El verano del año 2000 se cerraba una de las operaciones más rentables de la historia del Deportivo de A Coruña. El descenso del Atlético de Madrid a Segunda División provocó que aterrizaran en nuestra ciudad tres futbolistas que forman parte de la historia de nuestro club.
José Molina, Juan Carlos Valerón y Joan Capdevila fueron, son y serán leyendas del deportivismo. El guardameta defendió durante seis temporadas la portería blanquiazul, cuajando actuaciones memorables. Valerón sigue siendo el faro que ilumina al equipo jornada tras jornada a pesar de sus 36 años y Capdevila… Capdevila…
Riazor dejó este fin de semana dos imágenes para el recuerdo. Primero el gol de Xisco, tan necesario como importante tanto en el plano personal como en el colectivo. La segunda, la pancarta desplegada con la imagen de Joan Capdevila y el mensaje que escondía: Joan un de nós, volve a casa xa.
Ya no es posible que el lateral catalán aterrice en Coruña en este mercado invernal, pero esa fotografía me sirve para reflexionar sobre la desaparición progresiva del romanticismo dentro del fútbol actual. Joan Capdevila vive la cara más negativa del fútbol en el Benfica. Apartado del equipo, sin oportunidades para jugar, el lateral busca una salida. El fútbol se acerca cada día más al negocio despreciando el amor a unos colores. Cada día es más complicado encontrar a futbolistas fieles a una hinchada. No quiero que suene populista ni tribunero. De hecho, en su día, la afición del Dépor entendió la marcha de Joan al Villarreal. Era un proyecto ambicioso, una nueva aventura en su carrera y su imagen despidiéndose de Riazor es uno de los vídeos más emotivos que uno puede encontrar en Youtube relacionados con el Dépor. Por eso la imagen del domingo tiene un valor altísimo. En pocas ocasiones he visto a una afición desplegar una fotografía pidiendo el regreso de un futbolista.
No sé cuál es el estado físico actual de Capdevila, pero estoy convencido de que el vestuario agradecería su llegada. Joan puede aportar valores intangibles al grupo. En ocasiones se nos escapa lo que se vive dentro de una plantilla y la experiencia del catalán ayudaría a convivir con situaciones complicadas.
Por último quiero resaltar que Capdevila es lateral izquierdo. Aprovecho este artículo para lanzar un mensaje de ánimo a Ayoze. Todos coincidimos en que el futbolista tinerfeño no está rindiendo a un buen nivel, pero las palabras de Oltra en rueda de prensa asegurando que el jugador “se encontraba muy tocado tras su expulsión”, es un mensaje claro para rebajar las críticas al lateral. Un día más, y ya no sorprende a nadie, Riazor ha dado una lección confirmando que, a día de hoy, es una de las hinchadas más cariñosas con sus jugadores y sus leyendas.