Una vez finalizada la temporada, todo a punta a que el Deportivo vivirá un nuevo giro en el timón de su banquillo. Una decisión que ha generado un profundo debate en la afición blanquiazul, dividida entre los que apostaban por la continuidad de Óscar Gilsanz y los que celebran un cambio en busca de un impulso para lograr cotas mayores. Sin embargo, la decisión tomada por Fernando Soriano no es ni mucho menos la habitual en la categoría, al menos esta campaña.
Solamente dos equipos entre el séptimo clasificado y el decimo octavo -los que lograron la permanencia- cambiarán de técnico este verano. Uno de ellos, el propio Dépor, lo hace por decisión propia, mientras el otro, el Huesca, lo hará de forma obligada por la salida de Antonio Hidalgo. Así, la decisión coruñesa se presenta como una ‘rara avis’ en una Liga donde la mayoría de participantes sí mantendrán a sus actuales entrenadores.
Lo cierto es que no son pocos los cambios que ha habido a lo largo del curso, aunque también ha habido varias muestras de confianza, como el Málaga con Sergio Pellicer o el Córdoba con Iván Ania, ambos recién ascendidos como el Deportivo. Una fe que ahora renovarán intentando crecer desde la estabilidad, mientras en A Coruña volverá a empezar de cero un nuevo proyecto.
Hidalgo, el mejor colocado en la carrera por el banquillo
Precisamente, la voluntad del catalán para dejar El Alcoraz puede venir acompañada de su desembarco en en el estadio de Riazor. Su nombre es el que más se ha repetido en las quinielas y podría ser el encargado de tomar las riendas de cara a temporada siguiente. Se le había vinculado también con Osasuna, aunque parece que finalmente los navarros se decantarán por otras alternativas, dejando vía libre al Deportivo para su contratación.