La presente temporada no está siendo sencilla para el Dépor Abanca. Una situación del todo normal teniendo en cuenta que el equipo afronta su primera temporada en la Liga F después de varios años alejado de la máxima categoría. Un periodo de adaptación necesario, pero que podría ser más tranquilo de no ser por varios errores que costaron puntos muy valiosos, tanto en Riazor como lejos de A Coruña.
El recuerdo más reciente lleva a mirar al último partido disputado ante el Eibar. Una derrota por la mínima en la que el propio Fran Alonso hizo autocrítica al afirmar que «no hemos leído bien el partido» y en el que destacó la «falta de confianza» pese a la buena dinámica previa al parón. Quizá ello influya en cómo acabó llegando el gol armero en una falta en la que Inês Pereira, al igual que la semana anterior, no mide bien por alto.
Sin embargo, no solo los fallos en defensa ante las vascas y el Espanyol explican la situación, pues en los últimos encuentros tampoco hubo la finura de cara a portería. Una ausencia de claridad que representó Millene este fin de semana fallando una clara ocasión sin portera entre los tres palos y con todo a favor. La brasileña, una de las mejores de la temporada, acabó llevándose las manos a la cabeza. Son ya dos encuentros consecutivos sin ver puerta como locales.
Un tramo complejo
Las próximas semanas no parece que vayan a ser sencillas echando un ojo al calendario. El próximo rival de las deportivistas será el Real Madrid, que cuenta sus últimos siete partidos por victoria. Pese a ello, las herculinas tienen en su último adversario, el Eibar, el ejemplo de cómo vencer en la casa blanca, donde dieron la sorpresa ganando por la mínima.
El mes de marzo lo cerrarán viéndose las caras con el Costa Adeje Tenerife, séptimo clasificado, en Riazor y visitando al Athletic, cuarto, en Lezama.