo mejor empezamos pensando más en atacar que en defender y tenemos que tener claro que somos un equipo que tiene que estar bien en las dos líneas». El fútbol son momentos y sensaciones. El Dépor traía tan buen recuerdo de los tres primeros partidos en los que había sido mejor que su rival que se creció e intentó saltarse pasos que no debería haberse saltado. Lo más importante es defender y a través de una buena defensa ser capaces de llegar al ataque. Eso es lo que quiere Víctor y lo ha demostrado desde que ha llegado. «La derrota quizás nos hace ser más humildes de cara a los próximos partidos», añadió el coruñés.
6. Una de las cosas que se notaron en el desarrollo del encuentro es la incidencia que tiene Lucas Pérez en el centro del ataque del conjunto blanquiazul. Desde que al de Monelos se le alejó del área con la entrada de Jonathan Rodríguez, el ataque del Deportivo se resintió y perdió no solo mordiente sino también capacidad de asociación. Si el mejor del equipo es delantero hay que ponerlo de delantero. Confirmado otra vez.
7. También se notó la escasa rotación que le está dando Víctor Sánchez a sus jugadores más importantes. Repitió once por tercera jornada consecutiva y muchos terminaron el partido sin fuelle. El domingo hombres como Celso Borges o Luis Alberto acabaron completamente agotados mientras que el Sporting había dejado fuera a dos de sus jugadores más importantes (Isma López y Jony) para salir con una banda izquierda renovada y fresca (Canella y Álex Menéndez) que le dieron un rendimiento brutal en este partido. Semana dura en este aspecto con tres partidos en siete días.
8. Una de las mejores noticias no se presenció sobre el terreno de juego y sí fuera del estadio. Comportamiento ejemplar de ambas aficiones, sin ningún tipo de incidente a pesar de estar mezclados en los aledaños de Riazor. Luego el árbitro pita el inicio y cada uno mira a su equipo, pero esto es lo que se tiene que ver: libertad.