‘Adelante’ presenta al Rayo de un viejo amigo de la hinchada herculina, Paco Jémez. Un equipo ambicioso, del que se retiró en verano la leyenda Míchel. El Dépor le debe un favor desde el año 2000, pero no es el momento de pagárselo.
El Deportivo acudirá mañana a Vallecas para tratar de vencer a un Rayo que, como los blanquiazules, está necesitado de victorias tras perder los tres últimos partidos de Liga. Los de Paco Jémez continuarán con la defensa de cinco hombres que tan buenas sensaciones ha dado.
Contexto. Jémez, y su falta de complejos. El técnico canario ha encandilado a Vallecas con su filosofía de toque y su fuerte carácter.
El Rayo Vallecano tuvo que vivir otro verano de incertidumbres a la hora de confeccionar la plantilla para el curso 2012/2013. Los problemas económicos y las desavenencias del público con el presidente, Raúl Martín Presa, afectaron al club tanto en lo social como en lo deportivo, una situación que, sumada a las salidas de futbolistas importantes como Michu o Diego Costa, sembró de dudas al entorno rayista. La directiva, exigida de un estímulo para encarar una temporada que se presume complicada, se sacó de la manga el as de Paco Jémez, un hombre que, desde su llegada al banquillo madrileño, lo cambió todo.
El entrenador de 42 años llegó al conjunto franjirrojo con la intención de repetir una hazaña similar a la que protagonizó en el Córdoba, al que logró clasificar para la promoción de ascenso a Primera División. A pesar de continuar con la idea de buen fútbol de José Ramón Sandoval, desde el principio, Jémez cambió los métodos de entrenamiento, la forma de relacionarse con sus futbolistas y revolucionó la táctica al jugar con tres centrales y dos carrileros. La plantilla absorbió rápidamente la filosofía del preparador canario, y desde la primera jornada el Rayo ha maravillado con su fútbol, aunque no tanto con sus resultados. Los franjirrojos han ido de más a menos, y tras ganar sus dos primeros encuentros de Liga y empatar el tercero, han cosechado tres derrotas consecutivas. A pesar de todo, la confianza en el exfutbolista del Deportivo y del Rayo, entre otros, sigue siendo la misma. Llegará a un grande.
Nombres propios. Veteranos al poder. Futbolistas como Chori Domínguez, Trashorras o Piti son el motor de un Rayo que también cuenta con jóvenes valores como Jordi Amat o Leo.
– El ‘crack’: Javi Fuego. En cada partido se multiplica en el centro del campo. Crecimiento espectacular de la mano de Sandoval. Su desgaste en tareas defensivas y su sentido táctico están al alcance de pocos. Al compartir medular con José Carlos y Trashorras, su proyección en ataque es menor, aunque también tiene capacidad para sorprender desde segunda línea.
– El ‘muro’: Tito. Temporadón el que realizó el pasado curso. Se ha convertido en un fijo en el lateral derecho, y en verano a punto estuvo de ficharlo el Valencia. Rápido, con gran recorrido y, sobre todo, mucho trabajo.
– El ‘cerebro’: Trashorras. Empezó como suplente de Adrián González, pero rápidamente se ha ganado la titularidad. Irregular, pero clave en el fútbol que plantea Jémez. Uno de los futbolistas más peligrosos a balón parado de la Liga BBVA.
– El ‘killer’: Leo. La nueva perla de la cantera rayista le ha robado la cartera a Nicki Bille y a Delibasic en la punta del ataque, y a sus 20 años se ha consolidado como uno de los nuevos ídolos de los aficionados de Vallecas gracias a su explosividad, verticalidad y dinamismo. Ya ha conseguido dos goles.
El dato. De profesión: inconformista. El pasado curso fue junto al Real Madrid el equipo que menos empates cosechó, y este curso va camino de repetir números.
José Ramón Sandoval planteó durante los dos últimos años un equipo tan efectivo en ataque como blando en defensa, por lo que sus hombres ganaron y perdieron la mayoría de partidos con resultados abultados. Esta situación provocó que solo firmase cuatro empates al finalizar la campaña 2011/2012, una cifra que lo convirtió en el equipo con menos igualadas del campeonato, empatado con el Real Madrid. Paco Jémez, asiduo a la filosofía del «todo o nada», nunca sale a empatar ningún duelo, y por el momento solo ha registrado una igualada -ante el Sevilla en la tercera jornada- en las seis fechas que se han disputado hasta el momento.
Un momento histórico. Soñando en Europa. Hasta cuartos de final en la UEFA.
Solo una vez el Rayo Vallecano disputó competiciones europeas. Y lo hizo tras la mejor clasificación en Liga de su historia, cuando fue 9º en la temporada que el Dépor ganó la Liga (1999-2000). Sin embargo, no fue eso lo que le metió en la Copa de la UEFA, sino un sorteo en el que participaban los equipos con mayor fair play de las grandes ligas europeas. En la ronda previa, el Rayo eliminó al Constellació Esportiva andorrana por 16-0 (la mayor diferencia de goles en la historia del torneo). Posteriormente, eliminó al Molde, al Viborg, al Lokomotiv de Moscú y al Girondins de Burdeos, hasta llegar a cuartos, donde se enfrentaron al Alavés, en una eliminatoria muy recordada en el fútbol español. Dos equipos muy humildes luchando por entrar en semifinales de una competición europea. Se coronaron ganadores los vascos, pero la hinchada madrileña no olvida a los Keller, Ballesteros, Poschner, Bolo, Bolic y Quevedo, de un equipo dirigido por Juande Ramos.
Una leyenda. Míchel. Dos décadas de ‘la Zurda de Vallecas’.
Hace 20 años, la gran promesa de la cantera vallecana, Míchel apareció por el primer equipo. Jugador delicado, de técnica exquisita, le costó ser pieza importante en el primer equipo, e incluso necesitó de una fugaz cesión de seis meses a Almería. Desde 1997 hasta 2004, fue una de las piezas clave del conjunto madrileño, en la mejor época de su historia. Cuando el Rayo bajó a Segunda, él se quedó en Primera para jugar en el Murcia. También probó en el Málaga, pero no le fue bien, lastrado siempre por las lesiones. Volvió al Rayito, para jugar en Segunda B, en el año 2005, y no cesó hasta devolverlo a la máxima categoría, en 2011. Tras jugar un año en ella, se retiró el pasado verano.
Un lazo blanquiazul. Jon Pérez Bolo. El héroe no recordado.
Deportivo y Rayo Vallecano firmaron su mejor clasificación histórica en la misma temporada: la 1999-2000. En ella, el Rayo Vallecano fue 9º. El Deportivo, campeón. Sin embargo, pocos recuerdan que una parte del título blanquiazul se debe a un enorme favor del Rayo. A falta de tres jornadas para acabar la Liga, el Dépor tenía una ventaja de 2 puntos sobre el Barça, que llevaba varios meses recortando ventaja. En esa jornada 36, el Barça recibía al Rayo en casa en sábado. Parecía un partido asequible, que presionaría enormemente y obligaría al Dépor a ganar el día siguiente ante un Zaragoza muy en forma, para mantener el liderato. Pero apareció Jon Pérez Bolo y anotó un ‘doblete’ para la memoria… de la afición blanquiazul. 0-2 en el Camp Nou; y el Rayo que le dejaba la Liga en bandeja al Deportivo.