Pepe Mel empezará la pretemporada del Dépor con nueve jugadores que regresan tras cumplir cesión en otros equipos. Cada uno con circunstancias diferentes, llama especialmente al atención el caso de Bicho, que este verano tendrá ante sí un nuevo comienzo y verá cómo pasa por su puerta un segundo tren blanquiazul que puede llevarlo al futuro que esperaba y para el que ha tenido que dar varios rodeos.
En 2012, con el segundo descenso consecutivo, el club coruñés anunció un giro hacia la cantera de la mano de Fernando Vázquez en el que destacaban promesas como Juan Carlos o Luis Fernández, pero en el que un habilidoso zurdo, internacional con España, brillaba con luz propia ya a los 17 años. Bicho debutó con el primer equipo de la mano del de Castrofeito y jugó seis partidos esa temporada. Las expectativas se dispararon todavía más cuando el Barça se lo llevó para su filial al año siguiente.
Puede que su desarrollo careciera del fuego lento que requieren este tipo de futbolistas y no tuvo demasiada suerte en La Masía. Jugó 18 encuentros, no llegó a los 600 minutos y acumuló un descenso en su palmarés. La realidad se volvió incluso más dura al año siguiente, con media liga sin jugar en el Leganés. Fue ahí cuando decidió dar un paso atrás para coger impulso. Regresó a Segunda B, terminó la campaña en el Compostela y este último curso se afianzó en el Racing de Ferrol, con 34 encuentros disputados y cuatro goles, incluido uno de los más espectaculares del año con un remate de escorpión.
Ahora, tras conocer la cara menos agradable del fútbol, llega con la intención de convencer a Pepe Mel de que puede ser uno de esos canteranos con presencia en Primera. El de Sada cuenta con varios puntos a su favor. El primero la escasez de jugadores de ataque que hay en la plantilla ahora mismo, lo que posiblemente le garantice un papel importante, al menos, en los primeros amistosos.
Pero lo que seguramente le haya abierto de par en par las puertas del Dépor es el ascenso del Fabril. Su tempranero estreno en el fútbol de élite le ha permitido acumular gran experiencia, pero la realidad es que sólo tiene 21 años. Con contrato todavía hasta 2019, esto le permitirá alternar el filial blanquiazul para abanderar el proyecto en la categoría de bronce y, al mismo tiempo, estar en permanente contacto con la primera plantilla como ya hicieron los Pinchi, Monsalve o Edu Expósito la pasada campaña.