Celso Borges llegó al Deportivo como la piedra angular del proyecto para Segunda B. El costarricense tuvo un inicio complicado después de una etapa no muy positiva en Turquía, pero está recuperando su mejor versión. El tico se pasó por RiazorTV para comentar sus sensaciones en este inicio de curso, tanto a nivel individual como colectivo, y la relación con los demás compañeros de vestuario.
¿Cómo estas? ¿Cómo estás viendo este inicio liguero?
La verdad que disfrutando, porque cuando uno gana es cuando uno disfruta del fútbol. Es verdad que el equipo ha venido en cuanto a su rendimiento un poco de menos a más, pero es normal. Yo creo que entre todos tenemos que tener un poquito más de tiempo para conocernos y para saber un poco más de nosotros en el campo, por supuesto. Pero ya poco a poco y con la idea del míster vamos a tratar de ir entendiéndola más, pero si es verdad que es mucho más fácil entenderla cuando se está ganando. No me acuerdo cuantos años hacía que no ganaba dos o tres partidos seguidos aquí, entonces eso siempre es bueno.
Contrasta un poco que ahora que se están consiguiendo estos resultados esté instalado ese debate acerca del juego del equipo ¿Notáis ese debate que se está generando en torno al juego del equipo y cómo lo veis dentro del grupo?
Lo entendemos. Se está exigiendo una parte que podemos ofrecer, lo que pasa es que esa parte lleva tiempo y tiempo es lo que menos hay. Estamos tratando de arreglar esa situación con la inmediatez del resultado. A partir de ahí, podemos trabajar más tranquilamente. Las semanas cuando ganas son muy diferentes y es lo que permite dar ciertas correcciones que en los entrenamientos venimos dando. Pero sí, es entendible pero los que estamos adentro sabemos que esto lleva tiempo, que la búsqueda de la perfección lleva mucho trabajo, no es tan sencillo. Pero los entendemos.
¿Te has encontrado A Coruña tal y como la dejaste?
Yo aquí estoy encantado de la vida, estoy muy feliz. A mi esposa le encanta, a mis padres le encanta. Yo llego aquí con una disposición tremenda. Cuando vine para aquí, el video que hice dije que esta es mi segunda casa y que yo vengo encantado para aquí. Cambiada por toda la situación global, es diferente todo. Después de eso, no se si es el mar, no se si es la vibra, no se qué es; pero aquí la verdad que muy bien.
¿En qué posición te encuentras mejor a nivel de sensaciones?
Estoy yo y está el cuerpo técnico tratando de encontrar las fortalezas de cada jugador para poder explotarlas al máximo, por eso decía lo de que lleva tiempo. Jugar con Uche, con Álex o con quien sea que juegue en esa posición a veces es un poquito diferente porque somos compañeros y tenemos que adaptarnos. Primero al sistema que quiere el míster y después al lado de con quien estás jugando. Hay ciertos matices y ciertas cosas que son muy diferentes. Digamos que recibir a espaldas de los mediocentros rivales, ya estar en posición de recibir, girar y tratar de amenazar con un pase. Otra cosa es aparecer en el espacio. Entonces esos dos matices a veces son muy difíciles de diferenciar porque todos los partidos requieren de cosas diferentes y más por lo que estoy viendo en esta división. No es igual, por más que se trate de igualar, el juego en Guijuelo que el juego que hacemos contra el Racing en casa. Esto lleva a uno a adaptarse a diferentes situaciones en las que, uno que lo que quiere es jugar, trata de hacerlo lo mejor posible para que el funcionamiento del colectivo sea bueno. Yo nunca fui un jugar hiperdestacado en alguna que otra faceta. Sé lo que soy. Soy un jugador bastante fuerte en bastantes áreas. Después de eso me tengo que complementar bien dentro del sistema y del grupo de compañeros. Decía antes lo de corregir las cosas cuando se está ganando y es muchísimo mejor que cuando se pierde porque la energía del equipo es mejor en la semana y el día de partido.
Cuando estás al cien por cien en lo individual, sólo te tienes que adaptar al colectivo. Cuando tienes que hacer las dos cosas no sé si es fácil equilibrar eso. ¿En qué momento te ves ahora? Contra el Racing se te vio más rápido, con esa chispa para arrancar. Se te ve evolucionando semana a semana.
Sí, esa misma sensación la tengo yo. Es la sensación que he tenido a través de los años. A algunos que tenemos el motor diésel nos cuesta un poco más arrancar la temporada y otros no, simplemente porque todos somos diferentes. Hay algunos que desde el comienzo de temporada ya están con el combustible a full. Mi combustible está a full pero me lleva más partidos tomar ritmo, acostumbrarme a las situaciones de juego. Creo que desde la jornada 3, la de Unionistas, es donde yo ya me empiezo a sentir mejor. Lamentablemente yo vengo de un año y medio de no jugar y eso merma totalmente el rendimiento. Gracias a dios que me han tenido paciencia el míster y el cuerpo técnico para aceptarme esta ruta de preparación. Yo me la tomo con toda la madurez del mundo. Yo no me pongo a pelear sobre mi rendimiento. Yo sé que esa curva va yendo servida por cómo me siento.
Para eso te vinieron bien los dos partidos con Costa Rica…
Sí, fui a la selección y jugué todo, me tienen bastante confianza. Me fue bien y vine afilado y va mejor la cosa porque cuando uno va teniendo minutos, no solo a nivel físico sino psicológico y de interpretación del juego pues te viene muy bien. Aunque es difícil de creer, el nivel de la velocidad de las decisiones en Segunda B hay que acostumbrarse. Hay buenos jugadores, hay buenos equipos y evidentemente eso lleva tiempo, pero de eso no hay y más en esta liga que es corta.
Si tu motor es diésel, ¿Cuál es el motor de Uche Agbo? Puedes pensar: Bueno, en esta no corro tanto porque total ya llega Uche…
Uche es un pulpo. A mi me gusta decirle pulpo a él porque llega a todo. A parte, creo que tenemos una contextura similar. Tenemos unas piernas muy grandes y nos da para llegar y cortar. A veces ni siquiera es cortar, es ocupar el espacio y es ese espacio hace que ya tarde un poco más la jugada del otro equipo. A nosotros nos permite respirar un poco. Es un buen muchacho. No sé que gasolina conduce él, pero ya me gustaría a mi también un poco (risas…)
Cuando llegáis al campo del Guijuelo en algún momento pensasteis: ¿En dónde nos hemos metido? O realmente tenéis claro lo que es esta categoría y lo que os podéis encontrar.
Yo soy un agradecido de la vida y la verdad que cada vez que me bajo a jugar me siento muy agradecido. Si uno se lo quiere tomar como una forma de vida, le hace ser muy agradecido. Evidentemente, uno llega al campo… A mi me duele la espalda después de jugar los 90 minutos. Por supuesto que es diferente. Lo tomo como una experiencia más. Los vestuarios son pequeños y estamos todos bastante juntos, pero bueno, uno viene y creció con situaciones así. Nunca todo fue perfecto ni un camino de rosas. Estos campos hacen mucho más bonito el objetivo final, que esperemos que se dé.
Está bien que expreses eso porque a veces da la sensación que todo eso vivido queda en un segundo plano. A veces parece que hay que pasar por un mal momento para luego valorarlo todo más.
Yo lo veo como una cura de humildad. Yo veo las instalaciones de Riazor y digo lo afortunados que somos de tener esto aquí y de tener la ciudad deportiva. Evidentemente, todo es mejorable y el camino a mejorar es bastante largo y amplio. Me gusta lo que hago.
La entrevista completa con Celso Borges, en Patreon
En alguna entrevista te preguntaban por el tema de Turquía, ¿Cómo lo llevaste allí en el factor psicológico. ¿Cómo llegaste al Dépor? ¿Llegaste muy cansado mentalmente? ¿Te arrepientes de algo?
No, que va. No me arrepiento de nada en absoluto. Ya había salido de allí y estaba trabajando por mi cuenta cuando se presenta la oportunidad y ni siquiera lo pensé dos veces. Estaba muriéndome de ganas por volver. También porque hay un reto deportivo bastante grande para cumplir y eso me llena de mucha ilusión. Evidentemente, no jugar es desgastante. Uno empieza a preguntarse muchas cosas y se te llena el cuerpo de dudas. ¿Qué estaré haciendo? Pasa un año donde estás inactivo y el jugador que pasa inactivo un año ya no es lo mismo. Uno empieza a tener una edad y además este año ha sido el más largo del mundo. Es difícil el no jugar, pero lo que me pasó en Turquía también le pasa a jugadores aquí.
¿En algún momento en los partidos dudas por llevar tanto tiempo sin jugar? Por eso preguntaba como os afecta a nivel de cabeza.
De una manera u otra, uno siempre quiere sentirse integrado. Quiere sentirse parte de un grupo. Lleva mucho trabajo mental no jugar y sentirse parte de algo colectivo. Eso depende ya de la gente que este a tu alrededor. Yo al final vengo y me encuentro como me reciben. Por eso tengo tanto cariño. Llegas, ves como te reciben y te dan ganas de jugar bien. Me están ayudando para poder jugar bien. Me pasa a mi y creo que puedo hablar por muchos de mis compañeros. Vienen encantados. Por una parte, un año sin jugar hace que no estés acostumbrado a todas las situaciones de juego que hay, pero cuanto más partidos mayor capacidad para resolver estas situaciones. Cuando no resuelves bien la confianza baja y comienzas los fantasmas.
¿Qué Dépor te has encontrado? ¿Muchos cambios?
A nivel administrativo por supuesto. Es un cambio tremendo. Me he encontrado con muchos cambios por lo que permite la categoría. Hay cosas que no se hacen porque en la categoría no se puede hacer. Son cosas totalmente entendibles y que hay que aceptar. Ese ha sido el mayor cambio. Yo compartí con Álex y con Eneko, el resto es gente nueva. Los fisios que están ahora no son los fisios con los que trabajaba normalmente. Me lo encuentro después de una pandemia mundial y con un descenso de categoría más. Hay cosas que han cambiado.
Generas mucha disparidad de opiniones sobre tu rendimiento después de cada partido…
Normal, ya la otra vez que llegué pasó algo parecido. En Vallecas marque dos goles. No se si os acordáis que en el primero me golpea con la pelota y entra, mientras que el otro es un penalti. Yo trato de hacer mi juego lo más sencillo posible, lo he hecho toda mi vida. Yo cuando llegué la primera vez me preguntaron que explicara mi juego y yo dije que no iba a driblar, que posiblemente nunca haría un regate. No voy a coger la pelota en el medio del campo, llevarme a siete y meter un gol. Yo conozco mi juego, las expectativas de otras personas, son suyas. Yo trato de hacerlo lo mejor posible para que mi gente este contenta. La gente que tiene que estar contenta con mi juego son los que me ponen a jugar y los que me han traído, pero el primero que tiene que estar contento con mi juego tengo que ser yo. Vengo de menos a más, no quiero decir que ahora voy a meter 700 goles. Yo he podido destacar en el área por aparición más que por llevarme a siete. Para hacer esto tengo que conocer a las personas con las que juego y esto lleva tiempo. Generarme una ocasión por mi solo no es mi fortaleza. Sé muy bien en qué soy bueno.
¿Percibes esa sensación de que hay gente que no ha asumido que el club está en Segunda B y que hay rivales que van a complicar mucho las cosas?
Eso puede ser un poco de menosprecio sobre la gente contra la que nos enfrentamos. Nosotros sabemos la división en la que estamos con rivales realmente competitivos y nadie está pasando por encima de nadie. Lo ves en los otros grupo, cuesta. No es fácil. No es un paseo en el parque, hay que respetar a quien tienes en contra y tener en cuenta que es nuestra realidad. Estoy luchando contra mí mismo también para llegar al rendimiento que quiero. Pero también hay mucha gente apoyando y cada vez que paseo con mi señora me encuentro con mucha gente y nunca hay una palabra mala.
Te quería preguntar por Fernando Vázquez, ¿cómo es la relación?
Él tiene una buena relación con nosotros. Con los jugadores es una persona muy exigente, como tiene que ser un entrenador. Es la persona que nos tiene que exigir. Es una persona que le gusta ver la mejora de su equipo semana a semana. Hace muchísimo hincapié en las cosas por corregir y hacer mejor. Esto se lleva mejor cuando se está ganando. Es una persona que nunca se da por satisfecha, siempre buscando la perfección y al igual que con los compañeros lleva un tiempo encontrar su idea. Es nuestro máximo líder y ahora que puede estar en el campo, mejor.
Borges, Beauvue, Nacho González y la buena química del vestuario
¿Cuál fue tu reacción cuando viste el mensaje con la foto del outfit de Mujaid (la ropa fluorescente)?
Lo primero que hago es partirme de risa. Me gusta que me tomen en cuenta aunque estuviese con la selección. Luego llamé a Mujaid y le dije que no era posible hacer esas cosas (risas). A Mujaid le gusta ese tipo de cosas. En mi mundo sería multa, pero no lo puedo multar. Mujaid tiene la personalidad para ponerse eso, yo no podría. Además, calzo una 48. Imagíname con unas zapatillas fosforescentes.
La mezcla de veteranos y jóvenes parece buena…
Está fluyendo. Tenemos un vestuario que favorece mucho eso. Creo que ninguno se siente ajeno a lo que pasa en el vestuario. Hay gente muy buena y muy competitiva. Creo que también los veteranos aprendemos mucho de los jóvenes. Uno aprende de ellos. Ellos están con las antenas puestas, ninguno va por otro camino. Cuando hablas con ellos están con esos ojos de que quieren que le digas más. Son buenos muchachos y tienen calidad, que eso siempre ayuda.
Claudio nos contó que le hace mucha gracia tu manera de hablar y que te dice de repetir alguna frase para reírse de tu acento.
(Risas) Sí, ya sabía yo que podía por ahí la cosa. Si tuvisteis a Claudio y a Keko ya sabía yo que podía ir por ahí. Como yo arrastro las erres y además siempre me toca en el equipo con Rui Costa, pues… Además nadie le llama Costa, todos Rui. Hubo una jugada que yo le grito a Rui que recorra y medio equipo se partió de risa.
Nos teníamos la imagen de Nacho González como un futbolista serio. pero parece que también es bastante “personaje”.
Es pícaro. Nacho tiene frases que yo nunca había escuchado. El otro día dijo: “te agarraron cagando sin papel”. Estábamos en una reunión, empezó a oler mal y dijo: “desayunaste una morgue”. Pero es muy profesional, es espectacular.