‘Adelante’ vuelve a recibir al Real Valladolid, al que ya presentó la pasada campaña. Con Djukic en el banquillo, los pucelanos están asombrando en Primera.
El Deportivo se enfrentará mañana a un Valladolid que llegará a Riazor en una situación muy cómoda, nueve puntos por encima del descenso y con la intención de “aprovechar la ansiedad” de los de Oltra para volver de A Coruña con los tres puntos.
Contexto. Sin miedo a nada. Los de Djukic están en una nube y se ven capaces de ganar a cualquiera.
El Valladolid es una de las grandes revelaciones de la presente temporada gracias a su combinación de fútbol atractivo con una solidez impropia de un conjunto recién ascendido a Primera División. Inmerso en plena Ley Concursal, el club blanquivioleta ha sabido no derrochar durante las últimas temporadas y tener paciencia, armando un equipo fuerte que le permitiese recuperar la categoría perdida en una situación económica todavía complicada pero mucho más tranquila que en años atrás. La directiva presidida por Carlos Suárez Sureda puso en Miroslav Djukic todas sus esperanzas para volver a convertir a los pucelanos en un conjunto respetado en la Liga BBVA, ¡y vaya si lo consiguieron!
El técnico serbio es de los que no se esconde, de los que no duda en tener un trato cercano con sus futbolistas siempre y cuando éstos acepten su fuerte carácter cuando, como dijo en una ocasión, pierdan “merecidamente por ser cagones” . El excentral del Deportivo ha calado hondo en el vestuario vallisoletano, donde se esperaba una espantada tras no cobrar durante gran parte del pasado curso y haber aumentado su caché con el ascenso. Pero no. La plantilla está muy comprometida con la idea del entrenador, con el proyecto y con su afición, y los refuerzos de futbolistas como Ebert u Omar Ramos incluso le han hecho dar un salto de calidad. Esta situación les ha llevado a medirse a todos sus rivales de tú a tú, incluido el Real Madrid, con el que perdieron (2-3) en la última jornada pero al que, por ocasiones, también pudieron vencer. Su octava posición en la tabla es más que merecida y tienen mimbres para permitirse soñar con algo más que la permanencia, aunque Djukic no quiere oir hablar de otra cosa.
Nombres propios. Guerreros y magos. Una plantilla con oficio y sacrificio.
– El ‘crack’: Óscar. Mediapunta de muchísima movilidad, bueno al primer toque y con mucha llegada. A sus 30 años por fin se ha asentado en Primera de la mano de Djukic. Es seguramente uno de los futbolistas que más rinde de toda la Liga BBVA debido a su gran regularidad. Ya ha marcado siete goles.
– El ‘muro’: Rukavina. El serbio llegó en verano como petición expresa de su actual preparador y desde entonces lo ha jugado todo. Lateral derecho, luchador y muy rápido. Junto al lateral zurdo Balenziaga, es vital en el fútbol ofensivo de los vallisoletanos debido a su gran capacidad de incorporarse al ataque y ser el primero en presionar al rival.
– El ‘cerebro’: Víctor Pérez. Indiscutible en la medular pucelana. Jugador clave en el fútbol del conjunto blanquivioleta debido a su capacidad para mover el esférico y dar equilibrio al centro del campo. Casi siempre guarda la posición y se incorpora poco al ataque. Capaz de sorprender con su buen disparo lejano.
– El ‘killer’: Manucho. En su mejor momento. Jugador de equipo que, además de marcar, goza de una enorme facilidad para bajar el balón. Listo y con calidad en la definición, es un incordio para cualquier central debido a su fortaleza física. El club estuvo a punto de dejarlo marchar durante la temporada pasada debido a su alta ficha. Él peleó por quedarse y hacerse con un puesto en el once. Ha relegado a Javi Guerra a un segundo plano.
El dato. ¡Vivan los lunes! Solo ha perdido un encuentro cuando ha jugado el primer día de la semana.
El Valladolid es, junto al Sevilla, el equipo que más duelos ha disputado los lunes, con cinco, y también es el equipo al que mejor se le da jugar en ese tipo de fechas, ya que tan solo ha dejado de puntuar en un partido, ante el Betis, en la cuarta jornada de Liga. En el resto, se ha llevado la victoria en tres -Levante, Sevilla y Zaragoza- y ha empatado uno -Real Sociedad-.
Un momento histórico. Temporada 1983-1984. Campeones de la Copa de la Liga.
Tan solo un título oficial adorna las vitrinas del Real Valladolid. Es la Copa de la Liga de la temporada 1983-1984, al que la propia página web del conjunto pucelano califica como el mayor éxito deportivo de su historia. Su rival en la final fue el Atlético de Madrid, en una disputa que llegó a la prórroga tras empatar a cero ambos equipos tanto en el Calderón como en Zorrilla. En la misma, los pucelanos anotaron tres goles que le dieron el título. Esta victoria supuso el primer acceso del club a las competiciones europeas, a través de la Copa de la UEFA. No fue la única participación en este torneo, que también disputaron en la campaña 1997-1998, al quedar sextos en la temporada anterior. En la misma línea, el club castellano-leonés también disputó la Recopa, en la temporada 1989-1990, tras perder la final de la Copa del Rey en 1989 ante el Real Madrid.
Una leyenda. Eusebio Sacristán. Desde Valladolid hasta el cielo.
La gran joya de la cantera pucelana debutó con el primer equipo en 1983 y permaneció cuatro años en los que, pese a su juventud, se hizo el líder del equipo desde el centro del campo. Firmó por el Atlético de Madrid donde también sobresalió y, tras un solo año, fichó por el Barcelona. Allí jugó siete temporadas, en las que fue una de las piezas importantes del recordado Dream Team de Johan Cruyff, que se alzó con la primera Copa de Europa del equipo culé. Volvió con 33 años para retirarse al equipo de su tierra, donde todavía dio cinco años de fútbol. En total, diecisiete años en Primera División que le convierten en el tercer jugador con más partidos disputados en la máxima categoría del fútbol español, solo por detrás de Zubizarreta y Raúl.
Un lazo blanquiazul. Cuartos de final de la Copa del Rey 2001-2002. La antesala del Centenariazo.
Deportivo y Valladolid se han enfrentado en múltiples ocasiones a lo largo de su historia. Principalmente, en el Campeonato Nacional de Liga. Pero alguna que otra vez, también, en la Copa del Rey. De entre todas, la más recordada son los cuartos de final de la Copa del Rey 2001-2002. Hablamos de la Copa del Centenariazo. Para llegar a cuartos, al Deportivo le había bastado con eliminar a tres equipos de Segunda B, el Marino de Luanco, la Cultural Leonesa y el Hospitalet -a éstos últimos por incomparecencia-. Y otro rival de esa misma categoría, esperaba en semifinales. El camino a la final parecía más llano que nunca y el principal obstáculo fue el Valladolid en cuartos de final. En la ida, en Riazor, el Deportivo encarriló la eliminatoria gracias a los tantos de Joan Capdevila y Roy Makaay. Pero en la vuelta, el club pucelano apenas tardó 35 minutos en igualar la eliminatoria, con los tantos de Fernando y Mario. No se movió el marcador y el partido se fue a la prórroga, donde Tristán anotó un gol de penalti, pese a que el Deportivo acabó jugando con dos menos.